Humberto Solás, autor del primer largometraje cubano que compitió por el Oscar (Un hombre de suerte) y documentador de la Revolución, murió a los 66 años. Ganador de premios internacionales con films como Lucía y Manuela, sobre la participación de la mujer en la historia de la isla, Solás incorporó en sus últimas producciones (Miel para Oshún, de 2001, y Barrio Cuba de 2005) la temática de la inmigración. “La cultura cubana y el séptimo arte pierden a uno de sus más rotundos y dedicados creadores”, consideró el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic). Desde 2003 a su fallecimiento, Solás presidió el Festival de Cine Pobre de Gibara, que propone alternativas técnicas para la realización en países en desarrollo. “Ha legado una obra imperecedera, en imágenes que relucen por su capacidad para expresar artísticamente los tiempos, la humanidad y el destino que laten en la cubanía”, concluyó el Icaic.