LOS CONSUMOS CULTURALES EN BUENOS AIRES
Sobre qué hacen los porteños cuando no están haciendo nada
El estudio presentado por la Secretaría de Cultura analiza el consumo de libros, diarios, teatro, TV, radio e Internet.
Un estudio que analiza la percepción que los porteños tienen del uso de su tiempo libre y de sus consumos culturales, y que servirá para la formulación de políticas públicas, derriba algunos presupuestos. El primer dato curioso es la disociación que existe entre el concepto de tiempo libre y los consumos que se realizan en ese tiempo. Así, la lectura de libros y diarios son las primeras actividades mencionadas, muy por encima de TV y radio. Según estos datos, la gente no asocia el ver TV o escuchar radio con su consumo del tiempo libre: son parte de la vida cotidiana. La “Encuesta sobre tiempo libre desde la perspectiva del consumo cultural” –tal su nombre– fue presentada ayer por el secretario de Cultura de la Ciudad, Gustavo López, junto a Carlos Borro, director de la Dirección del Libro y Promoción de la Lectura (que tuvo a su cargo la encuesta), y Silvia Fajre, subsecretaria de Patrimonio Cultural.
La encuesta profundiza sobre los gustos, costumbres y hábitos en el uso del tiempo libre de los porteños. Fue realizada en mayo de este año sobre un universo de 600 encuestados, que respondieron sobre tiempo libre y lectura de libros y diarios, asistencia al teatro, consumo televisivo, de radio e Internet. Frente a la pregunta “¿Qué actividades realiza en su tiempo libre?”, los entrevistados mencionaron la lectura de libros (44,7 %) y diarios (con un 39,5%), seguido muy de cerca por un 37,3% que relacionó el concepto con la actividad “mirar televisión”. Más atrás se ubican “Hacer deportes”, con 32,3%; “Leer revistas”, con 23,3% e “Ir al cine” con 22,2%. “Escuchar radio” fue mencionado sólo por un 4,2% de los encuestados y “Utilizar la PC” por un 1,8%.
En el análisis en profundidad del hábito de la lectura de libros surge que siguen siendo las mujeres las que manifiestan una asociación más fuerte. Las mujeres que trabajan obtienen el mayor porcentaje (55%), seguidas por las jubiladas y pensionadas (52%) y las desocupadas (50%). En cambio, únicamente el 15% de los encuestados de sexo masculino y desocupados afirmó leer libros en su tiempo libre. Además, como es lógico suponer, la asociación tiempo libre/lectura aumenta proporcionalmente al nivel educativo alcanzado por el sostén del hogar. Así, más de la mitad de los encuestados (un 60,9%) cuyo principal sostén de hogar corresponde a las franjas educativas altas asociaron la lectura de libros con el tiempo libre, mientras que en los niveles educativos más bajos el porcentaje desciende a un 28,8%.
En cuanto a las formas de acceso a los libros, las bibliotecas aparecen relegadas: el 75,7% de los encuestados dijo comprarlos en librerías y un 51,5% obtenerlos prestados de familiares o amigos; mientras que los préstamos de bibliotecas de la ciudad tienen un porcentaje de 1,9%, en la Biblioteca Nacional 0,7% y en otras bibliotecas 5,2%. Entre los que leen diarios, en tanto, un 30% dijo hacerlo por Internet. Pero si se tienen en cuenta los números de los compradores de diarios, los que acceden únicamente mediante Internet son sólo el 8,8%.
El estudio también avanza sobre la asistencia al teatro: la mayoría de los encuestados que asocian el tiempo libre a esta actividad se ubican en la banda que va de 36 a 50 años. También lo hacen más las mujeres (un 65%) y los de más alto nivel socio-económico. “La fuerte penetración del consumo televisivo y radial y su aparente disociación con la percepción del tiempo libre deja abierto el debate sobre el lugar que ocupan los medios masivos de comunicación”, concluye el estudio. “También plantea desafíos en el campo de las políticas de promoción cultural, y hace necesaria la planificación de acciones que lidien con este fenómeno de disociación.”