Es uno de los mejores directores de orquesta del último medio siglo y, al mismo tiempo, es el más popular. Por un lado, sus interpretaciones de colosos del repertorio sinfónico como Gustav Mahler están entre las más reflexivas y profundas que se hayan logrado. Por otro es el inventor, o por lo menos uno de los socios fundadores, de algunos de los más grandes negocios que haya dado la industria musical de cualquier género. Y es que el concierto con el que se inauguró el Mundial de Fútbol de Italia, donde se patentó la marca Los Tres Tenores bajo la batuta de Mehta, produjo más dividendos y llegó a mucha más gente que varios ídolos pop juntos. Para Mehta, no obstante, no hay contradicción. Cada cosa está en su lugar. Y si algo puede ponerlo en escena con claridad es su nueva llegada a Buenos Aires, con una de las orquestas más tradicionales –fue la que, dirigida por su autor, estrenó las Sinfonías Nº 4 y Nº 8 de Mahler– y menos ligadas al mercado que puedan imaginarse: la misma Filarmónica de Munich que tuvo como su titular, durante años, al enigmático y genial Sergiu Celibidache.

Hoy a las 20.30 para el Abono Bicentenario del Colón, mañana en el mismo horario, y también el Colón, para el ciclo de Nuova Harmonia, y entre ambas actuaciones mañana, pero a las 13, una presentación gratuita organizada por el Ministerio de Cultura de la Ciudad frente al Obelisco marcan la agenda porteña de la orquesta que, además, llega con otro atractivo: la excelente violinista japonesa Mayuko Kamio, ganadora de la medalla de oro en la Competencia Internacional Tchaikovsky de Moscú, que tocará el Concierto Nº 1 Op. 26 para violín y orquesta de Max Bruch en los tres programas. En los dos conciertos en el Colón la orquesta interpretará también la Obertura de la ópera La forza del destino, de Giuseppe Verdi. El concierto de esta noche se completará con la Sinfonía Nº 1 de Mahler y el de mañana con la Pasaccaglia Op.1 de Anton Webern y la Sinfonía Nº 4 de Piotr Ilich Tchaikovsky. En el concierto gratuito, la orquesta tocará piezas de Dvorak, Fritz Kreisler, Johannes Brahms, Johann Strauss (h) y Pablo de Sarasate, entre otros autores.

En su actuación anterior en Buenos Aires, en 2009, Mehta había llegado junto a la Orquesta de la que es director vitalicio, y también en ese caso la visita había incluido una presentación popular, en el Luna Park. Nacido en Bombay en 1936, Mehta llegó a comenzar estudios de medicina, que abandonó antes de un año para dedicarse por completo a la música y viajar a Viena, en cuya Academia de Música realizó la carrera de dirección orquestal y tuvo como maestro al legendario Hans Swarowski. Sus comienzos profesionales fueron con la Orquesta Sinfónica de Montreal, a la que condujo entre 1961 y 1967, y la Filarmónica de Los Angeles, a cuyo frente estuvo entre 1962 y 1978. En 1969 fue designado asesor musical de la Orquesta Filarmónica de Israel, se lo nombró director principal en 1977 y desde 1981 es vitalicio. En 1978 fue nombrado director musical de la Orquesta Filarmónica de Nueva York y desde 1985 ha sido director titular del Maggio Musicale Fiorentino. Entre otros honores, ha recibido el Nikisch-Ring, anillo de honor de la Filarmónica de Viena, es Ciudadano Ilustre de Florencia y Tel Aviv, en 1997 fue nombrado Miembro Honorario de la Opera Estatal de Viena y en 1999 recibió el Premio de la Paz y la Tolerancia en el Mundo otorgado por las Naciones Unidas. Desde un año antes, por otra parte, y hasta 2006, Zubin Mehta fue director general de Música de Baviera y director musical de la Opera y la Orquesta de ese estado. Es director laureado de la Orquesta de Munich desde 2004. Fundada en 1893 con el nombre de orquesta de Kaim, por iniciativa del fabricante de pianos Franz Kaim, esta orquesta fue dirigida por Hans Winderstein, Hermann Zumpe y Ferdinand Löwe, un alumno de Bruckner. Felix Weingartner, quien estuvo al frente de la orquesta de 1898 a 1905, incrementó su reputación internacional realizando varias giras a otros países. Además de haber sido dirigida por el propio Mahler en el estreno de dos de sus sinfonías, Bruno Walter la condujo en la primera audición de La canción de la tierra.