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Jueves, 24 de julio de 2014

FOTOGRAFIA › LA MUESTRA ACCIóN URGENTE, EN FUNDACIóN PROA

Imágenes desde los márgenes

“Siempre hay problemas de base en las sociedades”, señala Rodrigo Alonso, curador de la muestra que podrá visitarse hasta agosto: la obra combinada de quince agrupaciones latinoamericanas que plantea la visibilización de cuestiones a menudo tapadas.

 Por María Daniela Yaccar

Detrás de cada una de las fotos, videos e intervenciones que ocupan dos pisos de la Fundación Proa hay una injusticia. Acción urgente es una exposición sobre arte contemporáneo, latinoamericano, urbano y explícitamente político, atento a las desigualdades que, aún hoy, en mejores tiempos, siguen tensionando al sur del continente. Y detrás de esas desigualdades están las personas: los quemeros y cirujas de las montañas de basura del Ceamse, los que murieron porque la policía decidió que hay que ser blanco y no negro, las mujeres golpeadas, violadas, asesinadas. Con mucha razón, Rodrigo Alonso, curador de esta muestra, sentencia: “Siempre hay problemas de base en las sociedades”. Y así se mete en el corazón de este arte.

Porque Acción urgente plantea que hay un arte que visibiliza los problemas de base de las sociedades y lo hace puntualmente allí donde nadie puede quedar afuera de cierto sentido, cierta mirada sobre el mundo: el espacio público. Por su quintaesencia, el arte urbano, sea gráfico o performático, no tiene una relación tan matrimonial con el mundo de la institución, de la galería, del espacio cultural pomposo, como la que tienen los que pintan cuadros. Mejor que lo diga Alonso: “Es cierto que las instituciones están más acostumbradas al material de carácter más expositivo, y éste es un registro de lo que sucedió en otro tiempo y lugar. Son prácticas conocidas y al mismo tiempo resistidas por las instituciones”.

Lo que se ve en Proa son registros de intervenciones, que se expresan sobre la desigualdad de género (como Mujeres Públicas, de Argentina; y Mujeres Creando, de Bolivia), el racismo (Frente 3 de Febrero, Brasil), la pobreza (Iconoclasistas, Argentina), los conflictos estudiantiles (Cuadernos de Movilización, Chile), el indigenismo (Javier & Erika, Paraguay), la ecología (Escombros, Argentina). Al ingresar a la primera sala están las tapas de diferentes diarios de Latinoamérica; es decir, que lo primero que se le subraya al público es el maridaje entre la realidad y estas “guerrillas del sentido”, como se las denomina en la presentación.

Se descubren historias muy interesantes sobre algunos de estos grupos, integrados por artistas y también por militantes sociales y políticos. Por ejemplo, uno de ellos, Contrafilé, de San Pablo, creó en su momento una escultura con un molinete (el del ingreso al metro), que metafóricamente simbolizaba obstáculos, trabas, control. El molinete reemplazó el busto de un poeta. “Molinete”, en Brasil, se dice “catraca”. De esa acción surgió un término que, luego, se empezó a utilizar en otros ámbitos: “descatracalización”, que vendría a ser algo así como liberarse de los molinetes. Un ejemplo curioso: una publicidad de un banco invitaba a “descatracalizar” la propia vida.

Y después, se atraviesa una sensación radicalmente distinta –de tristeza, de impotencia– ante el mapa elaborado por los Iconoclasistas sobre José León Suárez, denominada La República de los Cirujas, debido al trabajo de los 700 quemeros y cirujas en plantas sociales de recuperación de residuos, que empezaron a funcionar después de la desaparición de Diego Duarte. Es el chico de dieciséis años que había ido en busca de metales a una montaña de basura, para comprar zapatillas para su hermano. Fue perseguido por la policía, trató de esconderse, nunca se encontró su cuerpo y se cree que lo tapó la basura.

Este es un mapa que informa, no solamente indica. Lo que informa es cómo funciona Suárez, cómo trabajan las personas, cómo se sostiene, que no hay agua, que no hay electricidad y sí contaminación; y todo desde la voz de los que habitan esa localidad. Por ejemplo, el plano define: “La ‘montaña’ o el ‘shopping’ es el nombre con el cual los vecinos llaman popularmente a las enormes pilas de residuos depositados en el relleno sanitario del Ceamse”.

Hay muchos cambios de ánimo en la recorrida. Muy cerca de eso se ven fotos de cientos de personas con palanganas rojas, lavando banderas peruanas con jabón en la plaza Mayor de Lima. Era un ritual al que invitaba todos los viernes a partir del mediodía el Colectivo Sociedad Civil y se comenzó a hacer cuando Fujimori fue elegido por tercera vez. La acción de Etcétera en 2005 también es destacada. En el marco de la Cumbre de las Américas, en Mar del Plata, y la llegada de George Bush, diez personas aparecieron a orillas del mar con los pañuelos que identifican a los palestinos, rifles de cartón en mano y una bandera que decía “Erroristas”. Sorprenden tanto como la acción las consecuencias que generó: empezaron a llegar los patrulleros.

Genera risa el sarcasmo de Mujeres Públicas en un volante que se distribuía en la calle: allí se pueden leer las ventajas de ser lesbiana. Y es fuerte ver al Che Guevara, pintado en una viñeta por las Mujeres Creando, de Bolivia, en un acto de violencia de género. Hay fotografías, videos y también intervenciones que muestran una parte, “una selección sucinta”, dirá la curadora Cecilia Rabossi, de lo que el arte contemporáneo está haciendo desde los noventa para acá en la calle, en los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú y Uruguay. Algunos de los integrantes de los grupos se autodenominan artistas, otros no. No todos piensan igual, pero en todos los casos hay un predominio de lo colectivo por sobre lo individual y todos eligen hacer en la calle. El contexto de aparición de estos “movimientos” o “frentes” –también se definen así– es “el arco temporal que se extiende entre el final de las dictaduras militares, los procesos de transición democrática y la actualidad”, puntualiza Rabossi.

Los grupos son quince: también están Costuras Urbanas, Viva Laura Pérez (Argentina), Opavivara! (Brasil), La Perrera (Perú), Clemente Padín y Mujeres Artistas en Movimiento (Uruguay). Ante cada intervención hay que detenerse, pensarla, ir para atrás en el tiempo, imaginar lo que sucedió cuando esas personas lavaban la bandera en una plaza, para que después otros lo replicaran en más plazas del país. Hay que imaginar, también indagar. Enterarse de por qué, por ejemplo, el Frente 3 de Febrero, de Brasil, lleva a los estadios banderas con inscripciones que protestan contra el racismo. Lo cierto es que el pasado no se puede atrapar, la calle no puede traspasar paredes, y hay algo del espíritu de lo que estos grupos hacen que queda fuera de la Fundación Proa. Pero no podría ser de otro modo. La desazón, las preguntas y la esperanza aparecen igual.

* Acción urgente se puede visitar hasta el 24 de agosto de martes a domingos de 11 a 19 en Avenida Pedro de Mendoza 1929. Las visitas guiadas son de martes a viernes a las 17.

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En la muestra hay trabajos de grupos locales, de Brasil, Bolivia, Chile, Perú y Uruguay.
 
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