Lunes, 8 de mayo de 2006 | Hoy
FERIA BRUNA SURFISHTINHA, LA EX PROSTITUTA BRASILEÑA QUE ESCRIBIO SU DIARIO INTIMO Y ES BEST SELLER
Se llama en realidad Raquel Pacheco, pero su nombre de fantasía sirve más tanto para su ex trabajo como para el actual. Como cada año, en la Feria hay algún libro provocador y de méritos extraliterarios sobre los que caen los focos. El turno de Bruna.
Por Karina Micheletto
Entre las visitas internacionales de la Feria del Libro, hubo una que provocó un revuelo especial: la de Bruna Surfishtinha, autora del libro anunciado como Diario íntimo de una prostituta. En el stand de Planeta, el encargado señala el lugar de exposición de El dulce veneno del escorpión (así se llama el libro), copado por un grupo de adolescentes que leen pasajes en voz alta entre risas y exclamaciones y prometen volver el día de la presentación. “No entiendo qué es lo que les llama tanto la atención: no cuenta nada que ellos ya no hayan visto en la tele”, jura el librero. Hombres y mujeres quieren conocerla. Sorpresa y desencanto para fantasiosos varios: la chica que fanfarronea con “coitos enloquecedores, orgías, muchos hombres y mujeres diferentes por día. Lo que puede ser excitante para muchas chicas en la efervescencia de los veinte años, para mí es rutina”, luce de lo más normal y recatada, y siempre está acompañada por su novio Pedro. ¿Tenía que ser de otra manera?
Raquel Pacheco (tal su nombre real) es toda una celebridad en Brasil. Lo que comenzó como un blog en el que contaba su día a día como prostituta, terminó siendo un libro que vendió más de 100.000 ejemplares, y que ahora sigue vendiendo traducido al español. Su historia también se ramificó en forma de un audiolibro y una línea de cosméticos, entre otras franquicias y contratos. Y hasta en una película que contará su vida, para la que la productora brasileña TvZero ya está buscando protagonista. Bruna dice que todo es cuestión de ponerse metas en la vida, y algo de eso contará en el segundo libro que ya está escribiendo, con ayuda del mismo periodista brasileño con el que hizo éste, Jorge Tarquini.
La historia tiene algunos condimentos que suman atracción: una adolescente de clase acomodada de San Pablo, adoptada y gordita, un día se va de su casa y decide comenzar una nueva vida, transformada en prostituta. Desde entonces, corta todo contacto con su familia. Tras tres años de experiencia, Bruna es capaz de clasificar a sus clientes (“cogida mecánica”, “el noviecito”, “la farra”), y arriba a algunas estadísticas que la preocupan: por ejemplo, que el 70 por ciento de su clientela está casada. Por eso se lanza a dar consejos para mujeres, y a estatuir “los 15 mandamientos de Bruna”. Por eso su libro es comprado por una mayoría de mujeres.
Mientras disfruta de su nuevo status de escritora, Bruna sigue escribiendo metódicamente en su blog, donde actualmente recibe unas 50.000 visitas diarias. Desde que llegó a la Argentina volcó prolijamente la veintena de entrevistas que le hicieron y marcó pros y contras: aquí hay alfajores Havanna y es muy barato ir de shopping, pero la carne viene sin arroz ni farofa, y además hace frío. “Quise mantener el blog porque forma parte de mi vida, es como un amigo, un terapeuta, un lugar de desahogo. Además, sería injusto abandonarlo después de haber conseguido tantas cosas buenas gracias a él”, explica Bruna, y cuenta cómo empezó todo: “En Brasil desde fines de 2004 hubo una fiebre del blog, todos los adolescentes tenían que tener uno, y yo seguía algunos. Una noche estaba sola en mi casa y decidí buscar en Google si existía algún blog de prostitutas, quería comparar mi vida con otras. No encontré ninguno. Entonces pensé que, ya que a mí me interesaba saber cómo sería la vida de otra prostituta, debería haber otras personas con la misma curiosidad. Ahí decidí abrir un blog”.
–Y decidió contar todo: lo bueno y lo malo.
