Lun 15.12.2008
espectaculos

JULIO FERRER Y OSVALDO BAYER POR OTRAS VOCES

“Todos tenían cosas para decir”

Impresionado desde pibe por Los vengadores de la Patagonia Trágica, Ferrer ya había publicado un volumen de conversaciones con Bayer. Ahora le prestó el micrófono a un amplio arco de personajes de la cultura, que rinden su propio y sentido homenaje.

› Por Facundo García

Si el tiempo se convirtiera en paisaje y los hombres pudieran dar media vuelta para mirar lo que han recorrido, Osvaldo Bayer vería un camino claro y sólido. Y vería también que ha ido dejando huellas no sólo en sus libros, sino en las personas. De esas premisas partió Julio Ferrer para armar Osvaldo Bayer por otras voces (Edulp), una compilación que reúne reflexiones de quienes se han visto conmovidos por un intelectual que a sus ochenta y un años se les planta a las mentiras con más fuerza que a los veinte.

“Mi primer contacto con Osvaldo fue gracias a mi viejo, que de pibe me acercó los dos primeros tomos de Los vengadores de la Patagonia Trágica”, abre el juego Ferrer, un platense de treinta y pocos que hace hincapié en los datos confirmando que se le ha contagiado el afán investigador del maestro. Después de esa lectura Julio no volvió a ver con los mismos ojos las inmensidades del campo argentino y se hizo fan de aquel señor de barba blanca que le cantaba la posta desde las contratapas de este diario, o en las charlas que daba en los locales de las Madres de Plaza de Mayo. Tanto lo admiraba que suponía que un tipo tan importante no le iba a dar ni la hora en caso de querer conocerlo.

En septiembre de 2004, Bayer estaba terminando una charla junto a Felipe Pigna y de pronto vio venir un flaco con una carpeta: “Le llevé cincuenta o sesenta preguntas sobre su vida. El las recibió y respondió: ‘Joven, en quince días lo llamo y conversamos’”. Tal cual. A las dos semanas, una voz inconfundible retumbó del otro lado del teléfono. “Pasé los siguientes dos años yendo varias veces por mes al famoso ‘tugurio’ donde él vive”, relata Ferrer. Así nació Osvaldo Bayer Intimo. Conversaciones con el Eterno Libertario (Ed. Madres de Plaza de Mayo), donde se narra su trayectoria periodística y literaria intercalando recuerdos como la entrevista con el Che en la Cuba revolucionaria, las discusiones políticas con Rodolfo Walsh y la amistad con el poeta Raúl González Tuñón y “el gordo” Osvaldo Soriano.

“A medida que iba dando forma al trabajo –sigue Ferrer–, conocí a personas destacadas del campo cultural. Y todos tenían cosas para decir sobre Osvaldo.” La lista de los que se prendieron en la idea de un homenaje colectivo se fue engrosando con firmas como las de Tato Pavlovsky, León Rozitchner, Pino Solanas, Rep, Tito Cossa y Horacio González, entre otros. El resultado fue esta segunda entrega, en la que un verdadero dream team confirma la estela de reflexiones, valores y sentimientos que ha repartido el autor de Rainer y Minou con sus gestos cotidianos. “Cuando les consultaba si iban a poder, todos reaccionaban igual. Me gritaban ‘¡cómo no voy a escribir sobre Osvaldo!’ –se ríe el entrevistado–. Entonces llegué a la conclusión de que él se había integrado definitivamente a otras vidas, ya fuera desde la proximidad que da la amistad o desde sus obras.”

El volumen es una muestra del entramado de afectos que el libertario ha tejido con el correr de las décadas. “Bayer escribe la historia de los vencidos, pero de los que fueron vencidos porque lucharon: lo hace para que sepamos que no lo hicieron en vano”, apunta en sus páginas Rozitchner. “Ahí está este muchacho de cabellera entrecana, de barba suave, de mirada escrutadora pero nunca violenta, como un pequeño héroe de la antisoberbia desnudándola sabiamente”, describe Stella Calloni. Otros, como Rodolfo Braceli, prefieren resaltarlo como enemigo de las farsas, señalando que su humildad puede leerse como “una invitación a que salgamos de esa procesión inocua de intelectualudos que se consideran la raya del culo sólo porque a su vocabulario le metieron tres o cuatro docenas de lugares comunes”.

“Aparte de considerarlo un pensador del pueblo, a mí me sorprende su juventud. Es un viejo sabio que no le da bola al tema de la edad, y desmiente la tesis de que uno de chico es revolucionario radical y ‘cuando crece’ se convierte en un burgués conservador. No claudicó, y sobre todo, nunca perdió la capacidad de compartir”, concluye Ferrer.

* Osvaldo Bayer por otras voces (Ed. de la Universidad de La Plata) se presentará hoy a las 19 en la Librería Hernández (Corrientes 1436). Estarán presentes el propio Bayer y el periodista Herman Schiller. Entrada libre y gratuita.

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