Sábado, 11 de febrero de 2006 | Hoy
MUSICA › PAGINA/12 PRESENTA DESDE MAÑANA TRES CD DE MURGA
La colección incluye material de tres grandes agrupaciones: Araca la Cana, Curtidores de Hongos y Agarrate Catalina.
Por Karina Micheletto
Febrero, se sabe, es mes de Carnaval. Y si en la Argentina todavía se trata de imponer un feriado por ley, y las murgas se expanden por los barrios de los centros urbanos como fenómenos locales, Uruguay logró atesorar el Carnaval en el Río de la Plata, aun en tiempos dictatoriales. Así, cada murga oriental tiene su historia, próceres y mitos fundacionales propios, siempre recordados en sus letras. Página/12 presenta a partir de mañana una colección de 3 CDs de grandes murgas uruguayas: Araca la Cana, Curtidores de Hongos y Agarrate Catalina.
El CD que inaugura la colección (Araca la Cana 2005. Siete décadas “de Murga”) contiene los temas del último Carnaval uruguayo, al igual que los otros discos. Además de los saludos y retiradas de rigor, el disco incluye una murga rapeada (El cementerio) y una versión de la milonga candombe de Argentino Luna Mire qué lindo es mi país, sobre uno de los tópicos uruguayos: el de los compatriotas exiliados y “la fiesta del reencuentro” que significaron las elecciones de 2004, cuando muchos volvieron a votar.
La murga siempre fue permeable a incorporar las canciones populares de todos los géneros, esas que suenan en todos lados, con el mismo gesto de las hinchadas que cambian las letras en sus cantitos. Así, Araca también presenta aquí su versión de La colina de la vida, con una letra que evoca los orígenes de la agrupación. En el medio, circulan verdades sintéticas del espíritu murguero: “El que ríe último, es porque piensa lento”.
Araca la Cana es una de las murgas con más historia del Carnaval uruguayo. Nació en 1935 en Paso Molino, un barrio proletario al oeste de Montevideo. Fue fundada por un grupo de canillitas, en su mayoría negros, que solían juntarse en una esquina antes de comenzar el reparto de diarios. En aquellas reuniones de madrugada se jugaba, entre otras cosas, a los dados, una práctica ilegal en la época. El canillita que oficiaba de campana tenía un santo y seña para advertir la presencia cercana de la policía: “¡Araca la cana!”. Desde entonces, Araca asumió la representación de la “murga mensaje”, aquella asociada a los grupos de barrios montevideanos de mayor compromiso político. Tanto que su canción La compañera, surgida de la despedida del Carnaval de 1973, en plena gestación de la dictadura en Uruguay, quedó como categoría clasificatoria, y a la “murga mensaje” se la llama también “murga compañera”.
Si, como sintetiza el director, José María “Catusa” Silva, “Araca es un manual no oficial de historia uruguaya”, o “como leer un diario popular de los últimos 70 años”, y en sus letras es posible rastrear el devenir político y social del Uruguay, el triunfo de la izquierda les planteó una situación a resolver, tal como se advierte en algunas letras de este CD. Así lo explicaba Silva en una entrevista concedida a este diario: “Nos encontramos con que pasamos a ser una murga oficialista. Cuando me puse a escribir caí en que no sabía de qué... Se habían acabado las musas: el partido Nacional, el Colorado, Sanguinetti, Batlle... y dije, ¿ahora qué hago?”, contaba el director. El dilema fue resuelto con la letra de El cementerio: “Desembocamos en un cementerio virtual al que van las almas políticas en pena que quedaron desocupadas después de 174 años de gobierno. Allí están sus tumbas y conviven fantasmas. Araca nunca fue de buscar mucho la risa, pero ese año la encontramos en un cementerio”.
El vuelo del planeador
Los Curtidores de Hongos ubican su fecha de nacimiento todavía antes que Araca: en 1912. Lo que surgió como una pequeña agrupación de seis o siete miembros (“una murga de obreros que canta en un baldío cerca de una curtiembre, donde los cueros amontonados juntan sus hongos”, dicen las crónicas), fue sumando con el tiempo integrantes e instrumentos y marcó un hito escénico: fueron los que impusieron la vestimenta del director confrac, levita y zapatillas. El CD que integra esta colección, El planeador de la escollera de Sarandí, incluye los temas que presentaron en el último Carnaval uruguayo. Además de textos con todo lo que exige la murga (humor, crítica, sátira política, exaltación de la alegría carnavalera), suman vocalistas que se destacan en los solos y coros bien afinados. El bonus track incluye una histórica retirada de 1951 (Los gitanos), escrita por Carlos Céspedes, quien fuera en vida uno de los pilares del grupo.
Capitaneados por Daniel Carluccio desde 1993, el cambio político en Uruguay los situó en una situación similar a la descripta por Silva. La respuesta también vino por el lado de la sátira, como en Plan de cambio, donde se ríen de los “cucos” difundidos por la oposición antes del triunfo frenteamplista: “De todas partes vienen los tupamaros... y empezarán los cambios que prepararon. ¡Ya no será tu heladera, ni tu casa, ni tu perro, ahora todo es de todos!”, anuncian, y describen los cambios que se vienen: de moneda (“en día de cobros, en vez de cobrar mil pesos se cobrarán mil Huidobros”) o de enseñanza (se impartirá cubano en lugar de inglés).
Pepe Mujica
entra a la murga
Agarrate Catalina es la más nueva de las tres murgas y se sitúa como la continuación joven, con un nombre propio ganado en su corta existencia y una gran cantidad de funciones por Carnaval. Fue creada en 2001 por Yamandú Cardozo (letrista de la agrupación), junto a un grupo de murgueros que rondaba los 20 años. El año pasado, accedieron al sitial más disputado de la murga: fueron los ganadores del Primer Premio del Concurso Oficial de Carnaval en la categoría Murga, además de obtener el Primer Premio del desfile inaugural. La diferencia la hicieron con el cuplé La pesadilla, incluido en este CD, que hace centro en la figura de “Pepe” Mujica y en su particular historia (de tupamaro y preso político, a presidente del Senado primero y ministro de Agricultura y Ganadería ahora).
“Nadie lo hubiera soñado, nadie lo puede creer, los Tupas se multiplican, la moda Mujica empieza a crecer. Ser izquierdista es la onda, ser Tupamaro es re-‘hi’, hoy el tabaco Cerrito está casi al doble que los Lucky Strike (...) Pepe Mujica, qué jugador, desde el boliche a senador, sueño de muchos y de otros no, la pesadilla que se cumplió”, dice el cuplé, y hace referencia a la popularidad que Mujica había ganado tras la asunción de Tabaré Vázquez: “El Pepe está en todos lados, en radio y televisión, y los diarios y revistas, le sacan fotos al por mayor”.
Los otros temas, ya desde su título, hacen alusión al tópico que da nombre al disco (La puntualidad, Pérdida de tiempo, Tiempos de crisis, El tiempo borra todo). Hace rato que la murga uruguaya tiene un público ganado en la Argentina. Ahora, la colección repone el presente de tres agrupaciones clave, y, de paso, acerca aires de Carnaval.
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