Entre la década del ’70 y la del ’80, las dictaduras sudamericanas se unieron en una alianza macabra para denunciar a quienes entraran en sus fronteras buscando refugio de la persecución política. El sistema ideado para ello se llamó Plan Cóndor y hoy, treinta años más tarde, es el tema central de una de las primeras reuniones entre dos superhéroes de historieta latinoamericanos: El Chispa, un niño-héroe del oeste bonaerense, y Capitán Chile, un paladín justiciero trasandino. Un detalle curioso: ambos personajes pertenecen a publicaciones on line que cualquiera puede leer desde una PC con conexión a Internet. El team-up, como se denomina en la jerga comiquera a los encuentros entre personajes de distintas editoriales o universos ficcionales, es algo bastante común en el comic norteamericano y es un género en sí mismo, con su propia estructura narrativa. Pero no es habitual en nuestro país, y menos aún si uno de los personajes no es argentino.

Esta saludable y novedosa colaboración transnacional tiene objetivos claros: primero dar a conocer a las nuevas generaciones los hechos ocurridos en nuestro continente durante las dictaduras que asolaron el territorio. En segundo lugar, fomentar la lectura de historietas. “Los chicos conocen más sobre la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, porque Magneto (personaje de los X-Men) estuvo en un campo de concentración, pero no saben nada del Plan Cóndor” comenta Gustavo Secreti, periodista y creador de El Chispa junto a los lápices de otro Gustavo, Lucero. “Esta es una oportunidad de que se enteren lo que pasó”, afirma el guionista. “La idea es informar del oscuro período latinoamericano de las dictaduras, de esos planes malévolos a gran escala, las trasnacionales del horror”, confirma Cristian Díaz, el historietista chileno que prestó su personaje a Secreti para el team-up.

Orientada a un público de entre 8 y 11 años, la historia de El Chispa es la de un pequeño que, en patines y con un palo de hockey, ayuda en su barrio a combatir las injusticias cotidianas. En la historia que lo une a Capitán Chile, se encuentra con éste cuando su colega trasandino llega al país para vengar la muerte de su abuelo a manos de un antiguo oficial –no se aclara en los dos primeros capítulos si es argentino o chileno–. A partir de allí, toma forma la estructura más o menos tradicional de las reuniones entre personajes: una pequeña confusión inicial sobre las posiciones de cada uno hasta la alianza para derrotar al malvado de turno. Argumentalmente, la novedad es que, a diferencia de otro comic de este subgénero, la historieta comienza con un repaso sucinto sobre la historia de los dos países “que tenían un futuro con planes en común y terminaron con una supuesta enemistad”, dice Secreti. “Pero en todas las manifestaciones artísticas hay mucha unión: músicos, artistas, actores –continúa el argentino–, manifiestan que son dos pueblos que pueden estar juntos”.

La historia, de la cual ya se publicaron dos de los cuatro capítulos que la componen, puede encontrarse en http://www.elchispa.com.ar. Allí también están disponibles capítulos anteriores del personaje argentino. Hasta el momento, la respuesta del público fue buena a ambos lados de la cordillera. Díaz cuenta que en el ambiente del comic chileno, el tándem fue muy bien recibido y hubo reseñas publicadas en varios sitios. Secreti da cuenta de varios mails recibidos de docentes que dan a leer la historieta a sus alumnos para luego tratar el tema en clase. “En los comics argentinos hablar de esta historia no es muy común, un poco por miedo, otro por respeto”, dice el argentino. “Nosotros también teníamos miedo, más que nada de que se esfumara el mensaje que queríamos dar al plasmarla en un cómic con un personaje que vuela, un nene que se disfraza”, cuenta. “Queríamos dar un mensaje de unidad entre los pueblos y contar del Plan Cóndor”, explica.

La historieta argentino-chilena aprovecha las ventajas que ofrece Internet: a diferencia de otros títulos on line, El Chispa utiliza un sistema que, al clikear el mouse sobre el dibujo, hace avanzar los diálogos y las imágenes. Además, la colaboración autoral resultó en que cada personaje utiliza los modismos de su propio país. Como parte del proceso creativo, Secreti envió un guión a Díaz, quien lo revisó reescribiendo las líneas de su personaje para expresarse con los giros lingüísticos de Chile, que ayuda a la consistencia de la historia, agrega varios momentos divertidos y con ello complementa la buena dosis de acción. La resolución de la aventura encontrará –por supuesto– al oficial derrotado y a los héroes discutiendo qué hacer con él. El Capitán Chile querrá vengar la muerte de su tío con la vieja ley del Talión, mientras que El Chispa propondrá entregarlo a la Justicia. En última instancia, la historieta puede resumirse en la declaración de principios de sus creadores: “Queremos incentivar a los chicos a que lean historietas y libros, lo que sea, la lectura es una puerta al conocimiento del mundo y la historia”.

Informe: Andrés Valenzuela.