Domingo, 29 de marzo de 2009 | Hoy
CULTURA › DECIMA EDICION DE LA FERIA DEL LIBRO INDEPENDIENTE Y AUTOGESTIVA
Alguna vez se planteó como una oposición a la Feria del Libro de la Rural, pero hoy la FLIA muestra una potencia propia que no necesita referentes y que podrá comprobarse hoy en el estacionamiento de la Facultad de Sociales de la UBA.
A la par de toda la gama de actividades “oficiales” de la cultura restringida porteña y bonaerense, muchos vienen señalando, desde hace varios años, el fenómeno de multiplicación de espacios de apertura a nuevos e inéditos ordenadores y usuarios. Y no son ya pequeños ni “invisibles”, como alguna vez lo fueron (necesariamente o no) desde los sótanos vetustos, los cafés literarios, las guaridas románticas y los antros bohemios. Se propagan sobre la superficie –en fábricas recuperadas, centros culturales, fiestas y sitios resignificados por la impronta democrática– y sus múltiples transversales, del “boca en boca” hasta el feed del blog. La diferencia de base entre unos y otros reside en su finalidad: del predominio del carácter espectacular –comercial en desmedro del artístico– comunitario de los primeros al viceversa de los segundos. En esa sintonía reflexionaron, hace tres años, una quincena de escritores que, mientras miraba desde la vereda entrar y salir gente de la Feria del Libro en el predio de la Rural, concibieron los lineamientos de lo que sería la Feria del Libro Independiente y Autogestiva (FLIA), que tendrá su décima edición hoy a partir de las 12 y hasta las 23 en el estacionamiento de la Facultad de Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires, ubicado en Azcuénaga 933, con entrada libre y gratuita.
Precisamente, que de los 50 stands que en 2006 expusieron sus producciones en el Sexto Kultural, en Chacarita, se pase a las casi 200 mesas que participarán en la cita, pone la nota en lo antedicho: “¿Por qué hay que estar peleando por un lugar que se puede generar con las propias manos?”, se pregunta Nadia Presti, una de las organizadoras de la FLIA, en la charla con Página/12. Agil, antepone una respuesta: “Esta es la generación del ‘hazlo tú mismo’”. Y para sustentar la afirmación, la joven cuenta que los libros, fanzines, comics y revistas son íntegramente realizados por quienes, además, los venderán detrás de los caballetes. “La feria ‘oficial’ no es la misma que hace diez años, cuando tenía un poco más de acercamiento entre el lector y el escritor. Una de las propuestas de nuestra feria es cortar con los intermediarios”, ofrece.
“Posicionarse como independiente –continúa la joven– va por el lado de no tener que seguir una línea editorial o partidaria. Se puede serlo por necesidad o por elección. En nuestro caso, se dio de forma natural”, teoriza, en tiempos de ufanía nominal de tantas movidas culturales. En limpio, ¿cuál es la fin de la FLIA?. “Para sacar un libro y que esté en una librería, el producto tiene que tener una calidad de impresión buena. Entonces, hay escritores que quedan fuera del circuito y no tienen cómo entrar con un libro hecho a mano. Sin embargo, muchos son geniales y hasta viven de sus eso. La FLIA les da el espacio”, asegura.
La décima edición de la feria contará con lo de siempre: además de las columnas de stands que se repartirán sobre el asfalto del estacionamiento, habrá muestras de artistas plásticos, presentaciones de nuevas publicaciones, música en vivo, sorteos, proyecciones, recitados de poesía y una radio abierta a la concurrencia. También charlas temáticas, de las cuales la primera será sobre la Historia de la FLIA, según adelantaron los organizadores. “Vamos a juntarnos algunos de los que estamos desde el principio a contar más o menos cómo empezamos y cómo funciona el colectivo”, anticipa Presti.
–-Suponga que ya está en ese momento...
–Siete años atrás había un grupo que se llamaba Maldita Ginebra, gente grande que se ponía en la vereda frente a la Feria del Libro a vender sus producciones. Eran puestos de difusión de trabajos que no tenían lugar. Noso-tros tomamos un poco de eso para formar la base, pero fue bastante espontáneo porque notamos la necesidad de un espacio para la gente que escribe. Lo primero fue plantear una “contraferia” pero enseguida nos dimos cuenta de que era absurdo. Cuando estás generando un espacio al que asisten 3 mil personas, te olvidás de la Feria del Libro. Y sobre cómo funcionamos... Somos un colectivo abierto y horizontal. Nos reunimos una vez por semana y se discute todo lo que implica hacer la FLIA, pero también hacemos algunas juntadas reflexivas para hacer un balance y plantear proyectos futuros.
El presupuesto, aunque resulte una obviedad, es siempre escaso. Los aportes de los integrantes del colectivo más lo obtenido en el buffet, la barra y “la gorra” solidaria que pasa entre los concurrentes hacen al activo de la agrupación. El resto es fraternidad: algunos tablones prestados para las mesas de exposición (en las primeras ediciones improvisadas sobre cajones de manzanas) y las invitaciones de los sitios en donde finalmente hacen la puesta (el centro cultural Sexto Kultural y las fábricas recuperadas La Nueva Esperanza, de Devoto, y el IMPA, en Almagro). “Hemos hecho ferias con un mes de organización, pero siempre viene mucha gente y hay muchas cosas lindas para ver. Hay una gran variedad y calidad de libros artesanales, ilustraciones, comics y fanzines. Son productos que no son realizados en serie. Son hechos con amor y eso se nota mucho”, motiva Presti, que además se desempeña en diseño de tapas de la editorial El Asunto, que participará con un stand en la feria.
Otros de los puestos que podrán visitarse durante la jornada serán los de los fanzines 10 pal peso, Bs. As. desorden, Humo suburbano, La bola en la ingle, Milime, Quedishu, Refugio de monos y Upma; las revistas Sudestada, Eco, Antiprincipito, Domus (historietas), El monóculo, El pegote, El santo, La costurerita, El zordo, Escondete!, Esperando a Godot, Hombre nuevo, La quetrófila, Los asesinos tímidos, Mirabilis, Nah!, Patagonia, Pipí cucú, Postdata, Pulsar, Salchicha con peluca, Sensación, Próxima, Sr. Alelí y Ameba; las editoriales Tiento, Tinta Roja, Vomitarte y Zediciones (Mendoza); las radios FMp3 y La Tribu; las agrupaciones Alternativa Cultural Independiente, Artistas Sin Patrón, Chaya, Chico Mendes, Cimarrón, Cultura Libre (copyleft), Niños, Poesía Urbana y Silvando Bembas (cine); y los escritores Guillermo de Posfay, Pipo Lernoud, Dafne Mociulsky, Juan Manuel Seoane, Diego Arbit y Mónica Torres. Además, habrá puestos sobre cultura canábica, ropa, calcos, bijou, muñecos realizados con material descartable, pinturas y fotografías.
Informe y entrevista: Facundo Gari.
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