Una banda de Estocolmo, donde hay suecos que tienen nombres que suenan porteñísimos, pero en realidad son hijos de uruguayos exiliados y argentinas exiliadas por amor, y otros suecos enamorados de Argentina. La cosa se complica cuando se escucha que hacen música con raíces latinas, y también afro, y folk, y jazz, y pop, y que las letras se cantan en español, en inglés y en sueco. Se llaman Beabella, hacen música tan disfrutable como inclasificable, y ahora están sonando por estas tierras. Entre las fechas que quedan en esta visita, se presentarán esta medianoche en las Fiestas Clandestinas (Sarmiento 777), el próximo sábado 14 en El teatro de La Plata (43 entre 7 y 8), y el domingo 15 en la Iglesia Sueca de Azopardo 1428. Ciudadanos del mundo, quedan avisados. Natalie Knutken es la cantante y compositora de la banda y es argentina, aunque su apellido aporte más pistas mezcladas. Ella explica que esta mezcla puede sonar extraña, pero es de lo más natural. Porque Suecia es el país que más exiliados latinoamericanos recibió en los ’70, y ahora es lógico que sus hijos exploren sus culturas de origen. Porque además adoran las “músicas del mundo”. Y porque los argentinos, al fin y al cabo, también estamos hechos de mezclas. Ella fue la mentora de Beabella: “Todo comenzó cuando me mudé para Suecia, en 2002. Había terminado la carrera de instrumentista, me enamoré de un sueco, y allá fui”, cuenta. “En medio de otro universo musical, conocí músicos hijos de exiliados latinoamericanos, de lo más suecos en sus formas de hablar y de comportarse, con los que empezamos a tocar. Luego se sumó Liliana Zavala, una cordobesa que también se fue detrás de un sueco. Son todos grandes músicos, con mucho estudio y mucha cabeza. Entre los muchos shows que ya hicieron en Suecia y los que dieron el año pasado acá, Knutzen encuentra una diferencia que va en contra del prejuicio común: “el público argentino puede ser un poco difícil a veces. Escuchan más calladitos lo que les suena más nuevo. Los suecos son menos tímidos, están más acostumbrados a las mezclas. En ese sentido, no tienen nada de fríos”.