Martes, 24 de marzo de 2009 | Hoy
EL GOBIERNO INGLéS SUSPENDE UN PROGRAMA DE AYUDA A MúSICOS
A comienzos de su gestión, Tony Blair impulsó un “New Deal for Musicians” que ayudó a abrirse camino a más de una estrella actual. El escenario de crisis también afectó a ese programa.
Por Nigel Morris *
En sus tempranos y más populares días, el partido New Labour desplegó sin culpas un programa a las estrellas del brit pop para llevar a casa el mensaje de que habían capturado el espíritu de la época. Tony Blair les dijo a los invitados de los Brit Awards que la industria musical de Gran Bretaña estaba “una vez más en el lugar apropiado, en la cima del mundo”. Damon Albarn, cantante de Blur, se encontró con el futuro primer ministro en su oficina de los Comunes. El líder de Oasis, Noel Gallagher, estuvo entre los primeros visitantes a Downing Street tras la avalancha de los laboristas en 1997. Entonces, el gobierno de Blair puso en marcha un proyecto que buscaba desarrollar la próxima generación de estrellas de rock. Pero ahora el llamado Nuevo Acuerdo para Músicos –New Deal for Musicians, que les dio a los jóvenes talentos subsidios para acceder a instrumentos, estudios de grabación, mentores de la industria y descuentos impositivos– será dado de baja.
Desde el lanzamiento en 1999, con el apoyo de Sir Paul McCartney, el programa ayudó a que más de cuatro mil jóvenes desempleados pusieran un pie en la industria de la música como bandas aspirantes, instrumentistas, cantantes y compositores. Entre los que recibieron ayuda está James Morrison, nominado a “Mejor Artista Masculino” en los Brit Awards del mes pasado; la banda indie The Zutons, la cantante galesa Jem, Toploader y el saxofonista de jazz y rapper Soweto Kinch. Morrison recibió el dinero para una guitarra cuando se unió al New Deal for Musicians y pasó todo su tiempo escribiendo canciones y tocando en vivo. Dos años después, su álbum debut, Undiscovered, alcanzó el número uno en Inglaterra y se convirtió en un éxito en todo el mundo. E incluso consiguió un contrato de grabación a través de la canción que grabó mientras estaba en el New Deal. “Ingresar en ese programa me ayudó muchísimo”, dice ahora. “No tenía dinero, estaba entrando al medio. Tuve ese empujoncito extra que me ayudó a arrancar. Conseguí una guitarra nueva. Sin la ayuda del New Deal me hubiera visto forzado a seguir haciendo lo que hacía.”
Jem –nacida como Jemma Griffiths– señala que el programa le enseñó a usar un estudio y a realizar demos y que le abrió las puertas de los ejecutivos de las compañías discográficas. “Yo quería ser una artista, hacer un disco”, dice la cantante de 33 años. “Pero no podía conseguir un préstamo bancario y no lo iba a conseguir si seguía trabajando. Me ayudó con los costos de vida y con el alquiler.” Su debut vendió 300 mil copias en Inglaterra y EE. UU.
La iniciativa fue pensada luego de que la industria musical argumentara que forzar a jóvenes talentosos en los habituales proyectos de empleo sofocaba su creatividad. En retribución por el apoyo se esperaba que pasaran al menos treinta horas a la semana aprendiendo nuevos oficios. Pero, en octubre de este año, el programa será reemplazado por el Flexible New Deal, del cual aún no hay mayores datos. Alan McGee, viejo promotor de la industria y uno de los arquitectos de la iniciativa, dice que no siente sorpresa dado el “tsunami económico” que asuela al país. “Todo el tiempo me encuentro con pibes que empezaron con sus bandas gracias al New Deal for Musicians”, dice. “Estoy seguro de que mucha música surgió de allí. Es un muy mal momento para estar en un grupo, dado el colapso económico y con las discográficas en crisis.” Un vocero del Departamento de Trabajo y Pensiones señaló: “Si alguien tiene un talento musical específico, debe llevárselo a la música. Aún seguirán teniendo toda la ayuda que necesiten”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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