Michael Jackson anunció ayer que volverá a los escenarios con diez conciertos en Londres, pero también dejó entrever la posibilidad de que ésta sea la última vez que se lo pueda ver en vivo. Y el eslogan de la serie de shows suena contundente: “Esto es todo” (This is it). El autoproclamado Rey del Pop hizo el anuncio en persona mediante una conferencia de prensa a la que arribó con 90 minutos de retraso, en la O2 Arena londinense. En ese mismo estadio cubierto a orillas del Támesis, Jackson concretará su regreso a los escenarios el próximo 8 de julio. “Esto es todo, serán mis últimos shows en Londres”, dijo el autor de Thriller durante el encuentro con los medios, y habló de “bajar el telón”. “Lo digo porque es así. Esto es todo”, ¿completó? En el lugar había miles de fans que se habían enterado de la noticia a través del sistema de mensajes Twitter y el cantante les dijo una y otra vez que los amaba hasta lo más profundo de su corazón.

Los conciertos londinenses serán los primeros seguidos que haga en mucho tiempo, ya que la gira de Invincible (2001), su último disco con material nuevo, se suspendió antes de que las entradas salieran a la venta. En 2005 debió enfrentar un juicio por abuso de menores y, pese a que salió absuelto, desde entonces se convirtió prácticamente en un ermitaño. Los rumores indicaban que la estrella de 50 años estaba en bancarrota, le debía dinero al rey de Bahrein (donde se recluyó tras el sonado proceso judicial) y que su salud peligraba. Ese rumor cobró más fuerza en agosto pasado, cuando Jackson fue fotografiado en Las Vegas con aspecto demacrado. Sin embargo, sus agentes dicen que el hecho de que ahora se comprometa al maratón de este verano en Londres muestra que se encuentra en plena forma.

En cuanto a las finanzas, ciertamente no le vendrán mal los dos millones de dólares que recibirá por cada concierto londinense. Por otra parte, su retorno a los escenarios provocará un gran golpe de efecto a la hora de lanzar su próximo álbum, al que está dándole los últimos toques y en el que contó con la colaboración de Kanye West, Will.I.Am y Ne-Yo. De todos modos, los shows no serán la presentación del disco. “Cantaré las canciones que mis fans quieren escuchar”, declaró Jackson durante los 10 minutos que duró el anuncio de la serie de conciertos. Durante su aparición fugaz –en la que se lo vio vestido de negro, con lentes oscuros, pelo largo y una tonelada de maquillaje–, fue interrumpido constantemente por el griterío de sus seguidores, de quienes se despidió con un lacónico “los veré en julio, los quiero mucho”.

Como se supone que será la única aparición de Jackson durante 2009, las 200 mil entradas para los 10 conciertos deberían volar apenas sean puestas en venta el próximo 13 de marzo. Los precios de los tickets estarán entre los 70 y los 110 dólares y los fans podrán comprarlas anticipadamente a través de www.michaeljacksonlive.com.

“Estamos encantados de facilitar el regreso del Rey del Pop”, declaró Rob Hallett, presidente de Tours Internacionales de AEG Live, la empresa que opera la O2 Arena. “¡Larga vida al Rey! Ver a Michael este verano seguramente será el punto más alto del año musical. Los ojos del mundo estarán mirando”, cerró. Pero los conciertos no serán los únicos ingresos con los que cuente el cantante para superar su precaria situación financiera. Si no prospera el recurso judicial interpuesto por el artista, en marzo se subastarán más de dos mil objetos que tenía en su rancho Neverland –del que debió deshacerse el año pasado, porque le costaba tres millones al año–, incluida la verja de entrada a la propiedad.