LANZAMIENTOS
El amor (1ª parte) :
Fadel, Mitre, Mauregui y Schnitman. Con L. Balcarce y L. Cáceres.
2004, 100 min. Gativideo.
Llega al video esta curiosa experiencia, que terminó resultando una de las películas más frescas y originales que haya dado el reciente cine argentino. Un realizador y docente (Mariano Llinás, el de Balnearios) se lanza a la producción, poniendo a filmar a cuatro de sus alumnos de la Universidad del Cine, en digital y por un costo mínimo, una película que debía parecer producida con 10 o 20 veces más plata. El resultado es esta suerte de comedia romántica contada en tiempos quebrados, desde puntos de vista variables, con narrador en off e inserciones de falso documental científico, en las que se describe la química amorosa en términos de feromonas. El año pasado, El amor... se convirtió en película de culto, llenando el Malba durante meses. Ahora está al alcance de todos.
La secretaria de Hitler:
A. Heller y O. Schmiderer. Con Traudl Jünge.
2002, 85 min. Transeuropa.
A poco tiempo de su muy exitoso estreno en el cine Cosmos se edita este documental modélico, estrenado en la Argentina como una suerte de coda para La caída. Compilación de un par de largas entrevistas a Traudl Jünge, Blind Spot (título con que se distribuyó en inglés) es una de las fuentes a las que recurrió el realizador de La caída, que incluso se cierra con imágenes de ésta. La primera peculiaridad de la señora Jünge es la de haber sido secretaria personal de Adolf Hitler, durante el período de refugio final en el bunker. La segunda es que todavía vivía a comienzos de esta década, lo cual permitió que los realizadores llegaran a tiempo para tomarle testimonio. La tercera y fundamental: tenía una memoria de elefante, por lo cual sus declaraciones permiten conocer la Historia de primera mano. Imprescindible.
La leyenda de Gram Parsons:
D. Caffrey. Con Johnny Knoxville, C. Applegate y R. Forster. 2003, 88 min. AVH.
Uno de los motores creativos de ese grupo esencial para la historia del folk rock que fueron The Byrds, Gram Parsons fue uno de los muertos tempranos del rock, como consecuencia de una de las primeras sobredosis notorias. Esta película (Grand Theft Parsons, en el original) reconstruye un poco e imagina bastante del viaje realizado por su manager y amigo, Phil Kaufman, para recuperar su cuerpo y esparcir las cenizas en el desierto, cumpliendo así con su último deseo. A pesar del planteo, la película –producida por el propio Kaufman– no cae en lo fúnebre o reverencial, prefiriendo apostar a la road movie leve y eventualmente cómica. El problema es que no se decide del todo. Con lo cual tampoco llega a serlo, quedándose en una medianía peligrosamente convencional, al borde del telefilm.
Los enredos de una dama:
J. Conway. Con Spencer Tracy, W. Powell, J. Harlow y M. Loy. 1936, 98 min. B & N. Epoca.
Desde mediados de los ’30 y durante una década, no hubo en Hollywood género más subversivo que las screwball comedies o comedias brillantes. Véase por ejemplo ésta (título original: Libelled Lady), tan poco conocida como su realizador y guionistas. Sin embargo es casi perfecta, confirmando que por esos años el género era casi infalible. Convocado por el dueño de un diario, su editor (Spencer Tracy, uno de los más grandes comediantes de todos los tiempos) deja a su novia (Jean Harlow) por enésima vez, al pie del altar. El motivo: salvar al diario de una demanda multimillonaria. La solución: hundir en el escarnio a la hija de un ricachón (Myrna Loy), casando a su propia novia con el periodista más inescrupuloso de la tierra (el inmejorable William Powell). Y esto recién empieza...