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Martes, 19 de agosto de 2008

UN áLBUM-LIBRO EN CAMINO AL CULTO

Tintín debutó con Catherine Deneuve

 Por Israel Punzano *

Desde Barcelona

El intrépido Milú ha muerto, el capitán Haddock –más pegado que nunca a la botella– se gastó su fortuna en orgías y mesas de juego; el alocado profesor Tornasol pasa sus días en un hospital psiquiátrico y Tintín, claro, está deprimido. Para desembarazarse de la tristeza, decide regresar al periodismo, pero todo ha cambiado desde que estaba en activo. Varios años después de la desaparición de Hergé, el mundo ya no reclama aventuras, sino crónicas sensacionalistas a golpe de famosos y de sus escarceos en la cama. Lógicamente, Hergé no imaginó una peripecia así para su héroe. Esa historia es un relato breve incluido en el libro-álbum Tintín y el loto rosa, con texto de Antonio Altarriba e ilustraciones de Ricard Castells y Javier Hernández Landazábal.

Desde que apareció en el mercado, a fines del año pasado, para conmemorar el centenario del nacimiento de Hergé, la obra fue un quebradero de cabeza para su autor y para Edicions de Ponent, que pronto se topó con la todopoderosa Fundación Moulinsart, poseedora de los derechos de Tintín. El editor Paco Camarasa explicó que tras un amago de presión por parte de Moulinsart para que se retirara el libro, la situación consiguió encauzarse con un acuerdo. Así, la fundación aceptó que se siga distribuyendo la obra hasta que se agotara la tirada original, de 1000 ejemplares. A cambio, el sello español se tuvo que comprometer a no reeditar jamás el libro. Aunque Moulinsart no encontró ningún delito en las ilustraciones que acompañan al texto –que incluye también ensayos diversos sobre la criatura–, sí consideró que pervertía la esencia del siempre cándido Tintín. Quizá porque, entre otras cosas, el eterno adolescente pierde al fin la virginidad a manos de la mismísima... Catherine Deneuve.

Camarasa aceptó el arreglo con Moulinsart a regañadientes. “No puedo tener una batalla con ellos. Me superan”, reconoce el editor, irritado porque la polémica llegó incluso a Gran Bretaña, a través de un artículo que publicó el diario The Guardian. “Creo que la gente habla del libro sin haberlo visto. No es un comic lleno de viñetas en las que aparezca Tintín fornicando. Es una ficción y punto. Moulinsart tendrá los derechos, pero eso no le permite practicar la censura como quiera. A este paso, van a convertir el libro en una obra de culto”, zanja el editor. La misma irritación comparte el autor, que no es un desconocido en el noveno arte. Además de guionista de historietas y escritor, Altarriba fue uno de los pioneros en introducir el estudio teórico de la historieta en las aulas españolas. En la actualidad, ejerce de catedrático de literatura francesa en la Universidad del País Vasco y su tesis, leída a principios de los ochenta, ya trataba sobre el cómic de la gran tradición franco-belga. El susto por lo ocurrido todavía no se le fue del cuerpo, y por eso afirma que nunca volverá a decir ni mu de Tintín, al menos mientras Moulinsart siga con su estrategia acaparadora. El autor señala que su único interés fue el de rendir homenaje a su admirado Hergé. Y lo hizo explorando algunos de los aspectos más llamativos de Tintín, como la escasez total de libido que presenta a pesar del devaneo hormonal que se le supone a un adolescente. “Todo lo hice con respeto. Yo aprendí muchas cosas leyendo a Hergé. Creía que la gente adulta distinguiría entre una cosa soez y algo que nace de la admiración. Si llegaba a imaginar que me iba a traer tantos problemas, lo habría pensado dos veces”, remacha, sin asomo de ironía.

* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.

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