Jueves, 10 de septiembre de 2009 | Hoy
CULTURA › OCTAVIO KULESZ DIRIGE TESEO, LA PRIMERA EDITORIAL ARGENTINA CIENTO POR CIENTO DIGITAL
“Pronto el libro en papel será un lujo”, afirmó el editor en el marco de la Conferencia Editorial. También consideró que “con los dispositivos electrónicos ya no hay libros agotados, se abre la puerta a la autoedición y se evita la tala de bosques”.
Por Silvina Friera
El duelo es de Titanes en el ring, pero sin Martín Karadagian. La obra teatral que se está desarrollando aquí y ahora tendrá como principales protagonistas a los colosos tecnológicos y a los conglomerados editoriales, comenta Octavio Kulesz, director de Teseo –primera editorial argentina ciento por ciento digital, cuyo nombre evoca al mítico rey de Atenas–, durante la Conferencia Editorial. En esta comedia triunfará el que tenga las fuerzas tecnológicas más desarrolladas. “Ya se sabe quién va a ganar”, dice Kulesz, dando por descontando que el libro digital, tarde o temprano, se impondrá en esta contienda. Aunque el libro tradicional pasará a cuarteles de invierno, no perderá el aura de prestigio, pero será “sinónimo de lujo”.
Acompañado por su notebook, su i-Phone y su e-book, que compró en Canadá a 350 dólares, el director de Teseo analiza el presente del libro en la era digital y repasa ventajas y desventajas de las nuevas tecnologías. “Con los dispositivos electrónicos ya no hay libros agotados y se abre la puerta a la autoedición, a que los autores se puedan editar a sí mismos. Una edición de 5000 ejemplares son cinco árboles talados. En Argentina se producen alrededor de 20 millones de ejemplares al año; imaginen la cantidad de bosques que eso representa”, propone Kulesz. “La desventaja de estos sistemas es que usan electricidad, son relativamente frágiles, en un segundo se puede perder toda la información por un virus, son posibles de hackear aunque tengan DRM (los protocolos de administración de derechos) y al año el modelo se vuelve obsoleto”, enumera el editor.
Hace unos años surgió la impresión digital o impresión bajo demanda (Print on demand o POD), la que utiliza Teseo, editorial que tiene como principal objetivo que los libros universitarios puedan “salir del laberinto de la edición actual” y que los títulos estén disponibles siempre en el formato que el lector necesite: el libro físico o en versión electrónica. “La Expresso Book Machine, una impresora del tamaño de una fotocopiadora que puede manejar un solo operario, tiene un catálogo que está conectado con el catálogo de los editores. Cuando el lector va a la librería, elige un libro, oprime el play y en cuatro minutos sale el libro, que es lo que utilizó la librería Blackwell en Inglaterra”, recuerda el editor.
El programa de Google Books es una vidriera universal que permite, por ejemplo, realizar una búsqueda por términos específicos y hojear apenas un par de páginas. “Hay muchas formas de ver los libros, pero dependen del contrato que firmó el autor o el editor”, aclara Kulesz. Se puede ver el libro completo, en las obras de dominio público, y en algunos casos se puede bajar en PDF. A partir del contrato que firmó con Google en 2007, todos los libros de Teseo están online, disponibles para que el lector-investigador pueda consultarlos, pero sin descargarlo ni copiarlo. Teseo determina el número de páginas que se pueden visualizar, que van de 20 hasta el 100 por ciento del libro. Otra forma de ver los libros es por fragmentos: Google escaneó esos libros, pero no hay contrato firmado.
Kulesz advierte que esta revolución digital también impactará en la difusión del libro. “Por qué presentar un libro en Callao y Corrientes, a las 7 de la tarde con apenas treinta personas, si lo puedo subir a YouTube y lo van a ver cientos de personas en todo el mundo, cuando quieran”, subraya. “Estos cambios están determinando nuevos modelos de negocios, enfocados más a nichos que a mercados masivos. En la era de Internet conviene concentrarse en los nichos, en los productos que quizá van a vender poco, pero sostenidamente en el tiempo. Para esto hay que evitar a toda costa el stock. Teseo es una editorial digital ciento por ciento, no usamos stock. Nuestro centro de operaciones es la web; hacemos alianza con universidades que producen contenido académico, lo editamos, lo publicamos en formato POD y se imprimen donde el lector prefiera. Y puede comprarlo en la Argentina, en librerías virtuales como Prometeo, en Amazon (Estados Unidos), en México y en España. Y si todo sale bien, a fin de año también en Brasil.”
El editor opina que se asiste a un choque cada vez más frontal entre el modelo tradicional y el digital. “Ya ocurrió con la música y va a pasar con el libro. Un signo inequívoco de la crisis del libro tradicional es la proliferación de ejemplares”, plantea Kulesz. “Hay aproximadamente dos mil novedades por mes en la Argentina, son más o menos dos millones de ejemplares que inundan mes a mes las librerías. No hay librería capaz de aguantar dos mil novedades; la mayor parte de esas novedades queda en las cajas y a los pocos meses se devuelve al editor, que no tiene otra opción que guillotinarlos para venderlos como papel o saldarlos. Los grandes grupos editoriales insisten con la misma técnica, inundar e inundar. En vez de aprovechar lo digital, se mantienen a la defensiva y dejan el lugar a los colosos tecnológicos”, critica el director de Teseo.
“Mis colegas editores argumentan que el caso de la música no es análogo al del libro porque una misma generación asistió a formatos diferentes en la música: del disco de vinilo al casete, al CD, al MP3. El libro impreso, con más de 500 años, va a llevar muchas décadas hasta que se pueda cambiar”, explica Kulesz. “Creo que no depende de la antigüedad del formato, porque la carta manuscrita, que es mucho más antigua que el libro, desapareció, y también tenía la mística del perfume, el olor y el rizo de la mujer amada, y fue reemplazada por los e-mails”, compara el editor, que lee en su i-Phone artículos especializados y cuentos. “Por ahora no puedo leer novelas en digital”, aclara.
Kulesz recuerda que se pensó que la crisis económica global frenaría el avance del libro electrónico. “Muy por el contrario, el ejemplo de Schwarzenegger, que apuesta por el e-book frente al libro de texto en el estado de California, demuestra que los cambios se van acelerar porque el papel es demasiado oneroso. Libro en papel será sinónimo de edición de lujo”, precisa el editor. “Las librerías van a tener que migrar rápidamente a lo digital o van a tener que surgir librerías digitales nativas al estilo Amazon. Los libreros van a estar en dificultades porque no se entiende bien el modelo de articulación del libro electrónico con la librería física. ¿Para qué voy a ir a un lugar físico si puedo comprar por Internet?” Kulesz admite que estos temas se debaten poco y cuando algunos se animan lo plantean como “la amenaza de las nuevas tecnologías”. “Para los pequeños editores, las nuevas tecnologías son una herramienta poderosísima porque les evita tener un stock. Las nuevas tecnologías son una amenaza para los grandes editores, que tienen toda la estructura armada y no pueden reconvertirse. Va a ganar no el más grande sino el más flexible. Cuantos más editores digitales seamos, más presión vamos a generar para que se migre a lo digital.”
El escritor norteamericano Ray Bradbury despotricó recientemente contra Internet, Yahoo y el libro electrónico, pero anticipó que el futuro de la humanidad estará en el espacio. “Es la paradoja del bibliófilo al que le gusta el libro objeto, pero también es tecnófilo”, reflexiona Kulesz. “El planteo de Bradbury es una contradicción. Si vas a vivir en el espacio, en la Luna, comiendo hierbas artificiales, bueno... Leéte un libro digital.”
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