“Disculpen los nervios, pero no es lo mío”, dice Javier Chalup, productor fonográfico-amigo de los músicos. Su inmensa figura se tensiona detrás del micrófono y delante de un puñado de gente que está ahí para la devolución de un largo proceso musical: el lanzamiento del Volumen I del Ciclo de Música Popular que el Fondo Nacional de las Artes fogonea todos los viernes, desde hace seis años, en la Casa de la Cultura. Es el primero de una serie de tres cd`s dobles y cuenta con 32 piezas del acervo musical argentino que sonaron, alguna vez, en el pequeño y cálido escenario. “Es el resultado de muchos años de trabajo y dificultades de todo tipo para sostener espacios de la cultura como éste. El disco nos permite documentar una síntesis de todo lo que ocurrió acá, los sonidos, las formas, las coloraturas, los artistas; estoy nervioso pero feliz”, insiste Chalup.

El documento es riquísimo. Contempla expresiones representativas, geográfica y estilísticamente cruzadas, de todo el mapa musical argentino. Entre los intérpretes están Raúl Carnota, Mónica Abraham, Suna Rocha, el Chango Farías Gómez, Juan Quintero, Melania Pérez, Coqui Sosa, Bruno Arias, Liliana Vitale, Franco Luciani, Paola Bernal y Bernardo Baraj; entre las versiones, “Fuga y misterio” (Piazzolla-Ferrer) por el Quinteto Ventarrón, “Encuentro” (Peteco Carabajal) por el Quinteto Tiempo, “Fuimos” (Manzi-Dames) por Horacio Molina y Jorge Giuliano, o “Crece desde el pie” (Zitarrosa) por Chany Suárez, todas retocadas y plasmadas con un fin: trasvasar al hoy un pasado musical en permanente resignificación. “Destaco la solidaridad de los artistas porque, como el Fondo no es una institución dedicada a las producciones artísticas, no cuenta con los presupuestos como para honrar la capacidad artística de los músicos convocados. Y, sin embargo, todos vienen en las condiciones que se proponen”, analiza Juan Falú, miembro del directorio del FNA.