MUESTRA “CUERPOS PINTADOS”
Pintores y modelos de una sola pieza
La exposición está compuesta por más de 100 obras de distintos artistas de todo el mundo.
Dos cuadros enormes muestran aparentemente las fotografías de una mujer blanca y una mulata. Pero al leer el texto que los acompaña, el visitante se sorprende: lo que a primera vista es la representación de dos universos femeninos no es más que una ficción elaborada con un pincel. El artista plástico Claudio Palominos retrató a la misma mujer: a la izquierda al natural y a la derecha transformada en rubia aplicando pintura. Todo un proceso natural sin necesidad de emplear la manipulación digital. Morochas y Rubias es una de las sorpresas que depara la exposición multimedia Cuerpos Pintados que se presenta en el Centro de Exposiciones (Figueroa Alcorta y Pueyrredón) de martes a domingos.
“La idea nació como una humorada”, define el fotógrafo chileno Roberto Edwards, ideólogo del proyecto que a comienzos de la década del ‘80 convocó a un grupo de artistas a participar en una experiencia que desafiaba las reglas artísticas: pintar en un soporte tan distinto a la tela como el cuerpo humano. “La idea –comenta Edwards a Página/12– partió de pensar qué haría un pintor moderno y convencional pintando un cuerpo como lo hacían en Africa y como lo hacían en la antigüedad. Bajo esa premisa, empezamos a hacer cosas. Y yo veía que se divertían mucho los pintores y los modelos. Todos la pasaban bien.” Mientras los artistas pintaban, Edwards tomó registros fotográficos de los cuerpos en movimiento y en 1991 presentó un libro y la primera exposición Cuerpos Pintados: 45 artistas chilenos que terminó recorriendo 32 museos del mundo.
Cuerpos Pintados está compuesta por más de 100 obras de distintos artistas de todo el mundo con ampliaciones fotográficas que llegan a los tres metros de altura aproximadamente. Hay para todos los gustos: desde un hombre que simula ser Napoleón hasta cuerpos desnudos de ancianos orientales pintados en un tono blanco. Desde lo local impresionan las transformaciones a través de la pintura de trece bailarines argentinos como Julio Bocca y Eleonora Cassano, entre otros. Un gran sector de la muestra está dedicado a fotografías de africanos con sus cuerpos pintados que tomaron las fotógrafas Carol Beckwith y Angela Fisher después de recorrer Africa durante treinta años e internarse en las ceremonias y costumbres de diferentes culturas del continente. Además, hay esculturas que simulan hasta la confusión (verdadero o falso) de cuerpos humanos, los libros que se publican y pinturas de cuerpos realizadas en vivo.
¿Qué diferencia existe entre pintar un cuerpo y un cuadro? “Las diferencias son varias –explica el pintor uruguayo Horacio Veneziano, que pinta modelos en vivo–: el cuadro lo pinto, y si quiero me voy, vuelvo en una semana y sigo pintando. O lo puedo marcar o raspar. Un cuerpo es una persona y un alma en ese soporte. Entonces, es distinto. Hay un encuentro de dos personas para producir un hecho artístico. Por eso es importante la conexión de la modelo o del modelo con el pintor.” Veneziano tiene experiencia en el arte de pintar cuerpos, ya que también lo realiza durante los carnavales uruguayos y reconoce que su promedio para concluir cada obra es de cuatro horas, pero todo puede demorarse de acuerdo con el modelo escogido.
Mientras maquilla a unas modelos que representarán a mujeres egipcias para un show en vivo –otro de los condimentos de la exposición– la maquilladora Laura González Saavedra comenta que, en su caso, tarda entre seis y ocho horas en concluir su trabajo. En cuanto a las diferencias, González Saavedra agrega que “la pintura está cambiando constantemente cuando la modelo se mueve, cuando respira, habla, come. Es una experiencia apasionante”.
¿Cuáles son las reglas que deben mantenerse? “Una es darle libertad total al artista para que pinte lo que quiera siempre y cuando no ofenda a nadie –explica Edwards–. La otra es como un reglamento interno que yo tengo: hay dos cosas que no debe haber: una connotación erótica, es decir, que pinte algo que exacerbe el eros. No es que tenga nada contra esto sino quelo que queremos justamente es que veamos el cuerpo más allá de eso.” Para Edwards la visión erótica del cuerpo es tan fuerte “que nos nubla la vista para ver el resto. Otra regla es no hacer nada ofensivo con una religión o un país; y los modelos no pueden tener menos de 18 años”.
La redefinición del concepto de belleza es uno de los aspectos centrales de Cuerpos Pintados: “Hay una falencia en nuestra forma de prejuzgar –afirma Edwards–. No hay en la naturaleza un árbol, una flor o un animal que sean feos. El género humano tiene ese `privilegio’: son todos feos, excepto unos pocos que son los bonitos. Es una descalificación absurda”. Una de las fotografías que componen Cuerpos Pintados retrata una obra del artista plástico Luis Felipe Noé que, según explica, dibujó personajes sobre el cuerpo de la modelo y otros que están fuera de él, en un fondo. “La idea fue fundirlos –argumenta Noé–; el cuerpo no se encierra, se abre y está poblado de otros cuerpos. Como todos nosotros y nuestra memoria, estamos poblados de un mundo. Pero está adentro y fuera de nosotros. Y eso es lo que quise hacer.” Noé señala que este planteo de obra sólo podía funcionar en blanco y negro porque el color hubiese producido demasiada confusión visual. “Cuando uno pinta un cuadro, pinta un mundo de relaciones –dice–. Cuando pinta un cuerpo ya es otra cosa. Es casi como pintar un tótem.”