Antes de que la elegida desanudara el moño de una larga cinta que se extendía a lo ancho del foyer del Teatro Nacional Cervantes, simbolizando la inmediata apertura de la séptima Feria del Libro Teatral, el actor Claudio Gallardou, creador de La Banda de la Risa y actual subdirector del coliseo de Libertad 815, se refirió a algunas coincidencias producto del cese de actividades del mes de julio que la institución se impuso a raíz de la emergencia sanitaria. Las coincidencias eran la inauguración de la feria, dos estrenos y la concreción, en los próximos días, de un proyecto de preservación y sistematización del patrimonio cultural del teatro. La elegida para deshacer el moño fue la actriz Leonor Manso, madrina de la muestra, quien dijo reencontrarse allí “con los orígenes de nuestro teatro y el teatro del mundo”, y sentirse agasajada “en una época en que el sentido de pertenencia está bastante diluido”. Reconoció que en actos como ése “recobra una historia y comparte un camino que otros recorrieron y muchos continuarán”. Para la actriz y directora, este acontecimiento en el Cervantes cumple “el objetivo de hacernos saber que no estamos solos, y justamente porque no estamos solos podemos seguir trabajando con alegría”.

Aunque breve, el acto transmitió entusiasmo y sirvió para anunciar el comienzo del Ciclo de Danza Contemporánea en la Sala María Guerrero, integrado por tres interesantes espectáculos. El primero es el estreno de Azares de Cervantes y Gardel, de Alberto Mario Perrone y Silvia Vladimivsky. De esta pieza de teatro-danza se ofrecerán a partir de hoy sólo siete funciones. En fechas posteriores se presentarán Iñaki Urlezaga y su Ballet Concierto, y Ana María Stekelman y la Compañía Tangokinesis, con Happy Hour. El otro estreno corresponde al Plan Federal de Coproducciones con las provincias. Se trata de He visto a Dios, obra de 1930 del dramaturgo entrerriano Francisco Defilippis Novoa que, dirigida por Andrés Bazzalo, se presentó ayer en el Teatro 3 de Febrero, de Paraná , adonde viajó Rubens Correa, director del TNC.

En cuanto al rescate del patrimonio cultural, se realizaron convenios para digitalizar bocetos, fotografías, filmaciones y material sonoro propiedad del teatro y los donados en anteriores gestiones al Instituto Nacional de Estudios de Teatro que funciona en el subsuelo. “Se los pediremos en préstamo para digitalizar”, aclaró Gallardou, en un aparte con Página/12. “En el depósito del Cervantes hay quince mil piezas de vestuario y valiosos bocetos históricos que no queremos perder.” Otro anuncio fue hecho por el periodista Luis Mazas (de Extensión Cultural) cuando comprometió a María Kodama –presente en el acto como presidenta de la Fundación Jorge Luis Borges– a desempeñar el rol de madrina en la Feria 2010. En la primera jornada los stands lucieron impecables, ofreciendo buenos textos y ediciones cuidadas, algunas enjundiosas, como los cinco tomos sobre teatro argentino de la directora y ensayista Beatriz Seibel. Un compendio de “piezas olvidadas o difíciles de hallar” que incluye una versión inédita de Juan Moreira, traslación a la escena que la autora destaca: “Este manuscrito de 1899 de José Podestá contiene descripciones muy exactas de la acción de los actores en escena y da idea de los distintos enfoques ideológicos y estéticos que generó en nuestro teatro la lucha del hombre contra la injusticia”.