Las ideas son los seres más migratorios del mundo. La quinta edición del Filba Internacional es la prueba de que se pueden articular tramas más amplias, incluyendo más espacios para el diálogo, el intercambio de experiencias y de tensiones políticas. Por primera vez el Festival Internacional de Literatura en Buenos Aires se realizará en simultáneo en dos ciudades: Buenos Aires y Santiago de Chile. Del 25 de septiembre al 2 de octubre, durante ocho días, cien escritores circularán a dos puntas, acaso intentando burlar esa cordillera de los Andes que separa y “reparte” –mito mediante– los roles para cada país. Del otro lado –visto desde acá– sobran los poetas. Mientras que por estos pagos, en cambio, proliferan los narradores. Será una oportunidad para poner en tela de juicio esta antojadiza y repetida distribución. La apertura de esta edición estará a cargo de la escritora y crítica literaria Sylvia Molloy. El país invitado será Colombia, cuya literatura será homenajeada. Evelio Rosero, Juan Manuel Roca, Pilar Quintana y Miguel Torres son algunos de los narradores y poetas colombianos que participarán en debates, lecturas y homenajes. Hay más invitados: Tobias Wolff (Estados Unidos), Simon Reynolds (Reino Unido), Delphine De Vigan (Francia), Sergio Sant’ Anna (Brasil), Carsten Jensen (Dinamarca), Raúl Zurita, Pedro Lemebel y Lina Meruane (Chile), entre otros. “La intención es fortalecer los vínculos literarios con la región”, dijo Patricio Zunini, coordinador general del Filba, durante la presentación de la programación.

Una sana costumbre estableció el Filba desde que arrancó, allá por 2008: reunir en esta ciudad a escritores del mundo entero en un ámbito de intercambio que empieza con los autores y los libros. Pero que excede lo estrictamente literario, intentando abrir la cancha hacia otras disciplinas como la música, el teatro y el cine. Ya pasaron nada menos que el Premio Nobel de Literatura J. M. Coetzee, el holandés Cees Nooteboom y el colombiano César Vallejo. Probablemente en esta edición, organizada como siempre por la fundación Filba, sea Tobias Wolff, el autor de Feos rumores y Cazadores en la nieve, entre otros títulos, uno de los escritores más convocantes. Dará una clase abierta el 25 de septiembre a las 11 en el Malba –una de las sedes del festival–, actividad con cupo limitado que requiere inscripción previa y que será sólo en inglés; y será entrevistado por Claudia Piñeiro, al día siguiente, también en el Malba, con traducción simultánea. Simon Reynolds –grata sorpresa de esta quinta vuelta– participará de la conferencia Post punk. Romper todo y empezar de nuevo y ofrecerá un taller: El arte de la crítica.

A 40 años del golpe de Estado en Chile –que se cumplen el próximo 11 de septiembre–, el Filba no podía soslayar el tópico político. Pedro Lemebel traerá una performance sorpresa que, como siempre, dejará mucha tela para cortar. El poeta Raúl Zurita –Premio Nacional de Literatura en Chile– ofrecerá una lectura titulada Y Llorarás, una selección de su intensa trayectoria poética. Es probable que en la mirada de Zurita aún queden algunas esquirlas del dolor que padeció durante la dictadura pinochetista. Estuvo detenido y fue torturado en una de las bodegas del carguero Maipo. “Muero feliz porque muero en la belleza”, dice en La vida nueva, concepción que se inscribe en el lenguaje de desgarrado grito interior que caracteriza su obra. “El oficio del poeta implica el máximo riesgo porque el autor no es dueño del poema. La poesía habla a través de quien quiere y cuando ella quiere y la experiencia de su abandono puede ser muy terrible”, decía el poeta en una entrevista con Página/12 en 2001. Las ficciones políticas serán otro tema aglutinante. Los colombianos Miguel Torres y Evelio Rosero, junto a Gustavo Ferreyra, reflexionarán sobre los sistemas de representación ficcional del modo político en las formas y en el lenguaje. De las tensiones regionales –otra cuestión peliaguda– se ocuparán Damián Tabarovsky y las chilenas Alejandra Costamagna y Cynthia Rimsky.

Otra novedad de esta edición es una iniciativa conjunta con el instituto Goethe y la fundación Filba, quienes convocaron a los integrantes de la plataforma Kook –nacida en Alemania en 1998 como “sello de texto y sonido”– para experimentar formas de presentar la poesía fuera de las lecturas convencionales. ¿Por qué la poesía tiene todo el tiempo que justificarse más allá de sí? Este interrogante animó a la poeta Daniela Seel y el ilustrador Andreas Töpfer a fundar el sello Kookbooks, una de las editoriales independientes más elogiadas en Alemania por la originalidad de sus títulos y la calidad de sus diseños. Algunos de los integrantes de Kook se cruzarán en escena con el artista multidisciplinario Emilio García Wehbi, la coreógrafa Leticia Mazur y el músico Pablo Dacal. Y prometen que habrá un Cabaret Literario con la poeta chilena de origen mapuche Roxana Miranda, Fabián Casas, Naty Menstrual y Laura Wittner, entre otros. La agenda del filbero –entiéndase habitué del Filba– amenaza con colapsar. ¿Cómo perderse, por ejemplo, Cruces epistolares I. Derribando mitos: Bolaño/ Cortázar, con Alejandra Costamagna y Mariana Enríquez, en el Museo del Libro de la Lengua, otra de las sedes del Filba? A cincuenta años de la publicación de Rayuela y diez de la muerte del autor de Los detectives salvajes, el encuentro será una excusa para pensar la herencia que han dejado dos de los autores centrales de la literatura latinoamericana.

Gabriel García Márquez es un problema. No se sabe qué hacer con él, ya no se lo lee, pero tampoco se lo puede ignorar. Palabras más, palabras menos, este fue el planteo durante la presentación de la programación del Filba. Pilar Quintana, Juan Manuel Roca y Cristian Valencia –una narradora, un poeta y un cronista– dirán qué se puede hacer con el autor de Cien años de soledad.