–Quise escribir las cosas malas porque forman parte de la prostitución. Muchas chicas lo ocultan, pero es una manera de protegerse. Hablan de la prostitución como si fuera un cuento de hadas, una profesión agradable. La realidad no es ésa.
–Su historia, sin embargo, tiene un final feliz: usted dejó la prostitución, consiguió novio y se hizo famosa. Es un poco un cuento de hadas.
–Cuando vi la película Mujer bonita, de Julia Roberts, me puse en la cabeza que tenía que encontrar un cliente que me amara y me sacara de la prostitución. El año pasado, cuando tenía 20 años, me juré que no iba a pasar los 21 años siendo prostituta. Me puse una meta en mi vida, administré mi plata para dejar antes de mi cumpleaños. En esa época ya estaba de novia, y eso sólo reforzó mis ganas de dejar la prostitución. Pensé que iba a ser muy difícil por la cantidad de plata que ganaba, la vida agitada que llevaba, con mucho sexo... Pero no sentí la falta, fue muy fácil dejar.
–¿Buscó pasar algún mensaje con su historia?
–Sí, quiero pasar el mensaje de que no vale la pena ser prostituta. No quise que una mujer que leyera el libro pensara “qué buena profesión, qué fácil”. No, al contrario.
–Sin embargo, también cuenta varias partes divertidas de su trabajo.
–Bueno, sí... (Se ríe.)
–¿Es consciente de las fantasías que despierta su visita?
–¿Aquí? No, no lo he notado... En Brasil sí, porque salgo mucho en la tele, soy un “fenómeno”. En el libro cuento muchas cosas que despiertan en los hombres ganas de tener sexo conmigo. Entonces, los que no salieron conmigo en su momento se quedaron con las ganas... ¡Pero ya era muy tarde! Todavía recibo mails de personas que piden que vuelva a la prostitución.
–¿Y qué les responde?
–Nada. No los contesto.
–¿Cómo se siente en medio de escritores, en lugares como la Feria del Libro?
–Al mismo tiempo que me siento muy halagada y feliz por estar en este medio, siento que es un poco injusto. En Brasil hay muchos autores muy buenos que no están en la lista de los más vendidos, como yo.
–¿Qué es lo mejor y lo peor de esta fama que ganó?
–Lo peor de ser famosa es no tener privacidad. En Brasil ya no puedo salir a la calle sola, todos me observan mucho, se acercan. Eso me asusta, sobre todo porque San Pablo es una ciudad violenta. Lo bueno es que le hace bien a mi ego, me siento feliz sabiendo que conquisté todos mis objetivos.
–Parece una mujer decidida.
–Siempre fui una persona determinada, hice todo para lograr lo que planeaba en mi vida y lo logré. No se puede vivir dejando que la vida te lleve: tenemos que tener metas y hacer todo para lograrlas.
–¿Su relación con su familia cambió ahora que es famosa?
–Ese es un tema delicado para mí. Este año voy a cumplir cuatro años sin contacto personal con ellos. Y ya se van a cumplir dos años desde la última vez que hablé con mi mamá por teléfono. Pensé que cuando dejara la prostitución, y al ver que había escrito el libro, que había logrado lo que quería, ellos me perdonarían. Pero las cosas empeoraron.
–¿Qué le dicen las mujeres que leen sus consejos?
–¡Están felices! Muchas me contaron que las ayudé a salvar sus matrimonios. En Brasil hay grandes tabúes sexuales, las mujeres tienen que ser damas para la sociedad. Está muy mal visto que una mujer hable abiertamente de su vida sexual. Y también hay mucho machismo, el hombre tiene que dominar a la mujer, también en la cama.
–¿Y la imagen de la garota sensual de Brasil?
–El brasileño es muy caliente sexualmente, pero no se expone, no cuenta abiertamente. Ningún brasileño sería capaz de ir a la tele a contar su vida sexual. Por eso yo llamé tanto la atención.
–¿Y recibió críticas?
–Muchas. No por haber sido prostituta, sino por haber sido capaz de asumirlo en público.
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