Viernes, 22 de agosto de 2008 | Hoy
MUSICA › EMMANUEL HORVILLEUR Y SU PRIMER SHOW EN EL GRAN REX
El cantante presenta esta noche su tercer álbum, Mordisco, un trabajo que gira en torno de la noche y el cortejo, “aunque no tiene que ver con el acto carnal –puntualiza–, sino con las nuevas formas de seducción y los nuevos límites”.
Por Roque Casciero
Bastaron un par de hits para que Emmanuel Horvilleur pasara de ser “el ex Illya Kuryaki” a un solista con peso propio. Al menos, así lo percibe él, que disfruta de una popularidad que no tenía desde los tiempos de “Abarajame”. “Se conformó un público más grande y nuevo, hay chicos que vienen a verme y que no tienen la referencia de IKV, como pasaba antes”, se enorgullece el cantante. “En mi caso, es un público que está naciendo, pero igual me encanta que haya aparecido. De todos modos, siento que sumé con cada disco y en cada show: nunca dejé de tocar, porque creo en estar siempre y esto es lo que me gusta hacer.” Claro que ahora puede darse el lujo de convocar a su primer show en el Gran Rex (esta noche), el mismo escenario en el que debutaron los Kuryaki, invitados por Fito Páez. “Es algo especial tocar ahí y trataremos de estar a la altura, porque vi grandes shows en ese teatro: Spinetta, Charly, Soda, Bryan Ferry, David Byrne, Marisa Monte... A Erasure también lo vi ahí, pero no cuenta”, suelta entre risas.
Vuelta a los hits: “Radios” y “Tu hermana” coparon el éter a puro desprejuicio pop y new wave, pero son apenas la avanzada del tercer álbum de Horvilleur, Mordisco, un trabajo en el que noche y seducción son las claves de acceso. ¿Tendrá Horvilleur la famosa “idea fija”? “No es para tanto”, se desmarca. “A diferencia de otros discos sexuales que he hecho, como Leche (con IKV), que era explícitamente sexual, éste no tiene tanto el acto carnal, sino una situación de seducción o la intelectualización de la seducción, por ahí para entender las nuevas formas de seducción, los nuevos límites.”
–¿Cuáles son esas nuevas formas?
–Es que ahora ya no hay mucha ley, entonces un tipo puede cantar “si no puedo estar con vos, me encantaría hacerlo todo con tu hermana” y que la mina en lugar de ofenderse se ría con eso. O que vengan dos hermanas de la mano, sonrientes, a decir que les gustó la canción. Obviamente, el que canta soy yo y me río de eso, me parece divertido cantar una canción como “Tu hermana”, pero siento que estoy cantando sobre algo que está por ahí, que no inventé esa situación. Hacerlo con la hermana de la chica a la que le cantás es como límite, es de hijo de puta total, pero hay muchos que capaz lo hacen con la amiga de la novia o algo así.
–¿Disfruta de esa situación o le parece demasiado?
–Más lo segundo que lo primero. Yo soy más...
–¿Caballero?
–Sí, sí. Pero, por otro lado, la canción dice “si no puedo estar con vos”, o sea que la mina está primero. No sé si analizo esas cosas cuando las escribo, pero ya que estoy haciéndolo ahora, me parece que la primera opción es ella, si con ella no se puede, buscará otra opción.
–De todos modos, en el momento de la composición al que aludía debe ser muy divertido que se le ocurra una frase así.
–¡Ese es el punto! Cuando aparece una frase así y empiezo a reírme solo, es lo más divertido de todo. Después se convierte en algo mucho más automático al cantarla todas las noches, pero cada vez que la toco y la gente entra en frecuencia con lo que digo le encuentro un nuevo significado.
–Cuando compuso “Hola”, ¿no pensó que sería inevitable que la relacionaran con Celeste Cid, su ex pareja?
–No lo pensé mucho, porque la canción estaba buena. De hecho, no habla directamente de ella. Me acuerdo más de discotecas en los ’90 a las que entraba y me encontraba con una ex novia después de cinco meses y se daba una situación como la del estribillo, que dice “justo ahora que estaba bien extrañándote me encuentro con vos, con vos y con él, y tan suelta se te ocurre decir ‘Hola, ¿cómo andás? Te necesito, volvámonos a ver’”. ¡Aaaaaargh! La frase no tiene tiempo. Pero hay muchas frases que me empiezan a bajar que están más relacionadas con una memoria emotiva que con estos últimos años de mi vida, en los que ya no salgo tanto.
–Pero, ¿por qué escribir sobre esos temas justo ahora que no sale tanto?
–Seguramente voy a seguir escribiendo cosas que les pasan a pibes de veintipico porque a los 45 años (ahora tiene 32) voy a acordarme de alguna novia y de alguna situación. Tal vez uno no vaya mucho a las discotecas a esa edad... o vuelva a ir (se ríe).
–Precisamente, ¿será que extrañaba la noche y por eso salió Mordisco?
–No sé. A veces puede ser que me proponga conscientemente escribir sobre esa situación, porque me gusta pensar una canción que pueda sonar en esa misma frecuencia nocturna y que acompañe en ese momento. Tampoco sé por qué.
–Antes dijo que el público nuevo ya no tiene a Kuryaki como referencia, pero en todas las entrevistas les preguntan por la vuelta.
–Es lógico, también le pasaba a Cerati. El no juntó Soda ni por la guita ni por la fama ni por nada, sólo fue para que no le preguntaran más cuándo volvía Soda (risas).
–Pero Dante y usted nunca estuvieron alejados, se han invitado a tocar todo el tiempo, aunque tomaron rumbos musicales muy diferentes: él se quedó del lado del hip hop y usted se volcó al rock y al pop.
–Es cierto. Pero, no sé, el otro día nos juntamos a zapar un rato, sin ningún tipo de presión, a divertirnos: nos pusimos a tocar blues. Como pasan los años, está bueno que volvamos a divertirnos juntos y recordemos cómo nos divertíamos cuando teníamos 18 años. Ojo, prefiero no pensar en eso, pero la realidad es que me gustaría hacer un disco con Dante: producirlo yo a él y que él me produzca a mí, volver a hacer que toque la guitarra y hacer un discazo bien ambicioso, como siempre hicimos.
–¿Falta que aparezca una oferta?
–Creo que si en un momento nos juntamos, la oferta va a aparecer. No sé, capaz que viene Drean y nos propone bancarnos la gira (risas).
–En el show de esta noche habrá invitados como Gustavo Cerati. ¿Y Dante?
–En realidad, no lo invité, pero él sabe que está invitado. Lo invité algunas veces, unas dijo que sí y otras que no. No sé, que lea PáginaI12, lo invito por acá.
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