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Martes, 11 de octubre de 2005

PLASTICA › MIGUEL REP EN EL CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA

Bienvenidos a Cosmópolis

Replandia es el nombre de la ciudad efímera que Rep dibujó a lápiz en las paredes del Centro Cultural de España.

 Por Fabián Lebenglik

La primera ciudad dibujada por Rep comenzó como un folletín: por entregas semanales en este diario. Se trataba de una Buenos Aires que Rep dibujaba a tinta, barrio por barrio, para publicar en el suplemento Metrópolis, de cuatro páginas, que aparecía los jueves en Página/12, a comienzos de los años noventa.
Cada semana, durante 1992, Rep consultaba la escasa bibliografía barrial de Buenos Aires que podía conseguirse y luego se largaba a recorrer, de a uno por vez, el casi medio centenar de barrios porteños, en auto y a pie, para tomar apuntes, meterse en algún café barrial, charlar con los vecinos, visitar los lugares más connotados... No había tiempo para tomar fotos. Miraba con ojos de viajero la arquitectura del barrio, tomaba notas de los lugares, edificios e iglesias que le llamaban la atención, observaba los árboles, las calles –asfaltadas o empedradas–, los estilos, el estado de conservación o deterioro. Algunos barrios le resultaban familiares porque esas calles formaban parte de su historia, de su vida cotidiana, de sus recorridos habituales. A otros barrios, en cambio –que sólo eran precedidos por historias de amigos o vecinos–, los recorrió por primera vez especialmente para dibujarlos. Barrios o sectores de barrios, históricos o nuevos, populares, de clase media o aristocráticos: cada sector se suma al tejido urbano y supone una sociología y una política que el dibujante luego evocaría con humor.
A medida que Rep iba configurando mentalmente el perfil del barrio, también iba apuntando los retazos de relatos, conversaciones y chistes, los textos de carteles y pintadas que circulaban por cada sector de la ciudad. La ciudad visual y la ciudad oral se cruzaban semanalmente en los barrios que Rep hacía para aquel suplemento. Con cada recorrido en la cabeza, el dibujante levantaba vuelo imaginariamente y pensaba en la ciudad a vuelo de pájaro, vista desde arriba. Buscaba una mirada como la del ángel en Las alas del deseo, de Wenders, a través de aquel largo travelling aéreo inicial, que atravesaba la ciudad, sus edificios y monumentos en busca de combinar historias individuales y colectivas. Pero la mirada aérea es sólo un movimiento inicial. A partir de allí, Rep fue reconstruyendo en el dibujo cada barrio desde puntos de vista muchas veces inusuales, como si fueran novedosas proyecciones cartográficas. Mezcla de crónica visual y de ficción dibujística, la Buenos Aires de Rep resultó un hallazgo.
En marzo de 1993, Página/12 publicó en gran formato el libro Y Rep hizo los barrios –cuya versión reducida fue reeditada recientemente por Sudamericana–, para ser presentado en la feria del libro de hace doce años. Allí se reunían todos los dibujos de Rep. Los barrios estaban acompañados por textos de escritores y periodistas en los que cada uno escribió sobre su porción de ciudad natal o actual. Algunos de ellos: Alvaro Abós, Miguel Briante, Luis Bruschtein, Martín Caparrós, José Pablo Feinmann, Juan Forn, Rodrigo Fresán, Juan Gelman, Horacio González, Martín Granovsky, Liliana Heker, Christian Kupchik, Jorge Lanata, Tomás Eloy Martínez, Marcos Mayer, Norma Morandini, Julio Nudler, Guillermo Saccomanno, Juan Sasturain, Ana María Shua, Osvaldo Soriano, Ernesto Tiffenberg, Carlos Trillo, Horacio Verbitsky, Susana Viau, David Viñas, Mario Wainfeld, Sylvina Walger y Ema Wolf. Quien firma estas líneas estuvo al cuidado de aquella agotada edición y también aportó un texto, para el barrio de Constitución.
