No hay duda de que hoy existen expansión y desarrollo de la música popular argentina en todos los rincones del país, y que las nuevas generaciones son sus motores principales. Pero tampoco hay duda –a igual dimensión, tal vez– sobre la escasa difusión y las inmodificables distancias entre regiones, que en cierto grado impiden más fluidez entre artistas, músicas y conciertos conjuntos. La integración, en una palabra. Aquí está lo que viene a (intentar) remediar el ciclo Nuevo Cepa, que tendrá su segunda puesta hoy, desde las 17, en el pabellón de la Secretaría de Cultura la Nación de Tecnópolis, con las actuaciones de la coplera salteña Balvina Ramos, la mendocina María Eugenia Fernández y Gicela Méndez Ribeiro, crédito femenino de Paso de los Libres, Corrientes. “La idea principal del ciclo es divulgar desde aquí y hacer sonar en un escenario con muy buenas condiciones, a diferentes voces emergentes de distintas provincias. Básicamente, somos gente curiosa”, introduce Germán Andrés, integrante de Territorios en Red. Este colectivo de curadores productores y gestores, encargado de producir el evento y de darle un contorno “popular y federal”, consiste en integrar músicos de todos los palos estéticos y volcarlos sobre un mismo escenario.

“Me alegra poder difundir y desmitificar la música cuyana. En mi caso con una propuesta joven y fresca y a la vez con grandes arraigos en los lenguajes folklóricos tradicionales de nuestra región, que no son tan difundidos a nivel nacional”, señala la mendocina Fernández, sobre una de las aristas del encuentro de hoy. Fernández llega a Buenos Aires acompañada por su banda (Nicolás Diez en piano y guitarrón, Charly Pereira Moreno en percusión, Lucas Morales en guitarra y bajo, y Pablo Gil en guitarra y voces) y con el fin declamado de tornar visibles las nuevas músicas de raíz que ocurren en Cuyo. “Sabemos que ser intérpretes de música cuyana no es fácil, ya que pareciera no tener espacio en los grandes festivales y en el mapa nacional. Agradecemos a la gente de Cultura de Mendoza y Cultura de Nación, porque este tipo de espacios nos permite demostrar el valor que tiene la producción actual de la música cuyana, el sonido que trae la nueva generación”, sostiene la cantante.

Fernández compartirá escenario con Balvina Ramos, la profunda coplera de la comunidad bacoya, paraje de Santa Victoria Oeste ubicado en el noroeste de Salta. “Me hace feliz poder traer a Buenos Aires ese canto de hombres y mujeres que aprendieron a poner afuera sus sentimientos a través de un cantar singular que los identifica: la copla”, señala Ramos, ante su inminente presentación en la gran urbe. “Llevo la copla por donde quiera que vaya... ése es mi destino. Y no creo que ésta se termine, porque está muy arraigada en nuestra cultura, aunque no sea tan conocida en las ciudades. Eso es lo que llevaré a Tecnópolis, esa cultura que sigue viva”, dice.

La correntina Méndez Ribeiro, en tanto, pisará Tecnópolis en representación de otra área intensa, el Noreste chamamecero: “Para mí es una posibilidad histórica, ya que los espacios en Buenos Aires son pocos para mostrar propuestas nuevas, independientes y con tintes extraños. Vemos la repetición hasta el infinito de los mismos grupos y nombres, ¿no? Es una responsabilidad para mí tocar chamamé, que es mi música, en Tecnópolis... se trata de dejar de ser un poco invisibles”, esboza esta cantante nacida y criada en Paso de los Libres, formada entre fronteras y con un pasado que la cuenta difundiendo el chamamé por varias ciudades del sur de Brasil.

“Aun cuando puede ser obvio pensar que existen circuitos, músicas y nuevos talentos que la actualizan, hay que darles lugar y hacer que suceda, pues se trata de creer y crecer en apertura real. Si no, engañosamente se sostiene la noción de que ‘todo’ pasa en la Capital y eso es una gran mentira que debemos desterrar en todo los aspectos de la producción artística”, apunta Germán Andrés, quien llega al colectivo organizador de la movida, Territorios en Red, con experiencia en la gestión cultural como productor del ciclo Club Atlético Litoral y curador de la Casa de Entre Ríos, entre otras experiencias. “La red se fue solidificando tras varios encuentros en diferentes festivales y actividades del ámbito musical popular pero no masivo, en distintos puntos del país, principalmente por la necesidad de enfrentar problemáticas comunes”, sostiene. El colectivo está formado por gente de Mendoza, Córdoba, Chaco, Buenos Aires, Tucumán y Montevideo. “A cada uno por separado nos motivan inquietudes y grietas del mercado, los nuevos paradigmas de consumo musical y nos gusta hacer cosas que conllevan riesgo artístico. Si bien tenemos distintos orígenes y proyectos, coincidimos en principios fundamentales de búsqueda y sustentabilidad. Nos conocemos hace mucho y hemos generado diferentes cruces que ahora se formalizan, con la eventual interacción con la gestión pública o la privada. Si bien conocemos nuestras limitaciones, hacemos. Accionamos aprendiendo a adaptarnos...”

El próximo encuentro del ciclo será el sábado 19 de octubre (misma hora y mismo lugar) con las presentaciones de Laura Paturlane (Patagonia), Sebastián Garay y Paula Nedler (Cuyo) y Materere (del NEA). Y, bajo el noble fin de trascender como “un radar de las músicas regionales”, tendrá su fecha final el sábado 2 de noviembre con Micaela Chauque, por el NOA; Ignacio Cano, por la Patagonia, y Lucas Monzón, proveniente del aguerrido litoral.