CULTURA › PRIMERA VERSIóN DE EL ETERNAUTA EN FRANCéS CON LOS DIBUJOS ORIGINALES
El Salón del Libro fue escenario de la presentación de la historieta creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. “El Eternauta es el relato más fuerte y poderoso del género en nuestra cultura en la segunda mitad del siglo XX”, señaló Juan Sasturain.
› Por Silvina Friera
Desde París
“Quién iba a imaginar que El Eternauta estaría en la Feria del Libro de París”, dijo Juan Sasturain durante la presentación de la primera versión en francés con los dibujos originales de la historieta creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. Cuando se publicó originalmente en Hora Cero Semanal, entre 1957 y 1959, época de apogeo de la ciencia ficción paranoica –signada por el riesgo latente de la invasión del otro, propia de la Guerra Fría–, no estaba en la foto de la literatura argentina. “Es el relato más fuerte y poderoso del género en nuestra cultura en la segunda mitad del siglo XX. Pasó de un relato marginal y no reconocido a poner en juego lo que ningún otro hizo”, celebró Sasturain esta obra –ahora publicada por Vertige Graphic– que narra la historia de Juan Salvo, un hombre común de clase media argentina que se convierte en viajero de la eternidad. El editor Daniel Divinsky, a cargo de la coordinación de esta charla-homenaje a Oesterheld en la que participaron los dibujantes Miguel Rep y José Muñoz, y la traductora Elsi Gómez, enfatizó un contexto más que significativo. El libro se presentó ayer, en el 38 aniversario del golpe cívico-militar de 1976 que desencadenó “la dictadura más sangrienta de la historia argentina, de la que Oesterheld y sus cuatro hijas fueron víctimas, como tantos otros”.
Sasturain planteó que “hay que desterrar el equívoco de que lo mataron por escribir El Eternauta”. “Oesterheld fue asesinado porque era un militante revolucionario, un hombre que llevó hasta las últimas consecuencias su enfrentamiento con la dictadura. Y sus cuatro hijas también militaban y fueron asesinadas.” El escritor trazó un panorama de la trayectoria política del historietista ante el público francés. “El itinerario ideológico de Oesterheld es ejemplar y comparable con el de Rodolfo Walsh. Ambos eran hombres de clase media que fueron optando cada vez más radicalmente hacia una respuesta contundente a los sucesivos gobiernos militares en nuestro país. El hombre que escribió El Eternauta no es el mismo que lo releyó en los años ’70 y lo cargó de implicancias políticas”, explicó el autor de Dudoso Noriega, que analizó los cambios en el género que llegaron de la mano de Oesterheld. “La aventura se traslada al lugar de la escritura y lectura; las cosas suceden en el mismo lugar y tiempo en que se leen. Lo lectores verán pasar a los invasores por la puerta de su casa. Todo ocurre en Buenos Aires.”
Otra modificación que despliega la historieta está vinculada con el carácter “periférico”: es una pequeña invasión extraterrestre que compromete a toda la humanidad. En cuanto a la perspectiva, está contada desde la gente común. “Es un muestreo de la clase media argentina. Un miércoles a la noche, cuatro amigos se reúnen para jugar a las cartas en el altillo de una casa. De repente se produce un silencio absoluto, se corta la electricidad y empieza a caer una nevada mortal en Buenos Aires. Los copos de nieve fosforescentes producen la muerte alrededor”, sintetizó Sasturain el principio de la historia. “Es justamente esa larga introducción la que distingue esta historia, en donde se narra qué pasa entre un grupo humano aislado por la muerte. Es el relato de la posibilidad de salvarse con los otros. El héroe en Oesterheld es colectivo: los hombres se salvan o se condenan juntos.”
La traductora francesa señaló que hay distintos niveles de lectura, que hay un nivel de aventura, otro de filosofía y uno político. “Hoy es un símbolo de la resistencia permanente a un sistema político que te oprime, y eso funciona en todas las épocas y lugares”, subrayó. A los 14 años Muñoz fue asistente de Solano López, justo cuando estaba terminando los dibujos de las últimas páginas de El Eternauta. “Esos personajes nos miraron a nosotros y nos siguen mirando. Hay un espesor filosófico y un temblor humano que vibraba en Oesterheld. El dibujo es una expresión de sentimiento.” Muñoz, que se formó también con Alberto Breccia, asumió que es “un hijo reconocido y agradecido de toda esa muchachada” y añadió que su generación estaba hipnotizada por la violencia de la guerra en el género ciencia ficción. “Fue parte de nuestra formación viril”, reconoció Muñoz. Rep estableció la diferencia entre cómo fue leída la historieta en la década del ’50 y en los años ’70, cuando el género “pierde la inocencia”. “Esta es una historieta de muchas lecturas, sobre todo después de la desaparición de Oesterheld; la segunda parte resignifica toda la primera, es la obra desde la militancia, del perseguido. Ahora hay lectura cooptada por la política. Hasta hubo un presidente que fue El Eternauta”, advirtió Rep en referencia al Nestornauta con que se representa a Néstor Kirchner. El dibujante y humorista gráfico era un adolescente que trabajó en Ediciones Récord, muy cerca de Oesterheld. “Me extrañaba que siempre dejaba un reguero de barro seco entre la mesa y el baño, donde había un pasillo –recordó–. Ese hombre de barba estaba escapándose todo el tiempo, era un militante en la clandestinidad. Y un día simplemente dejó de venir a la editorial.”
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