Luego del escándalo que se desató a partir de que América censuró el envío del domingo último de Televisión registrada, editando unilateralmente cada uno de los comentarios realizados por el “arrepentido” y procesado por las coimas en el Senado, Mario Pontaquarto, la productora Pensado Para Televisión (PPT) decidió desvincularse del canal en el que hasta esta semana se emitieron los ciclos Indomables y TVR. En un comunicado firmado por el productor general de ambos programas, Diego Gvirtz, se informó que, “como consecuencia de los hechos que son de público conocimiento y que afectaron nuestra libertad de expresión, nos vemos obligados a rescindir los contratos que nos vinculan con el canal América TV”. A su vez, como la rescisión del contrato se hace efectiva a partir de hoy, PPT concurrió ayer a la noche al canal para realizar el último programa de Indomables y ampararse de algún futuro problema judicial. Sin embargo, América TV decidió no emitir anoche el ciclo que conduce Roberto Pettinato.
El texto en el que PPT anuncia el levantamiento de la grilla de ambos programas concluye agradeciendo al canal por “la libertad con la que nos permitieron trabajar desde 1999 hasta la semana pasada”. Claro que ése no fue el único comunicado. Por la noche, América TV respondió por la misma vía. “Lamentamos mucho y pedimos disculpas a nuestros televidentes –detalla el texto– por esta decisión injustificada y abrupta de PPT, productora que ha iniciado sus actividades y ha crecido a través de América TV.” Por último, en la respuesta oficial a PPT, América TV “ratifica su absoluta vocación por la libertad de prensa, enmarcada en un respeto total a las instituciones democráticas”.
Aunque ninguno de los ejecutivos de PPT quiso hacer declaraciones, fuentes cercanas a la productora de contenidos televisivos informaron que la decisión de rescindir el contrato que los unía a América ya “estaba tomada desde el lunes mismo”. Pese a los numerosos intentos que desde el día posterior a la emisión del envío editado realizaron las autoridades del canal para tratar de convencer a Gvirtz, con varias reuniones en el medio de las que participaron ambas partes, el propietario de PPT decidió poner fin al contrato que lo ligaba a América, debido a que el productor entendió que la relación con el canal “ya no tenía retorno”. “Si yo le entrego al canal un tape con un programa y resulta que me entero al aire de que lo editaron sin mi consentimiento, es un claro signo de que el programa no les gusta y que ya no debo hacerlo yo”, explicó días atrás Gvirtz a Página/12.
El problema de los directivos de América con TVR se había iniciado el sábado a la tarde, una hora antes de que comenzara la grabación del programa en cuestión. Pese a que las promociones del canal anunciaban desde el miércoles anterior que el “crítico invitado” iba a ser Pontaquarto, ya que el envío contaba con un bloque completo dedicado a las coimas en el Senado por la aprobación de la reforma laboral, que el ex secretario parlamentario denunció, las autoridades del canal recién “presionaron” por teléfono a Gvirtz para que el ex funcionario no participara del programa minutos ante del comienzo de la grabación. En ese momento, ante la sorpresa y la imposibilidad de conseguir un invitado sustituto, Gvirtz tomó la decisión de grabar el programa tal cual estaba planeado.
Luego de las más de tres horas de grabación, la productora entregó el tape, con la totalidad de los comentarios de Pontaquarto, al canal. Posteriormente, sin mediar consulta con la productora, América decidió editar el tape a su antojo. Es decir: eliminando todos y cada uno de los comentarios del “arrepentido” procesado. Según contó Gvirtz, en una reunión posterior, las autoridades de la emisora argumentaron que la decisión se tomó porque Pontaquarto “no era digno” de un ciclo como TVR. Sin embargo, el vocero del canal echó más sombras a la cuestión: dijo que la edición se debió a cuestiones “artísticas”, porque los dichos del invitado eran “aburridos”. El domingo, entonces, TVR se emitió sin las opiniones vertidas por Pontaquarto, hecho que desencadenó el abrupto final del vínculo que ligó a PPT y América durante casi seis años.