Martes, 30 de noviembre de 2010 | Hoy
MUSICA › INCURSIóN. TEMA: FAUSTO, EN EL TEATRO ARGENTINO DE LA PLATA
“En esta obra el cruce entre el mundo del gaucho y el universo de la ópera es asumido por la orquestación”, dice el autor Martín Bauer del experimento realizado sobre el Fausto de Gounod y que podrá verse hoy, mañana, el viernes y el sábado.
Por Diego Fischerman
Borges, en un cuento llamado “El Evangelio según Marcos”, escribía: “En toda la casa no había otros libros que una serie de la revista La Chacra, un manual de veterinaria, un ejemplar de lujo del Tabaré, una Historia del Shorthorn en la Argentina, unos cuantos relatos eróticos o policiales y una novela reciente: Don Segundo Sombra. Espinosa, para distraer de algún modo la sobremesa inevitable, leyó un par de capítulos a los Gutres, que eran analfabetos. Desgraciadamente, el capataz había sido tropero y no le podían importar las andanzas de otro”. La ironía comenta otra anterior, aquella famosa en que aseguraba: “En el libro árabe por excelencia, en el Alcorán, no hay camellos; yo creo que si hubiera alguna duda sobre la autenticidad del Alcorán bastaría esta ausencia de camellos para probar que es árabe”. En ese artículo, El escritor argentino y la tradición –originariamente una clase dictada en Madrid–, aseguraba sobre el libro de Güiraldes que “abunda en metáforas de un tipo que nada tiene que ver con el habla de la campaña y sí con las metáforas de los cenáculos contemporáneos de Montmartre”. Su conclusión era que los nacionalistas “quieren limitar el ejercicio poético de la mente a algunos pobres temas locales, como si los argentinos sólo pudiéramos hablar de orillas y estancias y no del universo”.
En el cuento de Borges, el tropero y su familia malentienden un relato que, finalmente, sí les interesa, el de La Biblia, y acaban crucificando a quien se los ha leído. Y en su ensayo, el escritor dice que cualquiera podría entender sin dificultades una auténtica payada de gauchos, pero necesitaría un glosario para comprender a Estanislao del Campo. Este autor, sin embargo, fundó de alguna manera al género gauchesco poniendo en escena un malentendido. En 1866 el Fausto de Charles Gounod llega al Colón y el gaucho Anastasio “El Pollo”, que ha asistido a la función, le cuenta al paisano Laguna cómo ha visto al diablo. Realidad y ficción –y teatro dentro del teatro– se cruzan, como se mezclan también lo alto y lo bajo (civilización y barbarie, podría decirse) en ese relato alucinado en que el habla popular –aun un habla inventada, como criticaría Borges– invade a la más alta de las artes altas, a la ópera. La obra de Martín Bauer que sube a escena hoy a las 21 en el Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino de La Plata (Tacec) se llama Incursión. Tema: Fausto y en ese título ya muestra la intención de intervenir un texto (de incursionar en él), más que de musicalizarlo. La obra, con nuevas funciones mañana, el viernes y el sábado, se presenta como correlato de la ópera Fausto, de Gounod, que el mismo teatro ha programado en su sala Alberto Ginastera. También en ese terreno, la nueva composición –lectura de otra lectura, la del gaucho–, desde una sala ubicada exactamente bajo el escenario de la sala principal, lo invade y lo resignifica.
“En esta obra –explica el autor–, el cruce entre el mundo del gaucho y el universo de la ópera es asumido por la orquestación: el trío de cuerdas mira hacia Europa, mientras el dúo de guitarras lo hace hacia la pampa argentina. La percusión funciona como un nexo que une ambas latitudes”. Incursión... incluye además textos críticos acerca de la literatura gauchesca que en cada una de las funciones serán leídos por distintas personalidades del campo intelectual: Edgardo Cozarinsky, Tomás Abraham, Noé Jitrik y Beatriz Sarlo. La adaptación y selección de los textos teóricos le corresponden a María Inés Aldaburu (que también actúa), la dirección musical será de Pablo Druker, la dirección de arte es de Minou Maguna, la iluminación de Eli Sirlin, el sonido a Christoph Rensch y la voz en off es la del poeta Arturo Carrera. Intervienen además los actores Santiago Traverso y Pablo Seijo y los músicos Carlos Brítez (violín), Mariano Malamud (viola), Martín Devoto (cello), Pablo Green y Ariel López Saldívar (guitarras) y Bruno Lo Bianco (percusión). Entretanto, el verdadero Fausto, aquel donde el diablo se entrevera en la escena, podrá verse en el Argentino. Con puesta de Paul-Emile Forne y dirección musical de Benjamin Pionnier, el jueves, con Leonardo Pastore y Daniela Tabernig como protagonistas y, con la notable Paula Almerares y Luca Lombardo, el domingo 5.
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