Sábado, 15 de diciembre de 2012 | Hoy
CULTURA › EL LANZAMIENTO DEL CENTRO DE PRODUCCION DIGITAL
Los “Diez episodios musicales” que se presentaron en la casa Le Corbusier, aunando una localidad, un músico o banda y un director cinematográfico, sirvieron como excelentes ejemplos del fascinante terreno que se puede recorrer.
Por Facundo Gari
“Independiente del gobierno, no de vos”, citaba un hipster en un círculo de jóvenes en la terraza de la Casa Curutchet. En la ronda reían. La charla se centraba en el ruido que hace ese brazo de distancia respecto de un representante electo por (el conjunto de los) “vos” democráticamente. Claro, la independencia es un concepto tan voluble como la ensalada rusa, el infinito o el buen gusto; aunque sobre éste algo diga la casa platense imaginada mas nunca vista in situ por Le Corbusier, locación que sirvió de lanzamiento para el Centro de Producción Digital (CPD) bonaerense. Concebido como un programa de promoción, experimentación, capacitación y gestión en torno de la cultura digital, tiene además dos aspectos colaterales de suma importancia: la convergencia de experiencias estatales, privadas con intereses comerciales y privadas independientes de ellos; y la inclusión de una juventud creativa (en potencia) y creadora (de hecho). Por ejemplo, para el proyecto inaugural, “Diez episodios musicales”, trabajaron la plataforma autogestiva de videoclips documentales Sonido Ambiente (SA, www.sonidoambiente.tv), el área de cine provincial BAfilm (www.bafilm.com.ar), diez realizadores cinematográficos (reconocidos e ignotos) y diez emergentes musicales de la generación testigo del pasaje del televisor a la computadora como eje organizador del living.
Lo que se vio el jueves por la noche fue una muestra de lo que el CPD puede hacer. En cinco de la decena de habitaciones de la “máquina que se habita” (según la famosa frase del arquitecto suizo) en la que se filmó El hombre de al lado –un tanto maltrecha y ambientada apenas con luces flúo– se colocaron plasmas con las proyecciones de los diez audiovisuales, a razón de dos por transmisor, y pufs para que la nutrida concurrencia pudiera apreciarlos cómodamente. Una banda o solista más un director más un escenario bonaerense del catálogo de BAfilm: tal fue la fórmula de estos clips digitales de matriz SA. Vaya el heterogéneo listado: Orquesta de Perros más Santiago Mitre (El estudiante) más San Andrés de Giles; Viva Elástico más Raúl Perrone (Los actos cotidianos) más Ituzaingó; Miro y su Fabulosa Orquesta de Juguete más Mariano Llinás (Historias extraordinarias) más el cementerio de Saldungaray; Javier Maldonado más Hernán Sáez (Plaga zombie) más la Sierra de la Ventana; Shaman más Laura Citarella (Ostende) más el puerto de Mar del Plata; Sofía Viola más Lucas Blanco (Amor en tránsito) más el Museo de Ciencias Naturales de La Plata; Valentín & Los Volcanes más Eduardo Pinto (Buen día, día) más el Parque Pereyra Iraola; Soema Montenegro más Jerónimo Carranza (Carpani, vida y obra) más el Delta del Tigre; Marina Fages más Carla Sanguineti (referente de SA) más los acantilados de Mar del Plata; y Duratierra más María Pérez Escala (Magia) más las terrazas del Teatro Argentino de La Plata. Coproducciones que los sitios web de SA y BAfilms, y la señal provincial Digo difundirán con el correr de las semanas.
El CPD es un proyecto en sintonía con la expansión del acceso a Internet, según destacó Jorge Telerman, presidente del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, durante la presentación del programa. Si bien es un fenómeno creciente, no es tan inmediato como la admisión de su potencialidad comunicativa, educativa, creativa y económica. No es casual que el gobierno nacional haya entregado más de dos millones de netbooks a alumnos de todo el país, ni que la palabra “digital” aparezca unas cincuenta veces en el texto de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ni que el proyecto de norma que las revistas independientes impulsan ante el avasallamiento de sus posibilidades de subsistencia circunscriba a los medios gráficos online, entre otros casos. Como zanjó Sanguineti, “la computadora es la nueva pantalla porque es de acceso simple”, se trate de consumo o de puesta en circulación de contenidos digitales, en el caso del CPD vinculados con al arte. “Hay una explosión de creadores, de su capacidad de producción y de capítulos productivos y económicos. Por eso, desde una perspectiva de políticas públicas, es imprescindible que el Estado esté presente para alentar, inspirar y encontrar caminos que hagan viables estas iniciativas”, resaltó el funcionario.
El programa deja entrever una postura proteccionista respecto del arte, admite el espacio social en lo virtual y, a la vez, proyecta una industria digital “vernácula” (las comillas se deben a la permeabilidad de los límites 2.0), exenta aún de inversores, sponsors y, de fondo, modelos de negocio que se ajusten al contexto de las nuevas tecnologías. ¿Cómo cultivarla? En principio, a través de concursos (en marzo próximo será el primero, de aplicaciones para dispositivos móviles, smart tv, televisión digital e Internet), subsidios para artistas, diseñadores y programadores, y cursos, seminarios y talleres de capacitación y actualización en organismos públicos y pymes. “El tema de la cultura digital es muy nuevo y todavía en la Argentina no se ve su potencial”, observó Sanguineti. “El primer episodio de SA, con El Mató A Un Policía Motorizado, fue visto un millón de veces, y puede verse en todo el mundo. Hay una expansividad que no está estudiada acá. Es cuestión de tiempo, de perder el miedo. Por eso es importante que el Estado brinde apoyo a estos proyectos.”
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