El viernes murió el pintor Miguel Dávila, que había nacido en 1926 en La Rioja. Estudió con Policastro y luego, en el Instituto Superior de Arte de Tucumán, tuvo como profesores a Spilimbergo y a Pompeyo Audivert. Comenzó a realizar exposiciones a comienzos de la década del cincuenta, cuando decide radicarse en Buenos Aires. En 1958 fue convocado para fundar y dirigir el Museo Municipal de Artes de La Rioja. A partir de los años sesenta su obra comenzó a ser tratada por la crítica en términos consagratorios, especialmente por su trabajo con el color. A mediados de los años sesenta su carrera se internacionalizó gracias a las primeras exposiciones fuera del país, inicialmente en Río de Janeiro (gracias a la galería Bonino) y en Madrid. En 1972 fue premiado por el Fondo Nacional de las Artes y en 1980 ganó el Gran Premio de Honor en el Salón Nacional de Artes Plásticas.