El momento no será fácil de olvidar para los pocos que lo vivieron: los integrantes de U2 se bajaron de una limusina negra y, con Bono a la cabeza, empezaron a repartir pizza. Ocurrió ayer frente al Estadio Olímpico de Turín, en la víspera del concierto que marcó el retorno de la banda a los escenarios. ¿Los favorecidos de la poderosa ración (ochenta pizzas)? Aquellos que intentaban asegurarse una entrada en la puerta del estadio, donde habían pasado la noche. El diario turinés La Stampa asegura que la banda irlandesa tuvo la idea durante los ensayos del jueves, que también incluyeron un banquete. Algunos fans fueron conquistados, pero no por el estómago: se llevaron autógrafos en cajas de cartón.