Jueves, 13 de diciembre de 2012 | Hoy
MUSICA › A LOS 92 AñOS FALLECIó EL MúSICO RAVI SHANKAR
A cuatro días de ser sometido a una cirugía cardíaca, el maestro del sitar Ravi Shankar falleció ayer en San Diego, California, a los 92 años. Aunque la operación ocurrió sin complicaciones, el músico indio no pudo recuperarse de esa operación, explicaron sus hijas Sukanya Rajan y Anoushka Shankar. Su otra hija, la neoyorquina Norah Jones, que el fin de semana ofreció dos conciertos en el Luna Park, suspendió su actuación en Brasil. De forma póstuma, Shankar –que no tiene relación con el gurú 36 años menor que utiliza el mismo nombre, más allá de que este Ravi inspiró espiritualmente a Los Beatles, entre otros artistas– será distinguido con un Premio Grammy honorífico de la Academia de Grabación de Estados Unidos; distinción que, de todas maneras, ya estaba programada para entregársele.
Con la partida de este embajador de la cultura oriental en Occidente, especialmente en ese país del norte americano, las autoridades indias han expresado que se llega al “final de una era” de música clásica, según el primer ministro, Manmohan Singh. Nacido en 1920 en Benarés, Shankar y el sitar tuvieron una relación de 87 años que llevó al artista a convertirse en el mayor ejecutante de ese instrumento de cuerda, además de autor de varios conciertos para sitar y orquesta, músicas para ballet y bandas de sonido para más de treinta películas y documentales, entre ellos Gandhi (1982, por la que fue nominado a un Oscar) y Alicia en el País de las Maravillas de 1966 (con Peter Sellers y dirección de Jonathan Miller).
Esa habilidad y esa constancia calaron en George Harrison, quien en 1966 tuvo una temporada como pupilo. A partir de entonces, hicieron una amistad bastante duradera que tuvo un pico de difusión con la realización del célebre Concierto por Bangladesh, de 1971; un antecedente de los grandes espectáculos benéficos. El saxofonista John Coltrane, el compositor Philip Glass y bandas de rock como los Rolling Stones, The Byrds o The Animals se contaron entre sus admiradores.
Three Ragas (1956), sus Improvisaciones, sus discos en vivo en San Francisco, el Festival Monterey Pop (ambos de 1967) y Woodstock (1970) y el compilado de conciertos para sitar “y otros trabajos” publicado en 1998 son algunas de sus obras más crudas, libres e impactantes. En todo caso, hay por allí más discos de música asiática donde aparecen piezas de este músico; y una cantidad de material propio de una belleza ejemplar. Y una película, también: Raga, de 1978, un buen modo de espiar la vida de este genio del sitar; buen modo de escaparle a su muerte y revivir su música.
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