Jueves, 10 de septiembre de 2009 | Hoy
MUSICA › UN FESTIVAL SE PROPONE MOSTRAR A LOS “NUEVOS TALENTOS DE LA VANGUARDIA MUSICAL”
Con Ale Franov, DJ Inca y Tremor arrancó el Limbo Fest en el Ultra Bar. Las otras sedes serán Thelonious Club y Café Vinilo.
Por Cristian Vitale
Aquí no cuadra la acepción que Dante Alighieri le dio a la palabra “limbo”: no hay gente muerta en las periferias del infierno, tratando de zafar del famoso pecado original; rezando, en una penitencia sin sufrimiento, para lograr el perdón. El limbo de esta noche es más bien espacial, porque el Ultra Bar se parece más a un lugar en los lindes de la Luna que a los pesados e interminables círculos de la Divina Comedia. Este reducto céntrico está como hechizado, y la imaginación, si es que puede liberarse de sus escorias, colabora en la comparación: una luz oscura, o tenue, ilumina las siluetas quietas repartidas entre gringos curiosos y criollos amigos. DJ Inca, y su folklore lisérgico de consola, trabaja en las sombras para hornear un clímax afín, y Ale Franov, en su andarivel electrofolk, resulta en sabroso vermouth para empezar a degustar la segunda edición del Limbo Fest, un atractivo festival de música independiente. Que bien podría verse en los televisores blanco y negro 14 pulgadas que iluminan el Ultra con sus intermitencias a rayas, como alguno de los que se usaron para ver la llegada del hombre a la Luna. O escucharse en la hipnótica música de Tremor un viaje al satélite sin necesidad de moverse... Todo da, si se deja fluir.
Así es la primera fecha. Leonardo Martinelli, piloto principal de la nave, más el histriónico bombisto Camilo Carabajal y Gerardo Farez, tecladista, dan a la noche –tras la presentación de Franov– un perfil espacial, con la sensación de estar flotando en un limbo secular, explicable y sin ángeles grises. Es psicodelia folklórica, mantra electrónico y experimentación, es una búsqueda que atrae. Puede haber, en un mismo soplido estético, charango, bombo, ronroco y sequencers: chacareras glitch o huaynos IDM, se les dice. Folklore en los márgenes que relaja y moviliza, entre haces de luz. Tremor y Ale Franov, entonces, operan como una carta de presentación eficaz de una movida que implica, de aquí en más, un mes de música sin fronteras, más allá de la ley de gravedad.
Todos los jueves, viernes y sábados de septiembre, en tres sedes –Ultra, Thelonious Club y Café Vinilo–, tendrán lugar los casi veinte conciertos, englobados bajo el rutilante mote de “nuevos talentos de la vanguardia musical”, con expresiones que van del neofolk al jazz, pasando por el tango de nervio actual, la electrónica y la experimentación. Esta noche, 21 horas en el Ultra Bar, les toca recorrer los suburbios lunares a Tomi Lebrero y Lucio Mantel. Lebrero, ex bandoneonista de la Orquesta Fernández Fierro y de Palo Pandolfo, será secundado por la formación estrictamente acústica –contrabajo, cello, guitarra, percusión y bandoneón– con la que pergeñó una linda novedad discográfica llamada Cosas de Tomi. Y Mantel, casi un otro yo, pero hoy más inclinado a la cosa de cantautor. Así se expide Nictógrafo (Máquina para escribir en la oscuridad), un debut poblado de canciones densas, muy personales, que funcionan como un nexo entre el rock argentino clásico y el folklore. Mañana, pero en Café Vinilo (Gorriti 3780), será el turno de Guillermo Klein, con su bagaje telúrico centrado en las esencias de Cuchi Leguizamón. El líder de la big band Los Gauchos, que lleva casi 20 años viviendo en Estados Unidos, intentará revalidar su experiencia como referente del circuito de jazz neoyorquino ante oídos porteños.
El sábado, el limbo se trasladará al Thelonious Club (Salguero 1884), con Argentos & Richard Nant y el Esteban Sehinkman Trío. La banda de Nant, con doce años de carrera, mezclará versiones de sus tres discos (Argentos, Manifestando y Vetas) con Daniel “Pipi” Piazzolla en batería, Alan Plachta en guitarra, Matías Méndez en bajo, Pablo Rodríguez y Gustavo Musso en saxos. Y Sehinkman, pianista y compositor, mostrará retazos del fibroso El sapo argentino de boca ancha, su último trabajo. Bajo la curaduría artística de Fernando Isella, el Limbo Fest se extenderá hasta el último sábado de septiembre y prevé las presentaciones del sexteto de jazz fusión Escalandrum, el contrabajista Mariano Otero, el Mono Fontana, Doña María –en plena cruzada entre el folklore ancestral y el dub, la cumbia y el rap, bajo la subyugante voz de María José Galliano–, el quinteto de Diego Schissi y el cantautor Darío Jalfin, entre otros.
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