Es posible conocer buena parte del universo de Tennessee Williams a través de sus obras capitales, desde El zoo de cristal hasta Un tranvía llamado deseo. Otra vía para descubrirlo es leer sus Memorias. Ese libro, reeditado recientemente por Bruguera, desató un escándalo de proporciones en la sociedad norteamericana de los años ’70. El abordaje de su homosexualidad y de su relación con las drogas y el alcohol indignó a los puritanos, claro. Pero estas Memorias funcionan también como un fresco de la vida teatral y cinematográfica de los Estados Unidos. “Gran parte de lo que diga se referirá por igual al amor carnal y al espiritual. Para ser un hombre que se ha visto a menudo al borde de la destrucción, he gozado de una vida singularmente afortunada, con numerosos momentos de dicha, tanto pura como impura”, apunta Williams.