Lun 15.12.2008
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MUSICA › CRECEN LOS RUMORES DE UNA REUNION DE LA LEGENDARIA BANDA INGLESA

Smiths, el Santo Grial del britpop

Mientras Blur anuncia un show de retorno en Hyde Park, en Inglaterra se afirma una y otra vez que Morrissey y Johnny Marr están en tren de reconciliación. Ambos niegan todo, pero Mozza contrató a un manager experto en reuniones.

› Por Jonathan Brown *

Pink Floyd lo hizo, The Police también. La semana pasada fueron los Specials, esta semana Blur, e incluso Led Zeppelin accedió a juntarse el año pasado. Pero hay una banda que permanece como el Santo Grial en el sueño de los reformistas del rock de todo el mundo: The Smiths. Ahora, las esperanzas de que Morrissey y el guitarrista Johnny Marr puedan enterrar sus muy públicas e históricas diferencias han resurgido, con algo que se parece a la regularidad metronómica.

Aun así, los integrantes de una de las mejores bandas de la década del ochenta en Manchester –y algunos la señalan como la mejor, sin vueltas– se han rehusado firmemente, una y otra vez, a coincidir en el mismo escenario y al mismo tiempo. Incluso, supuestamente rechazaron una oferta de 40 millones de libras para hacerlo, para la desazón de un ejército de fans acérrimos en todo el planeta. Ahora, las relaciones entre el cantante de 49 años y el guitarrista de 45 parecen haberse recuperado al punto de tener un diálogo fluido. Y la excitación crece con respecto a un sueño que al fin podría verse realizado.

La novedad llega en un momento en que parece desarrollarse una auténtica orgía de reconciliaciones y besos dentro del mundo de la música popular. El martes, los músicos de Blur sostuvieron que están listos para reflotar el espíritu del britpop en el show que tendrá lugar en julio en Hyde Park, casi al mismo tiempo que Robbie Williams daba señales de que estaría dispuesto a volver al juego con Take That. Pero aun esos anuncios palidecen hasta la insignificancia ante la perspectiva de un acuerdo en la cumbre de The Smiths. Según una fuente de la industria discográfica, “el hecho real de que ellos están nuevamente dirigiéndose la palabra ya es la cosa más esperanzadora en muchos años. La industria siempre estuvo expectante ante la posibilidad de una reunión de la banda”. No cabe ninguna duda de que la industria musical agradecería como pocas otras cosas la perspectiva del reencuentro de uno de los grupos más populares de las últimas décadas, y una oportunidad ciertamente perfecta sería el festejo de los 50 años de Morrissey, a realizarse en el Apollo de Manchester en mayo de 2009.

“Mucha gente piensa en ellos como lo mejor que sucedió desde The Beatles, un grupo que llenó estadios una y otra vez”, dijo la misma fuente no identificada al periódico inglés The Mirror. Pero un vocero de Marr prefirió llamar a la cautela. “Cuantas más historias como esta se ponen en circulación, menos posibilidad hay de que se concreten”, advirtió. “Ellos nunca dijeron que fueran a reformarse”. Tampoco hubo muchas señales el jueves en el Pigalle Club de londres, donde un inusualmente taciturno Mozza presentó su nuevo disco, Years of refusal, que se lanzará oficialmente en febrero. “Este es mi nuevo álbum. Por favor, por Dios, que les guste”, bromeó con los periodistas. Morrissey pasa actualmente mucho tiempo en Los Angeles, pero le gusta estar en contacto con otras estrellas británicas. De cualquier modo, descartó vigorosamente los rumores de una reunión: “Preferiría comerme mis propios testículos antes que reformar a The Smiths... y eso es bastante decir, viniendo de un vegetariano”.

Una de las teorías sostiene que Morrissey está bajo la influencia del legendario Irving Azoff, a quien contrató como manager en octubre. Azoff fue el representante de algunos de los regresos más sonados en la industria musical, con nombres tan fuertes –y que negaron una posible reunión una y otra vez– como The Eagles y Van Halen. A su vez, Marr se muestra más conciliador con respecto a su relación con el frontman de Smiths, utilizando el mes pasado su lectura inaugural como profesor visitante de música en la Universidad de Salford para ensalzar el rol de las grandes figuras de la música popular –incluyendo a Morrissey–, y dejando caer alguna pista sobre que las cosas entre ellos quizá están mejor.

Lo que no está en discusión es que la banda se separó en 1987 luego de cinco años especialmente intensos, pero sus relaciones quedaron seriamente dañadas, hasta el punto de llegar a los estrados judiciales en una disputa por regalías impagas. La agria e incómoda experiencia de Morrissey en el banquillo de testigos –el juez describió al cantante como “retorcido, truculento y poco confiable cuando sus propios intereses están en juego”– dejó a muchos preguntándose si el baterista Mike Joyce, quien llevó el caso a juicio y fue compensado con un millón de libras, sería bien recibido en una posible reunión de la banda. Matt Phillips, de BPI (que representa a la industria discográfica) señaló: “Obviamente, llevar una banda a la posición en que se convierte en marca registrada requiere un enorme monto de inversión, con lo que cuando una banda famosa se reúne siempre es una buena noticia. Una gran porción de las ventas de discos se destina a la inversión en nuevas bandas: el dinero no va sólo para cada grupo, sino que encuentra su camino para sostener a la nueva música”.

Con respecto a los rumores, Dave Everley, editor de la revista Q, dice que “entre ellos quedaron muchas cosas sin resolver, terminaron de un modo muy amargo. Marr y Morrissey tuvieron una gran relación artística, así que creo que posiblemente a los dos les gustaría reunirse. Hay dos tipos de público ahí afuera: uno que se acerca a los 40 años y sus hijos, que han escuchado una y otra vez lo buena, lo sorprendente que era esta banda, y quieren saber de qué se trataba todo eso.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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