Quince años estuvo ausente Jane Fonda de la pantalla grande. Pero esa no es la noticia, sino que ha regresado para hacer de suegra de Jennifer Lopez en una comedia lavada y comercial, un producto hecho y derecho, que reúne a ambas actrices en una película que es como un largo chiste de suegras. Pero que además incluye un prólogo con un romance soñado y un epílogo con fiesta de casamiento, con lo que Una suegra de cuidado completa casi tres películas al precio de una. Con el joven director de esa deliciosa comedia titulada Legalmente rubia al mando, semejante producto al menos logra respetarse a sí mismo, tomándose el pelo aquí y allá, y sin llegar jamás a dar vergüenza ajena. Pero es una lástima, porque ni siquiera así logra llamar la atención más allá de su premisa inicial. Porque como jamás alcanza a dar ese paso que lo eleve por sobre su circunstancia, la película de Robert Luketic se hunde en una permanente medianía, con cada uno de sus previsibles pasos de comedia en su sitio, una y otra vez. Hasta que lo único que vale la pena en ella es ver a sus protagonistas en pantalla durante hora y media. Pero más que verlas actuando, Una suegra de cuidado es apenas una invitación a pasar toda una película con ellas. Con Jennifer derrochando encanto en su papel de soltera esperando el novio perfecto, sin escatimar ningún mohín de chica abierta, sincera y creativa, y permitiéndose incluso en un momento de la película afirmar: “No tengo un culo sino dos”.
El papel de Jane Fonda es un caso aparte, ya que casi hace de sí misma, pero en el rol de conductora televisiva en el ocaso de su carrera. Por lo tanto sólo le queda su hijo, y al verlo en brazos del personaje que interpreta Lopez, que para ella es apenas una joven sin planes ni ambiciones, decide que no está a su altura. Y actuará en consecuencia. Sin llegar jamás a explotar los excesos de semejante relación suegra-nuera como su nombre original lo sugiere (un juego de palabras, con monstruo en lugar del madre en mother-in-law, que es como se dice suegra en inglés), no hay que cuidarse de nada ante Una suegra de cuidado. Entrega justo lo que promete su afiche promocional. No hay nada más que eso, pero difícil sería que hubiese menos.