Miércoles, 27 de julio de 2016 | Hoy
CULTURA › SAN DIEGO COMICCON ES MáS QUE UNA CONVENCIóN DE HISTORIETA
Aunque las editoriales anuncian sus lanzamientos y los dibujantes firman sus obras, el encuentro se convirtió en la plataforma para los productos audiovisuales de aventuras, derivados o no de las viñetas. Este año, Netflix y Warner desplazaron a Marvel.
Por Andrés Valenzuela
En el techo del Centro de Convenciones de San Diego, en California, Estados Unidos, hubo francotiradores desde el jueves al domingo. Allí no se celebraba ningún mitín político del Partido Republicano ni se reunían los jerarcas de las finanzas del hemisferio norte. Lo que había en ese lugar era una convención de cómics. Claro que San Diego ComicCon hace rato que es más una convención de productos audiovisuales derivados que un evento realmente enfocado en las historietas. Claro, en el encuentro anual sigue habiendo autores que firman y dedican sus dibujos, las editoriales todavía anuncian sus novedades, y hay conferencias de los dibujantes y guionistas más destacados. Pero lo que se lleva toda la atención, de público y prensa por igual, es el creciente lugar que ocupan las producciones televisivas y cinematográficas durante esos cuatro días. Hoy es más bien un “festival de trailers” que oficia de piedra basal para la industria del márketing.
El proceso cobró fuerza hace unos cinco años, cuando quedó claro que la carrera por adaptar los clásicos cómics de superhéroes a la pantalla rendía bien para Marvel. El resultado es que en la edición que terminó el domingo se anunciaron, anticiparon, revelaron –y varios otros verbos más– arriba de 40 series y películas. ¿Los cómics? Sí, bueno, hubo algunas noticias menores y se entregaron los Premios Eisner –a falta de otra comparación, los “Oscar” de la industria comiquera norteamericana–, en los cuales volvieron a reconocer el trabajo de dos argentinos: unos tales Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. ¿Por qué? Porque el clásico El Eternauta ganó el premio a “Mejor edición de archivo - tiras”, por la bellísima edición que lanzó en ese mercado Fantagraphics (bajo la lupa editorial de Gary Groth y Kristy Valenti).
El amperímetro, incluso entre el público argentino, pasó por los trailers. Incluso productos que a priori no son “de cómics” aprovecharon la ocasión para mostrarse: la cuarta temporada de Vikingos, las primeras imágenes de la nueva serie Star Trek: Discovery, algunos adelantos de la séptima temporada de Game of Thrones, y la promisoria American Gods, inspirada en la novela de Neil Gaiman. El “festitrailer” continuó con otras películas potencialmente ñoñas: Kong: Skull Island, King Arthur: legend of the sword, y el spin-off de Harry Potter: Fantastic Beast and where to find them. Y cantidad de remakes. ¿Hacía falta una de El Exorcista? ¿O de Blair Witch Proyect? ¿O de The Rocky Horror Picture Show? Nada parece indicarlo, pero lo cierto es que llegarán más temprano que tarde a los cines.
The Walking Dead y su spin-off Fear The Walking Dead también presentaron trailers de sus temporadas 7 y 2, respectivamente. Pero el anuncio que hicieron quedó rápidamente opacado cuando Netflix hizo lo suyo. Es que la señal de tv digital on demand mostró el adelanto de su nueva miniserie co-producida con Marvel Studios: Luke Cage, personaje que ya apareció en Jessica Jones. También presentó un “teaser” (eso que no llega a ser tráiler y que existe solamente como herramienta para “cebar a los fans”) de Iron Fist, confirmó la tercera temporada de Daredevil y mostró el logo de Defenders, la serie que en 2017 reunirá a los cuatro superhéroes urbanos.
Marvel, en solitario, apenas avanzó poco con su conocido plan audiovisual: nuevo tráiler para la inminente Doctor Strange (con Benedict Cumberbatch), anuncios del casting de Black Panther y Captain Marvel, algo de Guardianes de la galaxia 2, algo para ver en su stand respecto de Thor 3: Ragnarok (que tendrá crossover con Hulk) y un anuncio televisivo que pasó casi inadvertido: Legion, ambientado en el universo mutante.
Ya con todo esto cualquiera tendría suficientes excusas para comer pochoclo por los próximos dos años, pero –créase o no–, todavía hubo más. Porque si habitualmente Marvel, que es una subsidiaria de Disney Co., gana la “guerra de trailers”, este año el balance se inclina más hacia Warner Bros y su filial DC Comics.
Durante años, una broma recurrente aseguraba que mientras DC no sabía cómo hacer una película decente de La mujer maravilla, Marvel era capaz de vender una con un mapache que hablaba y un árbol. Y algo de razón había. En los avances que DC/Warner presentó el último fin de semana se puede ver un cambio de tono en sus producciones, algo un punto más ligero que lo que se venía viendo en Batman o Superman. De hecho, el anticipo de la mítica princesa-guerrera de DC tiene hasta colores brillantes. Como si eso no alcanzara para entusiasmar a los fans de la veterana editorial, también se mostró algo del material ya filmado para la película de La liga de la justicia que reúne a los principales superhéroes del sello (así como Marvel reúne a los suyos en Avengers).
A esto hay que sumarle los anticipos de sus series televisivas, tanto el universo que puede verse en el cable por Warner (Flash, Arrow, Gotham, Legends of tomorrow, Lucifer), como a las series animadas (Justice League Action cosechó varios elogios). Y, finalmente, desde DC sacaron un nuevo (“definitivo”, lo llamaron) trailer de Suicide Squad, que se perfila como la película que más nerviosos e inseguros pone a sus propios productores, que parecen desesperados por vender a los personajes, sus actores y sus tramas. Como dicen muchos fans, sobre esta y otras producciones: que la estrenen de una vez.
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