Viernes, 15 de mayo de 2009 | Hoy
MUSICA › LA PRESENTACION DEL NUEVO DISCO DE VIVIANA POZZEBON
La cantante cordobesa interpretará esta noche a las 21, en el Centro Cultural Recoleta, las bagualas, congas, cumbias, reggaes y huaynos de Tamboorbeat, su último trabajo. “Quise sonidos provenientes de diferentes lugares”, explica.
Por Karina Micheletto
Como parte del grupo De Boca en Boca, Viviana Pozzebón logró una marca vocal y percusiva definida, con la que ganó el reconocimiento de gente como Hermeto Pascoal, Rubén Blades o Cecilia Todd, con quienes grabó y compartió escenarios. Ahora que el cuarteto vocal entró en una impa-sse, llegó el tiempo de largarse sola. Lo hizo asumiendo riesgos, pero también cuidando todos los detalles, y el resultado es el auspicioso Tamboorbeat: un disco que cruza percusiones múltiples y toques de electrónica, con un concepto que no se agota en esa mixtura como único sostén, y que abre el juego a ritmos y sonoridades diversas. La cantante, percusionista y compositora lo presenta hoy a las 21 en la sala Villa Villa del Centro Cultural Recoleta, y será con gran despliegue, en un espectáculo multimedia, con VJ, proyecciones y quince músicos en escena.
Baguala, conga, cumbia, son, reggae, huayno son algunos de los ritmos que transita la cordobesa, para imprimirles una marca potente y novedosa, con un abanico tímbrico rico en matices y colores. En Tamboorbeat la voz y la percusión –bongós, congas, güiros, cencerros, timbaletas– están en primer plano, pero dialogan con contrabajo, violoncello y bajo, clarinete, trombones y trompeta, y también con programaciones, samplers, scratchs, que aportan su sonido diferencial como un instrumento más. Así pueden sonar un huayno del jujeño Bicho Díaz, una cumbia colombiana, un reggae cordobés, un rezo negro y mántrico, o una sorprendente versión de “Mañana en el Abasto” vestida de baguala, que ya tiene su videoclip.
Presentados como coplas que traen lamentos lejanos, cantadas sobre una caja, los versos de Luca Prodan encajan perfecto, aun transmitiendo un paisaje tan urbano desde la letra. “No fue un experimento para mí –aclara Pozzebón–. Desde siempre sentí que ese tema sonaba medio así, como si fueran coplas. La canción puede haber sido creada como una pena urbana, pero a mí también me suena arriba de una montaña: habla de una cuestión humana, que trasciende los paisajes.” Pozzebón ya hizo esta presentación en Córdoba y ahora se entusiasma relatando de qué viene el show, con una gran puesta en escena: “A partir del trabajo del disco quisimos crear una especie de concepto espacial de la música, hacer que los sonidos provengan de diferentes lugares”, cuenta. “Pusimos mucha atención en el vestuario y en la puesta, y a partir de la música despegamos un espectáculo multimedia, con la participación de un VJ.”
–¿Cuáles son los puntos de continuidad entre esta propuesta solista y De Boca en Boca?
–Los tambores y la voz van al frente; son los protagonistas. Sigue siendo muy importante el cuidado tímbrico de los temas, y si bien esta vez lo llevo a ritmos más fusionados, hay mucho de las agrupaciones anteriores en las que estuve, no sólo De Boca en Boca, y por eso está el reggae “Indecisión”, por ejemplo, que ya hacía con un grupo de música caribeña, allá por los ’90. Es inevitable que en lo nuevo se escuche lo que ya hiciste antes, del mismo modo espero que se escuche mi paso por la Universidad de Córdoba, donde estudié composición. Y también los aportes de la gente que te va enriqueciendo, en este caso Raúl Lafouret, que es compositor de música electroacústica y asumió la dirección artística, por eso desde el vamos está presente el concepto de la amplitud sonora. También Fernando Taverna, que fue el productor musical del disco.
–La mixtura de la música popular con la electrónica parece haberse extendido como una moda. ¿Lo consideró como un peligro?
–No, porque en mi caso la música fue fluyendo, esto no fue pensado adrede. Todo lo disparo desde el tambor, y en este caso la electrónica aparece como otro instrumento más. De hecho, el DJ es muy orgánico, se mueve como si tocara un bajo o un teclado. Y si bien hay sonidos bien identificados como electrónicos, se escucha que están al servicio de las canciones, de la cosa mántrica del toque del tambor. Cuando lo conocí a Fede Flores, surgió la idea de unir los tambores con el beat electrónico, hicimos unos toques y vimos que ahí había algo, un germen, pero no me quedé ahí. Me jugué un poco más, quería sumar también todo lo que traía del cuarteto vocal, todo lo que había aprendido en estos años, y cruzar también lo acústico a este nuevo formato.
–Este es su lanzamiento solista. ¿De Boca en Boca es una etapa cerrada?
–Digamos que el grupo está en un receso. Cada una necesitaba experimentar por separado otras cosas, y las chicas también están con distintos proyectos. En mi caso siento que es como empezar todo de nuevo, y desde el punto de vista de la expresión es muy liberador. Y también muy raro: fueron catorce años con el cuarteto, y ahora me encuentro haciendo todo sola. ¡Todo me parece raro sin ninguna de las chicas a mi lado! Como solista, asumo todos los riesgos yo. Pero también las satisfacciones.
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