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Miércoles, 21 de agosto de 2013

CINE › ALTO GRADO DE EXPOSICIóN DEL CINE SUIZO EN EL FESTIVAL DE LOCARNO

Una banda aparte en la Piazza Grande

Nacido como un colectivo en 2009 y ahora ya establecido como casa de producción, Bande à part tuvo su eclosión en Locarno, con dos films en la enorme sala al aire libre que es la Piazza Grande de la ciudad y un tercero en la competencia Cineasti del presente.

 Por Luciano Monteagudo

Desde Locarno

Un balance de la edición número 66 del festival del film Locarno que culminó el fin de semana pasado y que pretenda ir más allá de los premios (ver aparte), debe consignar el altísimo grado de exposición del cine suizo en general y de la llamada Bande à part en particular, un grupo de cineastas que está movilizando no sólo al cine de su país, sino también al de Europa toda, como lo prueba su inserción cada vez mayor en los principales festivales de la región y en las páginas de cultura de los medios franceses (Le Monde, Libération, Télérama), siempre atentos a lo que sucede en la Suisse romande, los cantones francófonos de Suiza.

En el Concorso Internazionale, el nuevo director de Locarno, el italiano Carlos Chatrian, incluyó en pie de igualdad ficciones, ensayos y documentales, lo que le permitió a Tableau Noir (Pizarrón), un sólido doc del veterano Yves Yersin, llevarse una mención especial del jurado. Filmado –a la manera del exitosísimo Ser y tener, del francés Nicolas Philibert– en una pequeña escuela aislada de montaña, con apenas un maestro y una ayudante para un heterogéneo grupo de alumnos de distintas edades, el film de Yersin tiene un condimento político que no tenía el de Philibert. Sucede que la película sigue al maestro y sus párvulos en sus trabajos y sus días al mismo tiempo que están pendientes de una decisión gubernamental que puede dejar a la escuela sin recursos. Que es lo que finalmente sucede, para desazón de todo el pueblo, que siente que una fría decisión de orden económico (los recortes presupuestarios parece que no tienen fronteras) los priva del corazón de la comunidad.

No parece una casualidad que este documental sea obra de Yersin, un cineasta que en los años ’70 formó parte del recordado –y contestatario– Groupe 5, integrado por los mayores nombres del cine suizo de aquel momento, como Alain Tanner, Claude Goretta, Michel Soutter y Jean-Louis Roy. La continuación de aquel movimiento parece encontrarse ahora en la Bande à part que integran Ursula Meier, Lionel Baier, Jean-Stéphane Bron y Frédéric Mermoud. Nacido como un colectivo en 2009 y ahora ya establecido como casa de producción, Bande à part tuvo ahora su eclosión en Locarno, con dos films en la inmensa y bellísima sala al aire libre que es la Piazza Grande de la ciudad y un tercero en la competencia Cineasti del presente.

“Somos cineastas con miradas muy diferentes, por suerte, pero nos une un mismo espíritu en común”, define Ursula Meier, la integrante del grupo que más ha trascendido a nivel internacional. Sin ir más lejos, Meier estará el mes que viene en Buenos Aires para acompañar una retrospectiva de su obra y presentar el estreno comercial de La hermana (L’Enfant d’en haut), que le valió el Oso de Plata, Premio Especial del Jurado en la Berlinale 2012 y que se convirtió en un impensado éxito tanto de crítica como de público en los Estados Unidos. Después de La hermana, todavía Meier no tiene una nueva película propia, pero como productora de Bande à part (un nombre que remite al famoso film homónimo de Jean-Luc Godard de 1964, sobre un grupo de ladrones aficionados) estuvo en Locarno apoyando el lanzamiento de L’Harmonie, un excelente documental de Blaise Harrison respaldado por su grupo.

Pero dos de los colegas de Meier en Bande à part sí tuvieron sendos estrenos en Locarno. Y uno de ellos ya tiene asegurada distribución comercial en Argentina. Se trata de Lionel Baier con Les grandes ondes (à l’ouest), una comedia satírica que hizo las delicias de la Piazza Grande con sus dosis equivalentes de ligereza de tono y vitriolo político. Ambientada en abril de 1974, la nueva película de Baier (que estuvo en el Bafici 2009 presentando un foco sobre su obra) reúne a tres periodistas de la Radio Suiza, a cual más diferente del otro: una cronista en ascenso (Valérie Donzelli, a su vez también cineasta, directora de Declaración de vida, de inminente estreno porteño), un experimentado pero decadente corresponsal extranjero y un hosco ingeniero de sonido. Trepados a una típica camioneta Volkswagen convertida en estudio ambulante, tienen como misión relevar la hipotética ayuda helvética en Portugal, prácticamente inexistente pese a la propaganda oficial suiza. Pero, casi sin darse cuenta, se tropiezan con la Revolución de los Claveles, que en ese momento está acabando con la dictadura salazarista, lo que cambia no sólo su objetivo periodístico, sino también sus vidas.

El otro de la “banda” en poner su película en esa inmensa vela desplegada al viento que parece la pantalla de la Piazza Grande fue Jean-Stéphane Bron, conocido en Argentina gracias a Cleveland versus Wall Street, exhibida en el DocBuenosAires 2011. Cineasta de una fuerte impronta política, Bron presentó L’Expérience Blocher, su peculiar retrato de Christoph Blocher, sin duda el más polémico político helvético, el hombre que con su prédica impidió que Suiza se sumara a la Unión Europea y que ha combatido de todas las maneras posibles a la inmigración en su país. Típico populista de derecha, Blocher representa todo aquello a lo que Bron se opone, pero el desafío del cineasta fue no demonizarlo sino, por el contrario, tratar de comprender cuál es la seducción que ejerce ese hombre sobre sus conciudadanos.

A esa seducción trata también Bron de resistirse, en un juego de tensiones que enriquece dramáticamente al documental, que podría llamarse Citizen Blocher, en la medida en que tanto el prólogo como el epílogo remiten al célebre Citizen Kane de Orson Welles. Con la diferencia de que el secreto mejor guardado de la infancia de Blocher (su “Rosebud” en términos wellesianos) no es un trineo olvidado, sino el viejo banco de un parque en el que ese hombre, siendo niño, tuvo sus primeros sueños de grandeza.

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Les grandes ondes (à l’ouest), comedia satírica de Lionel Baier, se estrenará en Argentina.
 
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