CULTURA › CHRISTIAN BOLTANSKI, MULTIPLICADO EN BUENOS AIRES
El artista, uno de los más importantes de la era contemporánea, montó en Tecnópolis Archivos del corazón, uno de sus proyectos más ambiciosos, que registra y archiva latidos de personas. También presenta aquí una muestra retrospectiva y dos instalaciones.
› Por María Daniela Yaccar
“Me interesa este sitio porque es para todos los públicos”, se entusiasma Christian Boltanski, uno de los artistas más importantes de la era contemporánea. Se refiere a Tecnópolis, adonde llegó en julio uno de sus proyectos más ambiciosos: Archivos del corazón. El francés, un obsesivo de la vida, la muerte y la memoria, se propuso elaborar un reservorio mundial de latidos de gente de distintas latitudes. En Tecnópolis, unas 11.500 personas –incluyendo al mismo Boltanski– pasaron por la experiencia. Cuando el trabajo termine, las grabaciones serán archivadas en Teshima, una isla japonesa deshabitada.
Boltanski está instalado en Buenos Aires en el marco de Proyecto Boltanski, una iniciativa de la Universidad de Tres de Febrero. Consiste en una serie de intervenciones en distintos puntos de la ciudad –incluyendo la de Tecnópolis– que abrieron las puertas al público este viernes. El artista expone una retrospectiva en el Museo de la Untref (Muntref), una instalación en el viejo Hotel de Inmigrantes, de Puerto Madero –llamada Migrants–, y otra en la ex Biblioteca Nacional, actual Centro Nacional de la Música –en homenaje a Borges, titulada Flying Books–, que se pueden visitar hasta el 16 de diciembre. “Nos conocimos en París en 2010 y empezamos a imaginar la posibilidad de una presentación en Buenos Aires”, cuenta Diana Weschler, subdirectora del museo de la universidad y curadora de las muestras. “En noviembre de 2011 le marcamos algunos sitios para que interveniera y él eligió. Quedó fascinado por la masividad y la enormidad de Tecnópolis, y porque acerca a un público que no es específicamente el de arte. Eso le daba un alcance social más grande a su proyecto”, cierra.
A Boltanski siempre le interesó eso: llegar a la mayor cantidad posible de espectadores. En España, por ejemplo, ha llegado a cambiar un centro de arte por una iglesia. Le permitieron mudar su instalación porque dijo que se trataba de “una ceremonia para los muertos”. Sobre Archivos del corazón apuntó: “Es interesante que algunos vean esto como una obra de arte, pero también que otros lo sientan como algo divertido o interesante. Se puede ir más allá o no”. La instalación se encuentra en el predio ferial de Tecnópolis, donde estará hasta el 11 de noviembre (de martes a domingo de 12 a 20, Avenida General Paz entre Constituyentes y Balbín, Vicente López). Se asemeja a un consultorio médico con dos salas en las que unas mujeres de guardapolvo blanco apoyan un estetoscopio en el corazón de los visitantes, quienes escuchan sus latidos por auriculares. La grabación se archiva en una computadora y el que pasó por la experiencia se lleva un CD con sus pulsaciones.
Archivos del corazón es una obra en progreso que ya pasó por París, Estocolmo, Berlín, Londres y Milán. El destino final es Teshima, que forma parte de la Benesse Art Site Naoshima, una seguidilla de actividades artísticas que ocurre en distintas islas japonesas. “Es una forma de guardar la memoria de las personas”, define Boltanski, que grabó sus latidos el miércoles, cuando visitó el predio de Villa Martelli acompañado por Weschler y por el rector de la Untref, Aníbal Jozami. “Podés ir a Japón a escuchar estos archivos: vas a estar escuchando, en cierta forma, la ausencia de la persona. Estarán en una cabañita de madera.” La memoria es el gran tema de este artista nacido en París en septiembre de 1944. De ahí su insistencia en valerse de materiales tales como fotos antiguas, ropa usada, objetos personales y recortes de diarios. Es hijo de madre cristiana y de padre judío. Su obra está profundamente signada por el Holocausto y por episodios que vivió en su infancia. En Christian Boltanski: La vida posible de un artista, su autobiografía, relata que su padre vivió durante dos años en el altillo de su casa para escapar de la mirada de vecinos delatores y que su madre hizo dormir a toda la familia en el mismo cuarto durante décadas. Cuenta, también, que salió a la calle solo por primera vez a los 18 años y que jugó a los soldaditos hasta los 35.
Weschler apuntó que movió las fichas para traer la obra de Boltanski a Buenos Aires justamente por cómo trabaja la relación entre arte y memoria. “También por su compromiso social, porque él intenta borrar los límites entre el mundo artístico y otros universos, tratando de generar una relación entre el arte y la vida muy potente”, añade. Otro motivo es la vinculación del trabajo de Boltanski con el horizonte histórico-cultural nacional. “Me gustan los argentinos”, subrayó el artista. “En cuanto a la memoria en este país, la primera cuestión tiene que ver con los orígenes de sus habitantes. Vienen de países muy diferentes. Hay que guardar la memoria de estos orígenes. Y la segunda cuestión es toda la gente que ha muerto sacrificándose para la democracia. También hay que guardar su memoria.”
No sorprende que Boltanski haya elegido para una de sus instalaciones el Museo Hotel de Inmigrantes (Antártida Argentina 1201, de martes a domingos de 12 a 20). Para este trabajo partió de los archivos históricos que registran a los extranjeros que arribaron a la Argentina y se albergaron en el edificio de Puerto Madero. Migrants es una intervención que emplea recursos sonoros, espaciales y lumínicos. El montaje es bien teatral. En la ex Biblioteca Nacional (México 564, de lunes a viernes de 10 a 13 y de 16 a 20 y fines de semana de 13 a 19) el francés homenajeó a Borges con unos 500 libros que están suspendidos en el espacio. La exposición será acompañada con conciertos y ballets contemporáneos. Finalmente, en el Muntref (Valentín Gómez 4838, de lunes a domingo de 11 a 20) se podrán ver obras que son hitos en la trayectoria del artista, a modo de retrospectiva. Dos de las más importantes son Mon Couer, para la cual Boltanski ha trabajado con sus propios latidos, y 6 de septiembre, que incluye tres proyecciones de noticieros que corresponden a la fecha de su cumpleaños. Las otras instalaciones que se verán en el museo son Mon coeur, Reserve, Etre à nouveau, Monuments y Leçon de tènèbre.
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