La hora pulenta ya no está al aire, pero aún hace sentir sus efectos. Desde la clandestinidad, el programa que conducían Nicolás Lantos y Juan Manuel Strassburger –gestores del Festipulenta, cita de honor para todo el que quisiera estar enterado de la ardiente actualidad del rock independiente– ofrece en descarga libre el Volumen 3 del Compipulenta, 43 canciones repartidas en tres discos que integran a varios de los nombres esenciales de la escena. Con una portada realizada por Max Cachimba y un librillo PDF de 70 páginas, la recopilación permite asomarse a grabaciones hechas por fuera de las ediciones oficiales de las bandas y solistas, conformando un panorama multiestilístico y bien demostrativo de la riqueza del medio en el nuevo siglo. Hay mucho y muy bueno, como la incendiaria versión de “Cowboy” (Ratones Paranoicos) a cargo de El Perrodiablo; el desquicio de los ya disueltos Riki Riki Tave (“Moscas y arañas”); una versión podrida y alternativa de “Esta vez” (Valle de Muñecas); el rock valvular de Gualicho Turbio (“Monja”); el refinado pop de Miro y su Fabulosa Orquesta de Juguete (“El Falcon celeste”); Adrian Cayetano Paoletti y “Carro de fuego”, los legendarios Perdedores Pop y “Tracción palmera”, Shaman y los pilares de la creaciòó con el minimalista “Pranama”, los felizmente inclasificables Sr. Tomate con “La palabra macabra”, un crudo “Halloween” a cargo de Los Rusos Hijos de Puta, los uruguayos Buenos Muchachos con su versión de “Shadowplay”, Carmen Sandiego, Javi Punga, Mujercitas Terror, Atrás Hay Truenos, 107 Faunos, Los Reyes del Falsete, Valentín y los Volcanes y más aún. Mientras algunos se contentan con encender las radios comerciales y repetir el sonsonete de que en el rock argentino actual “no pasa nada”, basta poner “Compipulenta 3” en Google y usar alguno de los múltiples recursos de descarga para verificar que en el rock argentino de hoy en realidad pasa de todo. Solo basta tener un poco de curiosidad, y salir alguna noche a disfrutar el modo en que todas esas canciones se trasladan a conciertos vivificantes.