Lunes, 14 de septiembre de 2015 | Hoy
SERIES › X COMPANY, LA NUEVA OFERTA DE HISTORY CHANNEL
La primera serie de ficción que presenta la señal sobre historia se aboca a su tema favorito: la Segunda Guerra Mundial. Un ajustado retrato de un grupo de civiles especiales entrenados para luchar contra los nazis, en el caliente 1942.
Por Federico Lisica
Por más de un motivo, X Company recuerda a Eres un agente secreto contra los nazis, uno de los más memorables libros de la saga “Elige tu propia aventura”. La estética de la presentación, el tópico servido para el entretenimiento, la historia como anclaje para el thriller y espionaje, la configuración particular de los personajes, comulgan en el próximo estreno de History, el próximo sábado a las 21 (serán cuatro emisiones a razón de dos episodios por jornada).
Al ser consultado sobre el eje de la serie, Mark Ellis –su productor ejecutivo– fue diligente: “Trata sobre cinco jóvenes que cambiarán su vida para ser entrenados en el primer campo norteamericano de espías y de allí a combatir a los nazis, convirtiéndose en la primera línea de los aliados en esa guerra sucia”. En las primeras escenas de la serie, se ubica temporalmente al espectador en 1942, entre la Francia ocupada por los nazis y a miles de kilómetros de allí, más precisamente en la zona cercana al lago Ontario de Canadá. Todo el episodio ocurre en un largo montaje en paralelo mediando la acción con lo que sucede en el llamado Campamento X. Mientras el comando quiere salvar a un pueblo del yugo fascista, cruzando el Atlántico, el militar Duncan Sinclair está terminando de conformar ese equipo con civiles que presentan rasgos por fuera de la norma y, por eso, son perfectos para ejecutar arriesgados planes en Europa.
Cada uno del grupo tendrá sus pericias. Está la periodista curiosa y decidida con habilidades camaleónicas; el estadounidense persuasivo y algo manipulador pero que sabe cómo llevar a cabo el trabajo; el policía británico de aires obreros que conoce el poder de la fuerza física y el benjamín, un genio para los aspectos de comunicación, técnica y fabricación de bombas. Pero falta la última pieza del quinteto, un joven de memoria fotográfica que posee la condición de sinestesia. “El programa tiene intensidad y tensión, te imaginás dentro de una tarea completamente secreta, pero a la vez se preocupa por balancearse y mostrar profundamente las relaciones que se dan entre ellos”, señaló Evelyne Brochu que interpreta a Aurora Luft, la única mujer del team.
Que esta serie de ficción haya sido elegida por History parece bastante lógico. Vale recordar el apelativo de “Hitler Channel”, ciertamente escabroso pero no menos certero, por su recurrencia a emitir documentales sobre la figura del genocida germano y eventos relacionado con la Segunda Guerra Mundial. “No es muy común tener las chance de hacer algo que tenga exactitud histórica y que su retrato sea moderno y dinámico”, especificó David Fortier, otro de sus productores. Cabe resaltar que esta producción, en realidad, es original de la televisión canadiense (CBC) y por eso presenta rasgos singulares como que sus actores sean perfectos desconocidos para el público local y el enfoque tenga particular interés en mostrar la participación de ese país en el conflicto armado. X Company (que tiene una segunda temporada en camino y confirmada su emisión en nuestro país) es una apuesta ajustada a la convenciones del género, no pretende romper esquemas formales y presenta con convicción un aspecto ignorado sobre el evento bélico. La tarea de ese campo de entrenamiento para formación de espías, fuesen canadienses, pero también británicos y estadounidenses porque la CIA aún no había sido creada. Consta que por ese lugar se formaron en tales artes Ian Fleming (el creador de James Bond) y Roald Dahl (el autor de Charlie y la Fábrica de Chocolates) que tuvo su experiencia en el frente.
Puede que X Company tenga componentes y un zurcido algo demodée (aumentado por el doblaje al castellano que refuerza las tonadas afrancesadas y alemanas). Y quizás ése es su toque atractivo. Resuenan, por otra parte, varias lucubraciones de Quentin Tarantino que a su vez fueron relecturas de otros géneros: el quinteto mencionado por Mia Wallace para un piloto televisivo en Pulp Fiction o los operativos perpetrados por el Sargento Aldo Raine en Bastardos Sin Gloria. Aunque sería un Tarantino sin su carga irónica, ni pastiche visual y collage sonoro, salvo una singular versión de “One way or another” sobre el final.
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