OPINION
Cualquiera puede ser bello
Por gabriel rocca*
Creo que la belleza depende de los ojos de quien mire. Por eso decidí generar un programa como Divas en exceso (Telefé, 2005), con un elenco de mujeres que son bellas a pesar de que pueden agredir a la vista puestas a jugar en situaciones inesperadas. ¿Por qué lo hice? En verdad son las fotos que siempre hago y nunca me dejan publicar en campañas o revistas. Así se vieron la cortada de pezones de Dolores Trull, la boca cortada de Dolores Fonzi, fotos altamente impactantes por tener algún elemento filoso. También fueron extremas por ligarse a lo masculino las de Lorena Ceriscioli, que levantaba su axila y dejaba ver sus pelos abajo del brazo. Me gusta estimular de la manera que sea, y como soy fotógrafo lo trabajo a través de la toma: no muchos están dispuestos a aceptarlo. Por eso este tipo de exceso lo aplico a cuestiones mías, especiales, pero no al trabajo cotidiano. Lo filtro a través de algunas escasas excepciones, y haciendo historia destacaría la tapa del disco de Sandra y Celeste, primera imagen de lesbianas manifiestas, los desnudos de Alan Faena y Paula Cahen D’Anvers en Via Vai o la puerta que se abrió con la llegada a la pantalla de Fantasías, los desnudos de la gente común (Canal 13, 2003): después de ese programa la belleza televisiva tuvo un antes y un después. Sigo apostando a imágenes fuertes como las de Ona Saez, ahora con Maradona abrazado a la bandera o pegando la pelota con la mano de Dios. Cualquiera, gordo, flaco, alto, puede ser bello.
* Fotógrafo