El reggae no es lo de Amy Winehouse. Al menos, así lo pensaron los directivos de la compañía discográfica Island Records cuando rechazaron el nuevo material de la cantante británica, por considerarlo “mediocre”, y la forzaron a volver a componer todos los temas. Otro de los reproches de los empresarios: la “poca calidad” de las letras, enfocadas en la turbulenta relación de Winehouse con su esposo, Blake Fielder-Civil. “Aunque ella es conocida por su estilo confesional y ha sido muy exitosa con ello, muchas de sus nuevas canciones van demasiado lejos”, juzgaron desde la empresa. Desde hace un tiempo, resulta difícil encontrar buenas noticias de Amy Winehouse.