Desde Cosquín

Todo está listo para dar comienzo, el año próximo, a la edición número 50 del Festival de Cosquín, que promete un despliegue especial en honor a la celebración del aniversario redondo. Al menos eso es lo que anunciaron los organizadores e integrantes de la Comisión Municipal del Folklore, que ayer al mediodía desplegaron un multitudinario asado en un lugar histórico de la ciudad –la capilla de San José, a 10 kilómetros del centro de Cosquín– para presentar en sociedad la programación del año 2010. Serán más lunas de las tradicionales, en las que se incluirán las participaciones de representantes de otras latitudes como Pablo Milanés, Gal Costa, Cecilia Todd, Illapu y Los Kjarjas. Y habrá también homenajes especiales en recuerdo de figuras como Mercedes Sosa, Cuchi Leguizamón, Alfredo Zitarrosa, Rolando “Chivo” Valladares y Hugo Díaz.

La programación de la Plaza Próspero Molina este año se extenderá entre el 20 y el 31 de enero: serán doce noches en lugar de las tradicionales nueve lunas, como modo de celebrar el cincuentenario. El festival comenzará el miércoles 20 con un homenaje especial: el que le tributarán a Mercedes Sosa, Jairo, Víctor Heredia, León Gieco, Peteco Carabajal y Teresa Parodi. En las siguientes lunas extendidas pasarán por la plaza del folklore artistas como Los Tekis, Jorge Rojas, Los Nocheros, Alfredo Abalos, Chaqueño Palavecino, Teresa Parodi, León Gieco, Abel Pintos, Raly Barrionuevo, Peteco Carabajal y Soledad, entre una larga lista. Habrá también una puesta de la Misa Criolla a cargo de Zamba Quipildor, César Isella, Jaime Torres, el Coro Sadaic de Río Cuarto y Facundo Ramírez (hijo de Ariel).

Durante el asado de presentación –al que asistió un nutrido grupo de funcionarios, vecinos, periodistas y artistas como el Dúo Coplanacu, Carlos Di Fulvio, Mariana Carrizo, Mariana Cayón, Facundo Toro, Mario Teruel de Los Nocheros, Viviana Pozzebón y Paola Bernal– los conductores del festival, Marcelo Simón, Miguel Angel Gutiérrez, Maia Sasovsky y Fabián Palacio tuvieron a su cargo la presentación de la grilla de artistas. Pero además Simón y Gutiérrez, dos históricos del festival, trazaron a su modo un cuadro de situación, de cara al 50º aniversario: Gutiérrez describió el encuentro como el reflejo del “pulso artístico de la patria”, esto es, el espacio que dimensionaba, en épocas del boom del género, a los artistas que pasarían a consagrarse con proyección nacional, y en cierta medida imponía la “agenda” del género. La capacidad que tenga el festival de seguir sosteniendo aquel pulso, aun en épocas menos felices para la difusión general del folklore, seguramente formará parte del balance de las futuras ediciones.

Simón recordó que estuvo en la primera edición del festival y desanduvo la historia de Cosquín: de cómo un grupo de vecinos con iniciativa y capacidad de llevarla adelante, apasionados “y también un poco locos”, idearon este encuentro como forma de cambiarle la cara a una ciudad que por entonces era sinónimo de tuberculosis: hasta aquí llegaban los enfermos respiratorios, buscando curación en el buen clima de la región y en los hospitales de la zona. “Por aquí, con la ignorancia de la época, pasábamos tapándonos la boca con un pañuelo”, recordó el periodista, director de la FM Folklórica. También habló Reinaldo Wisner, presidente de la primera comisión de folklore, quien se encargó de dar consejos a quienes lo preceden en la tarea de dar forma al festival.

Una novedad importante de la edición número 50º de Cosquín tiene que ver con la estética del escenario Atahualpa Yupanqui, que tendrá una nueva imagen en base a leds y un sofisticado sistema de iluminación a cargo de Juan Carlos Baglietto. La idea del proyecto que presentó Baglietto a Cosquín es la de integrar la puesta de luces y la escenografía al trabajo de los artistas en escena, creando espacios diferenciales para cada uno. Una tarea que se prevé ardua –hay que tener en cuenta que se trata de un festival en el que prácticamente no hay espacios muertos entre cada uno de los artistas que se presentan– y que, también adelantó Baglietto, ya está generando posturas encontradas entre los opinólogos de Cosquín. Otra de las características de este festival, que como se sabe es bien tradicional.

Así las cosas, el aniversario 50º ya fue presentado en sus trazos gruesos, y en la cuenta regresiva que se habilita a partir de estos días se irá buscando la manera de cerrar los aspectos que aún quedan pendientes. Como todos los años, el Festival Mayor del Folklore habilita también adhesiones y críticas (iguales de intensas unas y otras), debates de carácter futbolístico (aquí también hay un director técnico por cada hincha a la hora de opinar sobre la programación), dudas varias (si la emergencia hídrica de la provincia provocada por la sequía afectará la realización del festival, por ejemplo) y admirados halagos. Posturas encendidas, como corresponde cuando hay pasión de por medio.