“La ciudad en la que murieron más de 500 personas te recibe con sus carpas y sus baños químicos, su inanición flagrante, su debilidad manifiesta, su futuro clausurado en el perímetro de los albergues, en los lugares invadidos por los nuevos nómades. Unas 37 mil personas lo perdieron todo. A más de 12 mil les quedan algunas paredes. Casi 80 mil personas tienen sus casas afectadas. Unas 27 mil levemente afectadas. ‘Este es nuestro Katrina’, ha dicho un ministro. Más que una analogía, deslizó sin ruborizarse una sentencia a futuro.” La crónica de Abel Gilbert es, según el propio autor, “un diario de viaje sobreescrito encima de las impresiones de los días que siguieron al terremoto de 7.9 grados que devastó Pisco, Ica, Chincha, Cañete y alrededores, el 15 de agosto de 2007”. El título del texto periodístico es tan elocuente como las imágenes que describe: Después de la tormenta. O sea, el cronista metido a recuperar con su mirada aguda y profunda los “retazos de vida en medio de la desolación”, lo único que quedó cuando se fueron las cámaras. El artículo de Gilbert todavía es inédito: recién podrá leerse mañana, cuando PáginaI12 entregue gratuitamente la primera edición local de la revista Surcos, que la Fundación Síntesis publica desde Chile con la idea de reflejar las problemáticas regionales latinoamericanas.

Surcos nació como revista en febrero de 2004, impulsada por la fundación creada por Wenceslao Casares. Christian Austin, presidente de la fundación, recurrió al periodista Santiago O’Donnell (editor de la sección El Mundo de PáginaI12), quien planteó hacer un medio donde los recursos estuvieran al servicio del periodismo. “Les dije que si no podíamos hacer una revista con muchas páginas, era preferible que tuviera sólo 16 pero con periodistas y fotógrafos de primer nivel”, recuerda O’Donnell, director editorial de la revista. “Lo que hicimos fue buscar gente capaz y ofrecerle buenas condiciones para que pudieran escribir su crónica. Hacer periodismo es caro, pero puede hacerse. Y si a alguien le pedís que haga la nota de su vida, hay que pagarlo.” El objetivo se cumplió: en las 16 páginas de cada número de Surcos hay crónicas casi imposibles de encontrar en otro medio, además de entrevistas que tienen que ver con la realidad de la región. El nivel fotográfico no le va en zaga, con impactantes imágenes en blanco y negro surgidas de las lentes de renombrados fotoperiodistas latinoamericanos, editadas por Santiago Porter y Gonzalo Martínez.

O’Donnell imaginó la revista como una mezcla entre Le Monde Diplomatique y Gatopardo: “Quería que fuera un medio no académico, que pudiera hablar de derechos humanos, desarrollo, equidad y multiculturalidad de un modo ameno para el lector. Nos propusimos hacer periodismo narrativo, que cada crónica fuera en sí misma una obra de arte sobre los temas en común que tenemos en la región. Creo que sí existe una agenda latinoamericana y que ver otras problemáticas en perspectiva puede ayudarnos a entender las nuestras. Por ejemplo, un artículo sobre la inseguridad en El Salvador puede aportarnos una mirada distinta acerca de lo que pasa en el conurbano bonaerense. Y uno sobre las madres de desaparecidos en Colombia, repasar nuestra propia historia”.

La Fundación Síntesis estableció un pacto cultural con los lectores de Surcos: la revista es independiente, no censura el trabajo de sus periodistas, cree en el valor de la palabra escrita como transmisora de ideas y vehículo de información, habla a través de sus relatos fotográficos y los deja hablar, confía en la inteligencia de sus lectores, indaga en la realidad que duele pero también inspira y entusiasma, y cree en la integración regional. Cada uno de esos puntos establecidos en la página web de la fundación (www.fundacionsintesis.cl) obraron como guía para la confección de la revista, pero hay otros dos en especial que sintetizan bien el espíritu del medio: “Surcos no ‘dice’ lo que pasa, lo muestra” y “Surcos cree que Latinoamérica tiene un futuro mejor por delante”.

Hasta ahora, la revista sólo podía conseguirse en la Argentina por suscripción, aunque en Chile ya había salido como suplemento de otra publicación. Desde mañana, PáginaI12 publicará cada mes un número de Surcos, que recuperará las crónicas ya publicadas de autores como Ezequiel Fernández Moores y la colombiana María Teresa Ronderos (ganadora del premio María Moors Cabot, uno de los más importantes del periodismo). Porque, como dice O’Donnell, “las buenas notas duran”.