Lunes, 21 de marzo de 2016 | Hoy
SERIES › JON BERNTHAL Y LA SEGUNDA TEMPORADA DE DAREDEVIL POR NETFLIX
Ya están disponibles los nuevos trece episodios de una de las series mejor recibidas en el 2015. La historia del abogado y justiciero nocturno de Hell’s Kitchen toma ribetes cada vez más oscuros, con el aporte de Bernthal y Elodie Young como Elektra Natchios.
Por Federico Lisica
“Bang.” Con esa onomatopeya se presenta The Punisher (Jon Bernthal) en la segunda temporada de Daredevil (sus trece episodios están dispuestos en Netflix desde el pasado viernes). Luego dispara y termina un entuerto del que mejor no adelantar demasiado. Es que el alter ego de Frank Castle, más que un hombre de palabra, es uno de acción. En el capítulo inicial se carga él sólo a la mafia irlandesa de Hell’s Kitchen e incluso se enfrenta al protagonista de la entrega. Si en su primer año, Matt Murdock/Daredevil era una versión más dura de lo que se entiende como héroe, ahora las cosas se pondrán aún más sombrías con esta nueva aparición. Al abogado ciego que por las noches combate a los criminales en uno de los barrios más duros de Nueva York, se le suma este otro sujeto que actúa desde la pura venganza. La incorporación a la serie de este ícono del comic es un paso más en el pathos grim & gritty que tomaron los productos Marvel en Netflix. Lo siniestro y áspero se palpa en cada segundo que The Punisher está en pantalla. No será el compinche del demonio rojo sino una versión más agria de Daredevil. “Hay que tener en la cabeza que es un soldado retirado de la guerra que atraviesa un evento traumático, lo peor que le puede pasar a una persona es que su esposa e hijo sean asesinados frente a sus ojos. Está marcado por ese evento y no le importa nada más que encontrar a los asesinos de su familia y matarlos de la manera más cruel posible; es que su vida tal y como la conocía ya no existe”, explicó Bernthal durante la presentación de la serie en la Argentina a medios latinos entre los que estaba Página/12.
Otro arco de la temporada se dará con un personaje prototípico de este universo y que aún no se lo había visto en esta puesta: Elektra Natchios (Elodie Young). “Creo que es muy enigmática, cuando ella le dice a Matt que lo ama, realmente lo siente, aunque nunca sabés hasta qué punto lo hace para manipularlo. Es una amante y una asesina letal, funciona como el polo negativo de Matt, ambos se equilibran juntos, aunque no lo hagan todo el tiempo”, asegura la actriz francesa encargada de componerla. Pero con quien hay cortocircuitos desde un comienzo es con The Punisher. Sus acciones le imprimen a la saga un extremismo de violencia inusual incluso para este tipo de productos. Más que superpoderes en Daredevil se sienten –y se ven en primer plano–, los golpes, las explosiones, la sangre, las quebraduras de huesos y orificios dejados por balas humeantes.
–The Punisher ya ha aparecido en otras versiones, y algunas de ellas no fueron bien recibidas. ¿siente presión de algún tipo?
–Siempre siento presión. Soy un agradecido a este trabajo pero intento no ser demasiado optimista sobre nada (risas). Es cierto, ha habido otras versiones de The Punisher, pero esta es la nuestra y es la que me compete. Creo que la gran diferencia es que tenemos casi trece horas de desarrollo. Es un personaje muy famoso y es natural que los fans de los comics reaccionen con apasionamiento sobre sus retratos. A la vez son fans muy leales e inteligentes. La presión además está para mí porque el programa fue muy bien recibido en la temporada en la que no estuve. Habló por mí y solo puedo decir que entregué todo.
–¿Y qué tipo de The Punisher es éste?
–Creo que nunca se lo representó así. Se va bastante al comienzo del personaje. Sobre cómo Frank Castle termina convirtiéndose en The Punisher. Y en su camino se cruza con Daredevil. No sé si se lo puede comparar incluso con otras versiones. Porque tuvimos mucho más tiempo para explorarlo.
–¿Cómo fue la preparación? ¿Habló con militares?
–Sí. Y es una de las mejores cosas de este trabajo. Si tenés que hacer de un camionero tenés que manejar un camión, ¿se entiende? Es usar los zapatos de alguien más. Es muy importante meterte en la psiquis de alguien definido por lo que hace. En este caso su entrenamiento militar y afición por las armas. Pero hay otro aspecto y es su pérdida familiar. Creo que no podría haberlo hecho de no ser padre. Eso es amarte más de lo que te amás a vos mismo. Y a Castle le quitaron eso. Es un camino muy oscuro para la imaginación. Requiere una parte muy física pero otra muy emocional. Es darle la bienvenida a un estado mental doloroso.
–Aún se lo recuerda por su papel en The Walking Dead. ¿Fue una bendición haber sido asesinado tan pronto en esa serie? En cierta manera fue un trampolín para otros papeles
–En cierta manera lo fue. The Walking Dead fue una oportunidad magnífica con un personaje muy bien escrito pero también estoy agradecido de que ya no estoy ahí porque lo aprecio a la distancia, y puedo trabajar con gente increíble, en diversos proyectos en muchas partes del mundo como ahora. La mayoría de mis amigos del trabajo vienen de esa otra serie: Norman Reedus, Andrew Lincoln, Steven Yeun, y el resto son familia para mí. Los que quedan vivos y los que murieron. Mi personaje, Shane Walsh, tuvo un verdadero desarrollo más allá de que haya estado poco tiempo. Fue muy gratificante mi paso por esa serie y probablemente lo mejor que me pudo haberme pasado es que me mataran (risas).
–¿Por qué cree que hay un nuevo furor por las historias con superhéroes de comics?
–Internet tiene mucho que ver con ello. El mundo se ha vuelto más chico y podemos compartir estas historias, hay muchísima información sobre cualquier cosa que queramos. Compartimos miedos de manera muy fácil, sea el terrorismo, el desastre medioambiental, o un posible cataclismo nuclear, y todos son inevitables. Ahí es cuando aparece el interés por estos tipos.
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