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Budista, poco amante de las duchas y seguidor ferviente de una dieta macrobiótica, aunque sobre el final se arrepintió de haber retrasado una operación por confiar en la medicina alternativa: así retrata una flamante biografía escrita por el periodista Walter Isaacson al fallecido Steve Jobs. El libro Steve Jobs cuenta, entre otras cosas, que el cofundador de Apple comenzó en los ’60 con una combinación de estrictas dietas y el consumo de LSD –que según él lo ayudaban a centrarse en la creatividad y a olvidarse del dinero– y que les pidió a sus padres que le pagaran la carrera en una universidad privada, aunque en menos de un año la abandonó. En otro tramo, la obra cuenta que Bill Gates fue una de las últimas personas que Jobs quiso ver en su vida y que después de la cita comentó con su biógrafo lo feliz que veía al creador de Microsoft ahora que se dedicaba a las obras benéficas.