Miércoles, 23 de marzo de 2011 | Hoy
SE ESTRENA LA óPERA CARMEN, DE GEORGES BIZET
La puesta de Marcelo Lombardero que se presentará hoy en el Teatro Avenida abrirá el ciclo de la asociación Buenos Aires Lírica. “Esta ópera tiene que ver con la violencia de género: un hombre que asesina a una mujer porque no la entiende”, señala el director de escena.
Por Diego Fischerman
La ópera Carmen, de Georges Bizet, es una de las más exitosas del repertorio. Y, cuando se estrenó, el 3 de marzo de 1875, en la Opéra-Comique de París, fue un fracaso. “El público no estaba preparado para lo que sucedía en el escenario”, aventura el director de escena Marcelo Lombardero, responsable de la puesta que se estrenará hoy en el Teatro Avenida, como parte del ciclo de la asociación Buenos Aires Lírica. Su punto de partida, dice a Página/12, es “devolverle a la obra su espíritu original; ser muy fieles a ella”. Pero, claro, para él la fidelidad no consiste en la profusión de abanicos y madroños sino en buscar la verdadera historia detrás de la postal sevillana.
“En primer lugar hay que tener en cuenta que ésta es una ópera francesa y no española. Y que el tema de la ‘femme fatale’, que podía ser interesante para el romanticismo, a nosotros ya no nos dice nada. Para mí, esta ópera tiene que ver con la violencia de género, con un hombre que asesina a una mujer porque no la entiende. En esta puesta quise buscar una respuesta a lo que siempre me produjo incomodidad en el libreto (que escribieron Henri Meilhac y Ludovic Halévy sobre una novela de Prosper Merimée). Mi pregunta es quién es Don José, cómo es y qué es lo que lo lleva a convertirse en asesino. Esta es una obra que no habla ni de reyes, ni de príncipes, ni de dioses ni de personajes mitológicos sino de gente de la calle. Es un drama de lúmpenes, de marginales y para serle fiel a ese espíritu había que limpiarlo de pintoresquismo. Es una historia muy urbana. Muy cercana. Para nosotros no está situada en ninguna parte en particular pero hay perfumes. Y son perfumes de por acá.”
Con un elenco encabezado por la mezzosoprano Adriana Mastrángelo como protagonista –que ya la cantó en Europa, en la puesta del gran director teatral Calixto Bieito–, el tenor brasileño Martín Muehle como Don José, Leonardo Estévez en el papel de Escamillo y Oriana Favaro en el de Micaela, la dirección musical está a cargo de Alejo Pérez, la escenografía pertenece a Diego Siliano, el vestuario a Luciana Gutman, la iluminación a Horacio Efron y la coreografía a Ignacio González Cano. El coro está dirigido por el maestro Juan Casasbellas e intervendrá también el Coro de Niños del Teatro Argentino de La Plata, dirigido por Mónica Dagorret. Las funciones, además de la de esta noche a las 20, serán el viernes, el domingo (única función a las 18, que será dirigida por Annuziata Tomaro), el jueves 31 y el sábado 2 de abril. La opéra comique, al igual que la ópera popular alemana, las operetas, zarzuelas y comedias musicales, más allá de su tema, que puede o no ser cómico, incluyen diálogos hablados. Carmen se adaptó más tarde a la tradición de la “ópera seria”, reemplazando esos diálogos por recitativos acompañados por orquesta, pero la versión que se presentará en esta ocasión es la original.
Lombardero explica que en su versión las danzas son actuales y callejeras y que “también se buscó responder a esa tradición de la opéra comique, en un campo más popular, más cercano al de la comedia musical. En ese sentido quisimos que fuera un espectáculo y que tuviera esa característica ambigua de comenzar como una comedia y acabar como un drama. Esta no será una Carmen demasiado habitual y en ese sentido quiero destacar la valentía de Buenos Aires Lírica, que no nos puso ninguna traba y que asumió el riesgo de una apuesta estética distinta”. Al respecto, el director de escena cuenta una anécdota: “En el ensayo general, al concluir el primer acto, se me acercó una señora para decirme que la puesta no le gustaba, que eso era lo que veía todos los días y que ella venía al teatro a elevarse. Le contesté que tenía todo el derecho del mundo a que no le gustara y que eso era lo mismo que les había pasado a los que fueron al estreno en Francia. Al terminar la ópera se acercó de nuevo y me agradeció diciéndome que era la primera vez que había entendido Carmen. Creo que el teatro no es para pasar un buen rato. Es para reflexionar, para emocionar. Pero sería demasiado caro si sólo se tratara de un pasatiempo”. Esta ópera abre la temporada de este año de Buenos Aires Lírica (la novena consecutiva) que continuará en mayo con Der freischütz, de Carl Maria von Weber, con puesta de Mercedes Marmorek y Carla Filipcic Holm como protagonista, Il mondo della luna, de Franz-Joseph Haydn (en julio), un doble programa con Suor Angelica, de Puccini, y Pagliacci, de Leoncavallo (en septiembre), y, en noviembre, Macbeth de Verdi.
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