OPINION
› Por José Pablo Feinmann *
Osvaldo Bayer es, desde luego, el más obstinado y cuidadoso de nuestros historiadores. Ha encontrado dos o tres temas que lo atraparon tan hondamente que se ha concentrado casi absolutamente en ellos. De aquí que su obra no tenga los oropeles de la variedad. Tiene los del rigor.
Bayer encuentra en la masacre de la Patagonia el núcleo más destellante de la historia argentina. Ahí está todo: la rebelión de los obreros campesinos, la huelga de los compañeros, la soberbia de los patrones, la impiedad del Ejército y la complicidad de los gobernantes civiles en la matanza.
Esa obra es casi el sentido de su vida. ¡Qué hermoso es dedicarle la vida a una causa justa! (Uso, a propósito, los signos de vehemencia con que Bayer escribe). Osvaldo ha ido añadiendo página tras página, tomo tras tomo, edición tras edición a esa obra hasta tornarla gigantesca. Ahora lo es y es el testimonio más veraz de los horrores a los que el capitalismo es capaz de llegar para defender eso que es su más perfecta esencia: el derecho de propiedad.
Con Severino Di Giovanni traza la historia de un personaje novelesco y valiente, con cuya violencia no se identifica.
Exilios tiene pasajes de alta poética, sobre todo el de los cementerios de los militares alemanes.
Sus contratapas de Página/12 exhiben una indignación moral rara en estos tiempos de pasiones devaluadas.
Es uno de nuestros más grandes escritores y estar cerca de él, presentar algunos de sus libros y hasta –arriesgo– llegar a ser su amigo es una de las cosas más bellas que la vida me dio.
* Incluido en Osvaldo Bayer por otras voces.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux