Sábado, 29 de agosto de 2009 | Hoy
MUSICA › LEO MASLIAH INTERPRETA A JORGE DE LA VEGA
En el marco del proyecto Raras partituras, el músico uruguayo presentará versiones de la obra de un artista de culto que grabó un solo disco en su vida. Tocará El gusanito en persona y canciones inéditas, que darán cuenta de una interesante afinidad intelectual.
Por Diego Fischerman
La primera vez que Leo Masliah cantó en público fue en 1978, en la Cinemateca Uruguaya, junto a Luis Trochón y Juan Peyrou. Después llegarían 40 discos, desde Cansiones Barias hasta Piano, libros como Cuentos Impensados y obras como El último dictador y la primera dama o la ópera Maldoror, basada en Los cantos de Maldoror, de Isidore Ducasse y estrenada en el Teatro Colón en 2003. Y habría también espectáculos memorables como aquel que hacía a dúo con el tenor Gustavo Manzitti y comenzaba con Masliah leyendo en la platea y discutiendo con lo que sucedía en el escenario.
“Después de mi primera presentación oficial cantando canciones en público, en Montevideo, un crítico (creo que Henry Segura) de un diario dijo que mis canciones estaban emparentadas con las de Jorge de la Vega”, recuerda Masliah, que hoy y mañana a las 17 presentará sus versiones de esas canciones en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional (Agüero 2505, 1er. piso). “Yo no supe quién era ése hasta seis o siete años después, cuando en Buenos Aires Carmen Baliero me grabó un casete con el disco El gusanito en persona”, dice acerca de uno de los creadores más extraños y al mismo tiempo endiosados y secretos de la escena cultural argentina. Estudiante de arquitectura inconcluso, artista plástico autodidacta e integrante del grupo Nueva Figuración, De la Vega tocaba la guitarra y cantaba. Un solo disco, grabado en 1968 y convertido en objeto de culto alcanzó para situar a De la Vega en un lugar absolutamente único. “El gusanito va paseando/ y en el pastito/ va dibujando un dibujito/ que es igualito al gusanito”, comenzaba su canción más famosa, para concluir: “Y el gusanito sigue paseando/ y al mismo tiempo se va preguntando/ si el mundo entero no es/ un dibujito al revés./ Un gusanito del derecho/ y un dibujito del revés./ Un dibujito del derecho/ y el mundo entero del revés”.
Masliah, que al igual que De la Vega cultiva la falta de énfasis para cantar las cosas más enfáticas y cuyo secreto suele ser el de la ironía y la descontextualización de elementos musicales estandarizados hará, junto a Lucía Gatti en voz y cello y Pablo Somma en flauta contralto y voz, canciones de aquel histórico disco y otras inéditas; los conciertos forman parte de uno de los proyectos más interesantes surgidos en los últimos tiempos, Raras partituras. Ideado por los responsables del área de música de la Biblioteca Nacional, rescata el patrimonio que en forma de partituras está allí archivado, lo revive, encargando versiones a intérpretes actuales, y lo graba y publica en discos.
Miguel Galperín, responsable de la programación musical de la Biblioteca, que en próximos encuentros presentará al pianista Fernando Pérez junto a la flautista María Cecilia Muñoz y conciertos monográficos con la obra de Francisco Kröpfl y de Salvatore Sciarrino, señala: “De la Vega pintó muchas bocas abiertas, seres que muestran dientes extrañamente brillantes y cavidades desproporcionadas. No es casual que cantara y que lo hiciera en un medio que leyó al pop en clave vanguardista. Si la pedestre sopa Campbell del polaco Warhol es resignificada, algo similar ocurre con los acordes de De la Vega. ¿Y cuál es el lugar de Masliah? ¿Penetrar de nuevo, desde una lectura de lo musical, sin duda tan inteligente como inusual, de los cuadros? ¿Proponer una ampliación de lo antropofágico, haciendo las voces de sus arreglos equivalentes a las cavidades deseantes de lo plástico? Tendremos algunas respuestas y seguramente otras preguntas en cuanto este proyecto suene”.
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