Vie 09.01.2009
espectaculos

CONCIERTOS DE GRAN NIVEL EN EL CICLO 2009 DEL MOZARTEUM

Con el sello de la tradición

El abono de este año permitirá, entre otras cosas, escuchar por primera vez en la Argentina la revolucionaria Fantástica de Berlioz tal como sonó en su época. Y, también, traerá al Cuarteto Emerson y a Janowski y Thibaudet.

› Por Diego Fischerman

Es una obra romántica, por supuesto. Y es, en muchos aspectos, un disparate. En la Sinfonía Fantástica, Héctor Berlioz, como su héroe Lord Byron, se piensa a sí mismo como obra de arte y convierte una historia de amor y unos supuestos enemigos del arte y los artistas en un argumento bastante tonto. Pero, además, con eso construye una obra sinfónica maravillosa –además de “fantástica”– que entre otras cosas fue la primera en pensar en la orquesta de una manera moderna: no como un instrumental fijo sino como una materia maleable.

Para Berlioz, el timbre e incluso la ubicación de los sonidos en el espacio no eran maneras de decorar la música sino que eran la música misma. Y en esa obra realizó una multitud de experimentos que, sin embargo, en una interpretación del presente pasan desapercibidos. ¿Por qué? Porque la orquesta con la que experimentó Berlioz era totalmente distinta de una sinfónica actual. Por eso, cuando la Orchestre des Champs Elysées, dirigida por Philippe Herreweghe abra la temporada del Mozarteum Argentino, los próximos 21 y 22 de abril, será un acontecimiento único. La Sinfonía Fantástica y Lelio o El retorno de la vida, algo así como su continuación, serán tocadas por primera vez en la Argentina con instrumentos originales y por una orquesta de la dimensión de la que Berlioz tuvo en mente en el momento de componer. Podría decirse que se necesita una orquesta “antigua” para devolverle la modernidad y el riesgo a la música de Berlioz y eso es lo que sucederá cuando actúe en Buenos Aires el grupo fundado por Herreweghe, uno de los más importantes del momento en la interpretación historicista y con hitos discográficos como sus interpretaciones de Sinfonías de Schumann, César Franck o Bruckner.

El actual director de la Filarmónica de Berlín, Sir Simon Rattle, comentó en un reportaje publicado el mes pasado por la revista especializada Le Monde de la musique que, cuando escuchó por primera vez esta obra tocada por una orquesta historicista, comprendió que lo que había oído hasta el momento era “una transcripción y no la obra verdadera”. Las diferencias, obviamente, van mucho más allá del hecho de que los violines, violas, cellos y contrabajos utilicen cuerdas de tripa y que las flautas sean de madera. Una cuestión es espacial. El compositor pide que las arpas estén situadas en extremos opuestos del escenario y no juntas. Lo mismo sucede con primeros y segundos violines, ya que en varias oportunidades busca explícitamente un sonido stéreo. Por otra parte, en las distintas secciones combina instrumentos nuevos para la época, como la corneta a pistón o el ophicleides, junto a otros casi en desuso, como trompetas naturales y serpent. El efecto, obviamente, es imposible de reproducir con trompetas, trombones y tuba. Y tampoco es igual el balance entre los distintos grupos orquestales, ya que la cantidad de cuerdas usual en los comienzos del siglo XIX era aproximadamente la mitad que en la actualidad, por lo que los vientos tenían una presencia mucho mayor.

El ciclo del Mozarteum tendrá, en realidad, varios atractivos más, comenzando por la visita de uno de los mejores cuartetos de cuerdas de los últimos tiempos, el Emerson. Ganador de numerosos premios –entre ellos el Gramophone por su fenomenal integral de los Cuartetos de Shostakovich–, el cuarteto actuará el 6 y 7 de julio, haciendo dos programas superlativos. En el primer concierto interpretarán el Cuarteto de cuerdas en Fa mayor de Maurice Ravel, el Cuarteto de cuerdas Nº 1 de Charles Ives y el Cuarteto Nº 14 La Muerte y la Doncella, de Franz Schubert. El día siguiente harán el Cuarteto de cuerdas Op. 74 Nº 2 de Franz-Joseph Haydn –uno de los compositores más frecuentados del año, ya que en 2009 se cumplirán doscientos años de su muerte–, el Cuarteto de cuerdas Nº 13 Op. 138 de Dmitri Shostakovich y el Cuarteto Nº 12 Americano, Op. 96 de Anton Dvorak. También actuará, el 7 y 8 de mayo, la Orquesta de la Suisse Romande, dirigida por Marek Janowski y con Jean-Yves Thibaudet como solista de piano en el Concierto Nº 2 de Franz Liszt y en el Concierto en Sol de Ravel, el grupo especializado en música barroca Concerto Köln, que, el 1º y 2 de junio, junto a la mezzosoprano Vivica Genaux presentará un programa de arias de Händel –de cuya muerte se cumplen 250 años– y el dúo de la violinista Clara Cernat y el pianista Thierry Huillet, que actuará el 22 y 24 de ese mes.

La mezzosoprano estadounidense Denyce Graves se presentará los días 3 y 5 de agosto, el 18 y 19 de ese mes actuará el Vienna Piano Trio, que interpretará obras de Haydn, Smetana, Mendelssohn, Anton Rubinstein y Robert Schumann, y el 1º y 2 de septiembre será el turno de la Camerata Salzburg, con dirección y actuación solista del violinista Leonidas Kavakos. El 15 y 16 de ese mes habrá funciones de danza, con el Ballet Biarritz, que dirige Thierry Malandian, y el ciclo concluirá con la presentación de la Orquesta Wiener Akademie y el Coro Sine Nomine, dirigidos por Martin Haselböck. En sus dos conciertos, el 22 y 23 de octubre, interpretarán la Misa Nº 2 en Sol mayor, D. 167 de Franz Schubert y el Stabat Mater, de Haydn.

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