Aquella versión personal, minuciosa, ultrabarroca en el trazo y al mismo tiempo conceptualmente sintética de Buenos Aires que Rep configuró durante un año, es el antecedente directo de esta nueva polis, que inventó para el Centro Cultural de España.
“Una ciudad –dice Rep– es, entre otras cosas, un lugar lleno de paredes. Paredes para dibujar ciudades. El hombre de las cavernas tenía paredes pero no ciudades. En un lugar civilizado, todas las personas deberían tener derecho a, por lo menos, una pared. Una democracia debería garantizarle a cada individuo tan siquiera una pared, donde desarrollar su ciudad. Paredes hay por todas partes. Hay sobreabundancia de paredes. Hasta en los subsuelos. Miré las paredes que me ofreció Lidia [Blanco, directora del Cceba] en el subsuelo de mi patria y le dije: ‘Una ciudad’. Me corregía de inmediato: ‘Una Landia’.”
La increíble ciudad de Rep, Replandia, fue hecha en cuatro días. Lápiz en mano, el dibujante trazó la ciudad de sus sueños sobre cuatro paredes del centro cultural. Enfrentadas, contiguas o en ángulo, las paredes van dando cuenta de Replandia a través de líneas infinitamente complejas y al mismo tiempo muy delicadas. Rep fue dibujando toda una ciudad; una ciudad que es un mundo, porque pasa por los más variados estados históricos, culturales y urbanísticos de una ciudad. De la comarca al caserío, de allí a la ciudad moderna y sus suburbios hasta gestar una megalópolis, donde miles de líneas se entrecruzan y conectan, sobre la textura de las paredes blancas. Un trazo tenue que conforma un mundo a través de los distintos estadíos de una ciudad imaginaria. Estilos arquitectónicos y artísticos acumulados se van complementando en líneas minuciosas que se yuxtaponen para dar forma a una Replandia que puede leerse como Cosmópolis: sincronías y diacronías de tiempos, espacios y culturas; simultaneidad de geografías yuxtapuestas, diálogos de ciudades diferentes y parecidas, citas de edificios célebres, construcciones antropomórficas. La ciudad de Rep es una versión poética y transfigurada de la ciudad como máquina de vivir.
El dato casi heroico de esta enorme y compleja serie de dibujos de pared, que en conjunto forman una ciudad, es que serán completamente borrados al cierre de la exposición, porque fueron realizados directamente sobre la superficie sutilmente texturada de las paredes. Este carácter trabajoso y efímero de “Replandia” termina de configurar la naturaleza imaginaria y soñada de la ciudad de Rep. Dentro de poco ya no estará allí.
“Pero las ciudades –afirma el dibujante– están llenas de personas, no sólo de paredes. No quería estar solo en mi Landia. Entonces pegué veintisiete gritos y mis amigos acudieron. Veintisiete ventanas abiertas, vecinos míos. Yo solo grité, y me dicen ‘curador’. No habría que permitir que a un gritón así le digan curador. Mi colmena está llena de paredes silenciosas y, acaso, no demasiado saludables”.
Si la primera sala del centro cultural fue usada por Rep para dibujar una ciudad a medida, la segunda sala muestra otras veintisiete visiones sobre la ciudad (veintisiete más una, porque se suma un dibujo del propio Rep). Pintores, dibujantes, historietistas, diseñadores y una fotógrafa aportan su evocación porteña a través de obras de pequeño formato que en conjunto suman sus voces a esta Cosmópolis: María Alcobre, Luis Benedit, Calé, Crist, Diana Chorne, León Ferrari, Norberto Gómez, Oscar Grillo, Hugo Horita, Kalil Llamazares, Adriana Lestido, Juan Lo Bianco, Maitena, Luis J. Medrano, Jorge Meijide, José Muñoz, Adolfo Nigro, Luis Felipe Noé, Oski, Pablo Páez, Roberto Páez, Walter Popp, Quino, Rocambole, Alejandro Ros, Daniel Santoro y Pablo Suárez. El propio Rep también aporta un dibujo a la sección de los artistas de la ciudad.
(En el Centro Cultural de España en Buenos Aires, Florida 943, hasta el 20 de octubre.)

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Replandia tiene un sector de la ciudad invertido.
 
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