El flamante Matar a Hitler, obra del historiador Roger Moorhouse, rastrea la historia de los hombres y mujeres que intentaron eliminar al líder nazi en distintas ocasiones, desde pistoleros solitarios y oficiales alemanes desafectados al régimen, hasta agentes del NKVD soviético y del SOE británico. Pocos personajes históricos han encarnado el Mal como el líder del Tercer Reich. Tal vez eso explique por qué matar a Hitler llegó a convertirse en una obsesión para simples artesanos, altos oficiales, apolíticos, agentes del enemigo y hasta sus más íntimos colaboradores. Matar a Hitler, recién editado por el sello Debate, relata la historia de sus planes, sus motivos y sus fracasos, a la vez que funciona como la crónica de la asombrosa supervivencia de un tirano. A partir de material original de archivos polacos, soviéticos, alemanes y británicos, Moorhouse ofrece nuevas perspectivas sobre la historia del Tercer Reich. Los métodos propuestos para asesinar a Hitler iban desde la utilización de explosivos, venenos o francotiradores hasta infiltrar agentes en las SS, o incluso mandar a Rudolf Hess de vuelta a Alemania hipnotizado para que acabara con él.

Uno de los episodios que narra Matar a Hitler es el plan del coronel Claus Stauffenberg, quien planeó un atentado contra el jerarca nazi el 20 de julio de 1944 y cuya vida llegará pronto al cine cuando se estrene el film Valkyrie, protagonizado por Tom Cruise. Stauffenberg fue un aristócrata católico alemán, aficionado a la literatura y oficial de las Wehrmacht que decidió atentar contra su líder tras conocer las atrocidades perpetradas por las SS contra civiles de los países enemigos, y en especial contra los judíos. En 1944, después de unirse a la resistencia germana contra el régimen nazi, ejecutó un fallido atentado contra Hitler, que fracasó al comprobarse que el líder nazi había salido con apenas rasguños de la fuerte explosión.